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Yeah, I'm so tough when I'm alone and I make you feel so guilty

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Yeah, I'm so tough when I'm alone and I make you feel so guilty. And I fantasize about a time you're a little fucking sorry. And I try to understand why you would do this all to me, You must be insecure, you must be so unhappy and I know, in my heart, hurt people hurt people. And we both drew blood, but, man, those cuts were never equal

The grudge - Olivia Rodrigo.

Emma.

Aquella mujer con la que había convivido menos de seis años y que sé había vuelto una completa extraña en menos un mes estaba frente a mí.

Ella estaba frente a mí.

Todas las veces que un doctor le comentaba algo con respecto a mi condición y ella lloraba pasaron por mi mente.

Ella no lloraba por mí ni por como afectaría esto a mi desarrollo neurológico, ella lloraba por ser la madre de un fenómeno. Ella, como todos, pensaba que no podía entender porque no podía hablar y pero yo entendía cada vez que miraba hacía arriba preguntándose que habría hecho para merecer esto.

Ella tiraba las cosas y hacía un desorden en la casa cuando yo empezaba a lastimarme.

Aún tengo la viva imagen de mi padre llamando a mis abuelos para ver si me podía quedar con ellos algunos días, pues el temía que el hilo del que colgaba la cordura de mi madre sé rompiera. Él nunca había estado presente en sus tantos ataques de ira, pero Elle le contaba todo y, aunque no lo admitiera, en cierto punto temió por mi vida.

La miraba y no la reconocía, no era capaz de reconocer a la mujer que me había dado la vida.

- ¿Mamá...?

Ella nos miró a ambas como si nos analizara. Sentí mi cuerpo arder bajo su mirada, una parte de mi maldijo por haber improvisado con mi atuendo.

- Ellie - La miró con cariño mientras que a mí me miró con una emoción extraña e indescifrable - Emmaleen.

No dije nada, no tenía la suficiente fuerza. Estaba ahogandome con todas las lágrimas que me negaba a soltar. Me repetí que el problema no era yo, que yo no había sido la causante de su partida y mucho menos de su desprecio, pero era imposible porque todos a mi alrededor me culpaban.

Bajé la mirada sin saber que más hacer, quería gritar pero no me salía la voz, quería llorar pero me aguantaba las lágrimas, quería golpear algo pero seguía tomando mis manos evitando hacerlo.

Entonces, opté por la única cosa que sabría que la haría enojar, ese pequeño detonante que haría que no me sintiera tan diminuta.

- Lucy - Musité subiendo un poco la mirada. Que su hija la llamara por su nombre era un golpe a su orgullo, a ella no le gustaba ser el igual de nadie.

Una extraña confusión llamada Emma [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora