La tarde siguiente, el maño se acercó a la tienda "solo para saludar", lo cual acabó convirtiéndose en toda la tarde del martes entre risas y roces casi imperceptibles, esta vez siendo él el ayudado por el menor en su examen de Álgebra Lineal. O al menos, un intento de apoyo, porque lo único que recordaba el vasco eran las sumas y restas.
El miércoles también fue, con la justificación de querer un vinilo de Amaia, que sabía que era de las artistas favoritas del pequeño por la constante mención de la artista en sus conversaciones. Cuál fue la emoción del chico al ver que iba a escucharla, ofreciéndole que lo hicieran juntos. Como podréis imaginar, la tarde del miércoles también la pasó en el pequeño recinto.
El jueves llegó, pidiéndole su opinión sobre qué plantas debería comprar para decorar su piso. El bohemio tuvo que aguantarse la risa al escuchar el pésimo pretexto utilizado por el chico, pero poniendo todo su empeño en mostrarle fotos de sus flores favoritas y el significado oculto tras cada una. Una invitación al piso del menor quedó en el aire, debido a "la abundancia de plantitas" en su habitación.
El viernes, ni siquiera inventó una excusa. Media hora después de que el vasco abriera, Juanjo ya estaba allí con dos cafés calentitos para combatir el frío otoño.
– Juanji, no hacía falta – pero las mejillas sonrosadas y la sonrisa dibujada en su boca hacían que se sintiera más que orgulloso de su pequeño detalle.
– Ya – el aragonés le tiende una de las tazas, haciendo que sus dedos se rocen por un momento – pero quería.
Dos segundos que para ambos se sienten como minutos pasan en aquella posición, hasta que el menor rompe la tensión cogiendo el café.
– Me tenías que devolver el favor de aguantarte
– Anda hijo – ríe el contrario sintiendo como la presión se libera de su vientre, mientras le revuelve el pelo para molestarle – Si te encanta.
Martin no le responde, sonríe de forma ladeada mientras da un sorbo a su café.
– Hoy solo tengo que ensayar una escena – dice el vasco, dejando el café sobre el mostrador. Juanjo hace lo mismo, a la vez que se apoya él también.
– ¿No hay exámenes que ayudarte a aprobar?
– Tonto – responde, sentándose en una de las sillas a su lado.
– Es broma Martín – ríe al ver como el menor frunce el ceño al escuchar el acento marcado con el que Juanjo adoraba picarle – ¿Y cuál es la obra?
– Bodas de sangre, de Lorca – rápidamente responde ilusionado, olvidando su fingido enfado mientras el maño se enternece por su entusiasmo – ¿Sabías que Lorca es mi dramaturgo favorito?
– Tendré que leerme alguna obra suya entonces – responde sin dejar de mirarle con una sonrisa de lado.
– ¿Me ayudas a ensayar un fragmento de esta? – Juanjo asiente rápidamente, colocándose frente a él – Mira es cortito, tú lee lo que dice la novia que yo hago del novio.
– ¿Y por qué me toca a mí hacer de la infiel? – el mayor hace un puchero, pero coge el papel leyendo el contenido detenidamente.
– Porque ez mi tienda así que yo elijo – responde Martin mirándolo a los ojos y alejándose un poco, listo para comenzar. Cuando levanta la mirada, ya está metido en el personaje, y no puede evitar sentirse un poco expuesto. Pero Juanjo le hace sentir confiado con una pequeña sonrisa, por lo que no tarda en disfrutar la corta escena.
– Mañana vendré – empieza a hablar de memoria el menor.
– ¿A qué hora? – responde esta vez el contrario, leyéndolo pero entonando.
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vinilos - juantin
Fanfictiondonde martin trabaja en una tienda de vinilos y juanjo va todos los días para verlo. o donde juanjo se enamora del vendedor y martin de su cliente.