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El quinto año de estudios en Hogwarts no es nada fácil

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El quinto año de estudios en Hogwarts no es nada fácil. Menos ahora, siendo vigilados constantemente por el mismísimo ministerio de magia. Una joven castaña, con una mirada gentil y rasgos tan delicados como los pétalos de las rosas que tanto adoraba, se hallaba sentada en uno de los escritorios de la vieja biblioteca del castillo. Escribiendo en una de sus libretas y apoyando su mejilla en su mano libre, Charlotte era muy dedicada a sus estudios, pues, ¿Que podría esperarse de la mejor de su año?

—Muy concentrada, ¿Verdad?—Habló desde atrás una voz. Harry Potter recorrió una de las sillas sentándose a su lado y sonriendo hacia la castaña, las mejillas de Charlotte se tiñieron de rosado y una sonrisa nerviosa se formó en sus labios—Estuve buscándote.

—¿Para qué?—Preguntó, y su atención regresó hacia sus apuntes. La perfecta caligrafía de Charlotte era digna de admirar.

—Supongo que solo quería pasar tiempo con mi novia—. Harry apoyó su cabeza sobre el hombro derecho de la chica. Ella le sonrió mirándolo de reojo pero sin quitar su atención de sus apuntes—¿Que dices de vernos hoy, en el lago negro?

—Me encantaría—. Charlotte soltó la pluma y cerró el cuaderno, volteándose a ver al azabache haciendo rechinar la silla. La sonrisa en sus labios podría endulzar a cualquier hombre que tuviera el privilegio de admirarla.

—¿A las cinco en punto? ¿Eso está bien para ti?

—Perfecto, diría yo—Suspiró y sus ojos de distintos colores brillaron con emoción ante el contacto visual que mantenía con Harry. Él se acercó y los labios de ambos rozaron, cercanos a un beso.

La puerta de la biblioteca se abrió de golpe haciéndolos separar. Cho Chang, estaba de pie a un lado del marco, aún sosteniendo la manija con más fuerza de la necesaria en una de sus manos. Tenía el entrecejo fruncido, en un pestañeo su expresión se volvió forzadamente amable en una sonrisa que casi desaparecía sus ojos.

—Harry... Hermione te busca—Dijo ella, sonriendo forzadamente y lanzando una fulminante mirada hacia Charlotte, la Slytherin hubiera jurado que era de celos, de no ser porque sabía que Cho mantenía una relación con un Ravenclaw de sexto año.

Charlotte intentó disimular su incomodidad y esa sensación de desazón que se había apoderado de ella. Cho le parecía demasiado hostil y se sentía incómoda, no entendía por qué se comportaba así, debía ser que ella estaba en un día de mala leche. Miró hacia el azabache y vio una leve sonrisa en sus labios, mientras la miraba a los ojos y se levantaba lentamente.

—Nos vemos, ojos lindos—Harry se despidió sonriéndole coquetamente. Charlotte sonrió de vuelta y toda su cara enrojeció tan fuerte y notorio como si fuera un tomate.

No pudo evitar su suspiro como demostración de enamoramiento cuando el azabache y la pelinegra desaparecieron de su vista cerrando la puerta de la biblioteca, pues, Harry a pesar de saber su inseguridad, le había puesto un apodo que aunque muchos consideraran raro, era especial. Pues era la única persona que la halagaba por su color de ojos en lugar de juzgarla.

❛ʜᴇᴛᴇʀᴏᴄʀᴏᴍɪᴀ❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora