Marcando territorio

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Jungkook

Aunque Yea-ji nos amargó el principio de la velada. Se que este es el día más feliz de mi vida hasta ahora porque estoy seguro de que habrá muchos más con esta masita que ahora mismo duerme entre mis brazos.

La segunda película había terminado y creo que él se durmió a la mitad. Intento moverme despacio para poder levantarme y luego llevarlo a la cama para dormir más cómodos.

-Kookie no dejes que te hable así por favor-

Jimin se removió en el sofá aún dormido.

- ¡No, Kookie no aceptes su orden! Quédate conmigo-

Vi su frustración en su rostro estaba teniendo una pesadilla con lo que había pasado con Yea-ji.

Me agache a la altura de su cabeza y le di un beso en la frente y susurré.

-Alicia siempre va a ser del conejito blanco y Jungkook siempre va a ser de Jimin entiendes, solo tú-

Una plácida sonrisa inundó su cara, mis palabras calaron en sus sueños por lo visto.
Cogí su cuerpo relajado y lo llevé a la cama lo acosté después de que me tumbe yo y antes de que acercara a abrazarlo ya le tenía encima mio, me encantaba cuando hacía eso me relaja su respiración en mi pecho y duermo más tranquilo.

Cuando sonó el teléfono temprano y vi quién era solo lo colgué antes de que despertara a Jimin. Volvió a sonar a los pocos minutos y volví a hacer lo y de pronto comenzaron a llegar notificaciones de mensajes, volvía a ser ella es la única persona que conozco que es capaz de escribir tantos mensajes y tan rápido. Estaba claro lo que iba a hacer, apagué el móvil y volví a sumirme en el sueño por media hora ya que el teléfono que ahora sonaba era el de Jimin.

-¿Quién mierda llama a las 8 de la mañana en Domingo?-

Esa fue la contestación de teléfono que dió.

-¡Ah! eres tu ¿Que quieres?-

Jimin tiene mal despertar a veces.

-Y a mi que me cuentas-

Su cara de enfado me estaba dando miedito no escuchaba con quién, ni que habla solo sus comentarios bordes.

- Pues llámalo a él y déjame dormir-

Iba a colgar pero esperó a que terminara.

- Solo te lo digo una vez Reina roja ¡El es MÍO! que te quede claro-

Y colgó se volvió a echar encima mio y volvió a quedarse dormido con una sonrisa de autosuficiencia en los labios.

Acaricié suave su espalda y bese su coronilla.

- Ya que estamos despiertos los dos ¿Que te parece si nos levantamos a desayunar?-

Se removió encima mio y me apretó más fuerte.

- No, no quiero. Quiero quedarme en la cama contigo ya desayunaremos más tarde-

Rodé y me puse encima de el.

-¿Quién ha dicho que íbamos a salir de la cama? Yo tengo hambre ahora mismo y voy a comerte-

Cogí sus muñecas con una mano y las subí sobre su cabeza. Vi como abría los ojos de golpe y luego su mirada gatuna comenzando a morder su labio inferior. Como podía ponerme tan duro con solo hacer eso.

-Me encanta cuando mí conejito parece un gatito cuando me mira así-

- Es porque tú conejito le gusta la leche caliente como a los gatos ¿Me darás tú leche calentita para desayunar, Amo?-

El País De Las Perversiones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora