SIPNOSIS
Cuando llegue a Sparks un pueblo ubicado en irlanda creí que podría quedarme, comencé a tener amigos, la gente a mi alrededor me conocía, eran amables, también me enamore por primera vez, algo que no entendía muy bien porque no tuve quien m...
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CAPITULO 40
ARTEMISA
Hay tantas cosas que una persona quiere hacer antes de morir, sueños que no se cumplían por miedo, decisiones arraigadas al mismo sentimiento, palabras, metas, yo no era tan diferente de los demás, hubiera querido muchas cosas, una de ellas era ser feliz.
Mucha gente puede pensar que soy todo menos una buena persona, que me complico por cosas que no debería, pero soy un humano que es mas imperfecto que perfecto, intente alcanzar una versión de mi demasiado falsa, me arrepiento de muchas cosas porque después de que se toma una decisión y llegan las consecuencias piensas en muchas alternativas más razonable.
Ahora cuando estoy en ese delicado paso entre vivir o morir, se que me estoy dejando morir, puedo sentir como si empezara a apagar pequeños interruptores que me hacen seguir respirando, la realidad es que soy cruel por no querer volver, porque si abro mis ojos, recordare cada cosa que he vivido, las pesadillas que solo se calman por momentos, quisa ni siquiera seré yo misma, tantas drogas en mi sistema nublaran mi mente, la visión de la vida, olvidare a todos aquellos a los que amo.
Cada segundo que pasa es mi condena a ese fin, una persona tan perdida que será un peligro para si misma, para mis hijos, para Calix, para todos aquellos que se han hecho un espacio en mi vida, en mi corazón, aquí en esta deriva los tengo a ellos también.
Lamento tanto no pode ser la madre que mis hijos merecen, Aiden y eros son el centro de mi mundo, pero me siento tan perdida entre el dolor y la paz, les he fallado demasiado, ya no quiero arrastrarlos a inseguridad y terror que significa ser su madre, cada que ellos dan un paso arrastran mi nombre, mi historia, la realidad que tanto quiero esconder, los hijos de una asesina, nietos de un hombre cruel y enfermo, un linaje tan podrido como ningún otro.
Quisa solo quisa si todo se quemara, que no hubiera un solo rastro de nosotros los Doyle entonces podrían ser ellos mismos, construir un mejor futuro, una hoja en blanco que les aumenta las posibilidades de tantos sueños por cumplir.
Miro las estrellas de un recuerdo con Axel, ambos tumbados sobre una manta, su motocicleta a un costado, los arboles a nuestro alrededor, su mano debajo de mi cabeza, su chaqueta cubriéndome del frio de la noche.
-gracias-balbuceo nerviosa-estoy aquí viviendo, experimentando tantas cosas que aceleran mi corazón y nublan mi mente, todo porque decidiste fijarte en mí-lo siento girarse sin retirar su brazo, su mirada fija en mi perfil.
Con el las cosas son mas fáciles, todo parece calmarse, es como si la paz pudiera reinar a su lado, todos los malos sueños desaparecen, me hace sentir viva de una manera tan pura e inocente, un amor juvenil que no quiero que se esfume.
-no deberías agradecerme, no cuando lo único que queremos hacer es consumirte-revela jugando con un mechón de mi cabello-te vi en aquella tienda luciendo tan perdida, queriendo esconderte, desaparecer del mundo, pero cuando estos hermosos ojos azules se clavaron en los míos ya nada tenía sentido, ¿cómo puedes querer correr detrás de una chica sin conocerla? -su dedo traza un camino desde mi cien descendiendo como memorizando cada aspecto-tan hermosa para estar tan rota.
