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FLASHBACK«La hermosa y evocadora Charlotte Grindelwald sentía como si estuviera aislada en el mundo

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FLASHBACK
«La hermosa y evocadora Charlotte Grindelwald sentía como si estuviera aislada en el mundo. Aunque era una bruja talentosa, con un corazón noble y una mente siempre en funcionamiento, había sido rechazada y marginalizada debido a sus diferentes ojos». Eso era lo que Charlotte imaginaba que Rita Skeeter publicaría al día siguiente en la primera plana del Profeta apenas se enterara, pero una vez más, estaba acostumbrada.

Acostumbrada a los frecuentes rechazos y burlas de cualquier estudiante de Hogwarts que pasara frente a ella, pues, según pensaba, cualquier persona con dos dedos de frente saldría corriendo apenas verla, ¿quién querría una amiga como ella? ¿Una novia, una esposa o una madre? Nadie, absolutamente nadie.

Lágrimas inocentes derramaban de sus ojos y recorrían las mejillas pálidas y rosadas del rostro pequeño de Charlotte, preguntándose, qué había hecho para que la odiasen tanto. Aveces, solo aveces, Charlotte creía que el odio que recibía no era solo por sus ojos.
Charlotte sacudió sus cabellos castaños, cuidadosamente recogidos en una trenza en su nuca, y se frotó los ojos para eliminar las lágrimas. En los buenos días, se decía a sí misma que no importaba si sus ojos eran diferentes, que la diferencia podía ser linda.

Pero en días malos, como ese catorce de febrero de 1992, Charlotte se decía lo contrario. A pesar de sus intentos por cubrir su característica que pocas personas consideraban única, nada funcionaba, a pesar de los lentes oscuros que solía usar inclusive en días de invierno para cubrir las iris distintas, parecía que todos podían ver a través del lente, porque seguían burlándose de ella.

Aquella tarde, en la Sala de Lectura de la Biblioteca, Charlotte miró al cielo raso que mostraba la tormenta de nieve exterior. En Hogwarts, el cielo se veía menos como un techo y más como un mapa del clima. En ese momento, se preguntaba si los estudiantes sentían piedad de ella por estar sola en la fecha de San Valentín, o si se reían de su triste y solitaria condición.

En el fondo de la biblioteca, hasta el último rincón en una mesa escondida entre la esquina de dos estantes grandes llenos de libros aburridos, ella se hallaba desplomando lágrimas de sus ojos que resbalaban hasta dar con la madera vieja de la mesita en la que se recargaba, soltando sollozos en voz baja que el viento se llevaba y se perdía en todos los sonidos que se ahogaban en Hogwarts.

Algo se paró a su lado y ella se limpió las lágrimas creyendo que serían Daphne o Theodore que irían a burlarse de ella, pero era un búho.

Un búho real con su plumaje fino y cuidado que la observaba fijamente a través de sus ojos amarillos y su pupila fina que la atemorizaba por alguna extraña razón, pero Charlotte decidió no juzgar sus ojos.

El animal tenía a sus pies una pequeña cajita envuelta en papel rojizo y con un listón color blanco que formaba un moño pequeño pero bien recogido. Colgaba un hilo en el que venía una tarjeta amarillenta y con una perfecta caligrafía que Charlotte pudo reconocer, decía «De Draco, hasta la única persona por la que vale la pena derretir el hielo en su corazón».

Con manos temblorosas, Charlotte abrió la cajita, temiendo lo peor pero esperando lo mejor. El interior la sorprendió. Había una linda caja de acero donde había toda clase de pinceles: grandes, pequeños, cerdas de diferentes tamaños y formas, y en otro compartimiento, tubos de pintura y vasijas de aceite.

Los ojos de Charlotte se abrieron como grandes platos y un brillo de felicidad apareció en sus ojos, llena de emoción que recorría todo su cuerpo, una sonrisa se formó en sus labios y entonces se preguntó cómo es que Draco había adivinado que ella amaba pintar. Charlotte tomó los pinceles y, entre sus dedos, los sintió tan suaves como si fueran plumas de pavo real. Cada uno de los pinceles era diferente, cada uno tenía su propia historia y su propio uso. La sonrisa en su rostro se ampliaba por momentos.

—Gracias, Draco—susurró para sí.

❛ʜᴇᴛᴇʀᴏᴄʀᴏᴍɪᴀ❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora