REGINA
Un año después.
Leo la edición digital de la revista "Corazón de Bruja" que acaba de enviarme Cole. ¿Cómo diablos han conseguido las fotos?
Pero cuando James aparece por la puerta de la terraza del bungalow de la playa de Ibiza que hemos alquilado por nuestra luna de miel, me doy cuenta de que esa estúpida revista no puede importarme menos ahora mismo.
El corazón se me acelera cuando se acerca a mí y veo cada detalle de su cuerpo, cubierto solo por el bañador, y siento mariposas en el estómago al recordar el tacto de su cuerpo sobre mi piel anoche. En nuestra noche de bodas.
Nunca creí ser de esas personas que se casan, pero cuando de pronto encuentras a alguien que te hace olvidar que eres imperfecta, irascible y caprichosa, alguien a quien no le importa tu pasado ni tu desastre, alguien que solo quiere amarte tal y como eres, no puedes hacer más que pasar el resto de tu vida con ella.
—Buenos días, pequeña Riddle —sonríe y sus ojos oscuros relucen cuando se coloca a mi lado en la cama.
Me rodea la cintura con el brazo y me atrae hacia él, provocándome otro latigazo de deseo que me recorre el cuerpo.
—¿Algún día vas a dejar de llamarme así? —pregunto, divertida.
Él me mira pensativo durante un momento.
—Puede que cuando tengamos noventa años y estemos llenos de arrugas... No, ni siquiera entonces —bromea.
Suelto una risa baja mientras él desliza las manos bajo las sábanas y acaricia mi muslo, provocando que se me erice la piel, y va subiendo hasta rozar mi sexo con las yemas de los dedos.
Dejo escapar el aliento entrecortado y me aprieto más contra él.
—Eso es, pequeña Riddle... —murmura, con la voz ronca, mientras desliza sus dedos dentro de mí.
El fuego me sube por los muslos y se instala en el centro de mi cuerpo. Muevo las caderas contra su mano para buscar alivio desesperadamente, mientras él traza un círculo con su lengua en mi pezón.
Ruedo sobre James mientras él se quita el bañador y coloca su miembro en mi entrada. Su cuerpo es firme y duro debajo de mí El calor de sus manos en mi cintura me quema la piel.
Cuando empuja su cadera hacia arriba, veo un cielo estrellado de placer. Muevo las caderas en círculos, una y otra vez, mientras me inclino para besarlo.
James apoya su frente en la mía mientras acompaña mis movimientos y siento que voy a explotar. El corazón empieza a latirme desbocado y me arden los músculos.
James lo nota y acelera el ritmo, presionándome con fuerza contra él, y yo me dejo llevar por el clímax. El orgasmo estalla en mi interior, extendiéndose por todas las células de mi cuerpo hasta llegar a mi cerebro en una ola de calor y euforia.
Solo cuándo yo he llegado, Jame gruñe con fuerza y se derrama dentro de mí, desacelerando el ritmo de sus embestidas hasta detenerse por completo.
Me desplomo sobre él y ruedo hacia un lado de la cama, mientras él pasa un brazo por debajo de mi cuello y se enciende un cigarrillo con su otra mano.
Me quedo observándolo en silencio. Su piel brilla por el sudor, y los rebeldes mechones de su pelo caen desenfadados sobre su frente. Está en calma.
—Te amo, Reg —susurra, con una cálida sonrisa.
James es mar. Un océano infinito capaz de ahogar mis tormentas interiores y sofocar todos los truenos y relámpagos.
Al verlo así, tranquilo y a mi lado, no me arrepiento de ninguna de las decisiones que me han traído hasta este preciso instante. Ni siquiera las más dolorosas y difíciles. Porque la vida debería vivirse como cuando la arena quema en tus pies y te da igual, porque sabes que corres hacia el mar. Definitivamente, así la vivo yo.
ESTÁS LEYENDO
El Legado de la Oscuridad (Parte IV): Redención
FanfictionÚltima parte de "El Legado de la Oscuridad". Han pasado tres años desde que Regina se fue de Londres, y, para cuando decide volver, ella ya no es la misma. James, por su parte, también ha cambiado mucho: se ha convertido en el Jefe de la Oficina de...