Extra. Dos perri-hijos y un extraño compromiso

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Is this in my head? I don't know what to think
He knelt to the ground and pulled out a ring
And said: Marry me, Juliet, you'll never have to be alone
I love you and that's all I really know
I talked to your dad, go pick out a white dress
It's a love story, baby, just say yes

Love Story - Taylor Swift

3 años después.

14 de Marzo.

Emma.

Salí del cuarto tallandome los ojos con pereza y me encontré con la imagen más linda que pude presenciar en ese momento.

Aiden cantando Shake it off mientras cocinaba con Honey saltando de aquí para allá con su juguete de hueso en la boca.

Me acerqué a él con su camisa de Nirvana que me había colocado hace unos segundos para cubrir mi desnudez.

Lo abracé por detrás sorprendiendolo al instante. Se volteó para rodearme con sus brazos tantuados.

— Quiero hacerme otro tatuaje — Confieso a modo de saludo.

— Ni por error — Contestó él con voz ronca. Unió sus labios con los míos y me tomó de la cintura sentandome en el mesón.

Honey empezó a ladrar y saltar en mi dirección haciendo que me separara del idiota que, inconforme por el corto beso, empezó a trazar una línea de besos de mi cuello hasta mi clavícula.

— El animal también necesita cariño — Dije para que se apartara.

— ¿Y yo qué? — Preguntó aún pegado a mi cuello.

— ¿Eres un animal?

— Desde tu perspectiva, si.

Nos separamos y lo miré aguantando la risa — Touché.

Me bajé del mesón y me agaché para empezar a hacerle cosquillas a la perrita que yacía en el suelo boca arriba. Cuando sé cansó devolvió su atención al juguete y se fue muy digna a morderlo en su cama.

— ¿Qué hay de desayuno? — Pregunté asomandome detrás de él.

— No seas metiche — Dijo apartandome, luego se giró y me dió un beso en la mandíbula.

Ambos habíamos aprendido del otro con el paso del tiempo. Algo que había aprendido con el tiempo era que Aiden era intolerante a hablar de sus padres y algo que Aiden había aprendido de mí era que me tomaba todo demasiado literal, por eso procuraba hacerme saber cuando lo que decía era broma o iba enserio.

— Idiota.

— Siempre tan amable.

Sonreí sentandome en el sofá, Honey subió a mi lado y se recostó en mis piernas. Comencé a acariciarla y prendí la televisión poniendo 'K. C. Agente encubierto' en Disney+.

— Pareces niña de cinco años.

— Y tú un pendejito de tres y no te lo ando recordando.

— Cuando logres insultarme sin utilizar una palabra sucia, te presto atención — Me pasó un plato con una tortilla, tocino y panqueques con miel.

Dejé el plato de lado y me subí a hojarcadas sobre su cintura. Y le tomé de la mandíbula.

— Se te olvida que puedo hacerlo.

— Y a ti que yo también puedo — Me devolvió la sonrisa —. Aunque puedo perdonar tu ataque si me regalas una de esas estúpidas sonrisitas.

Una extraña confusión llamada Emma [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora