Una extraña confusión llamada Emma [EN EDICIÓN]

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You make me so happy it turns back to sad (yeah)
There's nothing I hate more than what I can't have
And you are so gorgeous it makes me so mad

You're gorgeous

Gorgeous - Taylor Swift

Emma.

Estábamos en la sala de espera, nos atendían según la urgencia y eso junto con ver a un montón de personas heridas era deprimente.

— ¿Y tú hermana? — Pregunté girando mi cabeza hacia Aiden.

— ¿Eh? — El volteó a verme sin entender.

— ¿Y Meredith? La estabas buscando antes de encontrarme — Dije jugando con el borde de mi vestido que estaba empapado de agua sucia.

— Ah, me envió un mensaje antes de subir al auto diciendo que logró irse con una amiga.

— Que bueno — Asintió volviendo a sepulcrarnos en el silencio.

El silencio no era incómodo pero tampoco era algo relajante. Era como si no quisiera mantenerme en silencio estando con él, pero tampoco quería arruinar las cosas diciendo algo estúpido.

— Volviste a lastimar tus muñecas — Comenta rompiendo el silencio entre nosotros. Bajo la mirada a mis muñecas y me doy cuenta del lío de sangre seca y piel que sé ha formado en ellas.

— El dolor de mis rodillas distrajo a mi mente de el de mis muñecas — Comenté intentado sacar las costras de sangre seca que me ponían nerviosa.

— Tranquila — Dijo al ver que me estresaba más y más por quitar las costras. Tomó mi mano transmitiendome serenidad.

Una de las enfermeras dijo mi nombre y nos levantamos aún tomados de las manos, al notarlo, apartamos nuestras manos con nerviosismo.

Caminamos hasta la habitación donde un doctor nos estaba esperando.

— Buenas tardes — Dijo y contestamos con las mismas palabras — Tome asiento.

Caminé hasta la camilla y me senté sobre ella, notando como Aiden no sé sentó en una de las sillas detrás del doctor sino que sé quedó parado ahí, a mi lado.

— Tiene varias heridas superficiales pero que pueden traer consecuencias a futuro — Comentó él doctor.

— ¿Concecuencias? — Preguntó Aiden y él Doctor asintió — ¿Como cuales?

— Más que nada infecciones, si no sé limpian rápido y sé mantienen alejados de los gérmenes, es decir, aislar las heridas de todo — Comenzó a examinar mis heridas, observando con detenimiento la tierra mojada que sé encontraba pegada a ellas.

— Pero, si sé le hace una limpieza, ¿Va a estar bien? — Preguntó Aiden.

— Con suerte, si. No creo que corra ningún peligro de infección si sé limpia la herida bien con alcohol y permanece vendada hasta cicatrizar.

Al escuchar la palabra alcohol todos mis sentidos sé alertaron, haciendo que un escalofrío recorriera mi columna vertebral y las imágenes del ardor que sentía cuando ponían un algodón empapado de alcohol en una herida empezaron a reproducirse en mi mente.

— ¡No! ¡Alcohol, no! — Exclamé poniéndome cada vez más nerviosa. Aiden tomó mi mano y, a pesar que empecé a sacudirla para que me soltara, no sé alejó ni por un segundo.

— Escucha, princesita, no es tan malo como suena, ¿Si?

— No me gusta el alcohol, ¡Arde! — Dije para volver a intentar apartar mi mano de su agarre.