Una extraña confusión llamada Emma [EN EDICIÓN]

09...

I was so ahead of the curve, the curve became a sphere, fell behind all my classmates and I ended up here pouring out my heart to a stranger but I didn't pour the whiskey
Ijust wanted you to know that this is me trying
I just wanted you to know that this is me trying

At least I'm trying

This is me trying - Traylor Swift

Aiden.

Daba vueltas en mi cama intentando conciliar el sueño, sin embargo, no lo lograba por la estúpida pelirroja que daba vueltas en mi mente.

Joder, me tenía harto esta situación.

En un momento, me moví buscando una posición más cómoda para dormir y, por consecuente, me caí de la cama golpeando mi frente contra el frío y duro suelo.

— ¡Maldita mierda! — Exclamé entre dientes.

— Oye, hermano, deja de hacer tanto ruido intento dormir — Dijo Walter, mi roomie y mejor amigo.

— Eso intento, joder.

Volví a subirme a la cama respirando pausadamente.

Una imagen de ella sonriendo apareció en mi cabeza desestabilizandome. Que jodida maldición tener en tu mente a alguien tan...tan como era Emma.

No había una descripción que encajara con ella porque es alocada pero le gusta la paz, es divertida pero la mitad de su humor sé basa en la ironía y eso lo hace difícil de entender para ciertas personas, es cariñosa pero dile algo que no le guste y te sacará los ojos con una cuchara.

Es extraña, extrovertida, risueña, difícil de entender. Emma es... Emma.

Miré el reloj rectangular en mi mesita de noche. Marcaba las 3:47 de la mañana. Puse una almohada en mi cabeza que retuviera el grito que me hizo drenar mi furia.

Me levanté sacando un hoodie negro con capucha y me lo puse mientras salía en silencio de la habitación.

Caminé hasta el campus donde me encontré a unos hippies armando un porro. Al verme unos de ellos me ofreció el que había armado pero me negué.

Detesto toda esa mierda.

Seguí caminando hasta llegar a las gradas donde me senté mirando a la luna que era más brillante que todas las estrellas juntas, mi mirada cayó en una estrella en particular. Esta igualaba y hasta superaba la belleza y resplandor de la luna y no me cabía duda de que era ella.

La estrella más brillante de todas era ella.

Entonces, escuché su voz, bajé la cabeza y la observé por unos segundos y luego, desanimado, volví a mi tarea de mirar las estrellas.