episodio 13: mesiversario

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soy consciente del salto temporal que supone este capítulo pero qué puedo decir, no se me da bien escribir cosas bonitas y estables. ahora comentadme cosas bonitas, vale chicas?



Un rayo de sol ilumina sus párpados cerrados, generando la impresión de que un naranja infinito se expande ante sus pupilas. Abre los ojos, parpadeando varias veces debido a la intensidad de la luz mañanera. Lo primero que ve al despertar es a su novio, profundamente dormido. El sol ilumina la mitad de su rostro que no se encuentra hundida en la almohada, revelando sus esculpidas facciones y sus labios levemente hinchados por el sueño.

El maño, al contrario que Martin, ni se inmuta ante la luminosidad que le enfoca directamente en la cara. Lleva siendo así desde la primera vez que durmieron juntos: Martin es de sueño profundo, Juanjo de hibernación intensa.

Probablemente se les olvidase echar la persiana la noche anterior, demasiado ocupados con otra actividad con la cual cayeron rendidos del cansancio.

«Pero si esta es la visión que me aguarda cada mañana al despertar, me ocuparé yo mismo de dejarla abierta» piensa el vasco.

– Do – sabe que debería dejarle dormir, pero hoy la pareja hace seis meses, y el menor no puede esperar más para darle la sorpresa que tiene preparada. Además es veintitrés de junio, por lo que también comienza el verano, estación favorita de ambos, y por ende, el fin de las clases. – Despierta.

Suaves besitos son depositados en el rostro del mayor con lentitud, sin querer despertarlo de forma brusca. Es cuando nota que una leve sonrisa se dibuja en el rostro de su novio que le da un pico rápido, como victoria.

– Te apesta el aliento – las primeras conmovedoras palabras del aragonés el día de su aniversario, típico de él. Sin embargo, el vasco, ya familiarizado con cada faceta del chico, sonríe, aceptando su manera de expresar su amor.

– A ti también – se dan otro corto beso, esta vez iniciado por el mayor, que vuelve a cerrar los ojos – ¿Hace cuánto que estás despierto?

– Un buen rato – el menor corresponde al comentario con una delicada risa, que sale ligeramente ronca – Si es que prefiero cuando me despiertas tú.

Pasan los minutos, y siguen en la misma posición que al principio. La pierna del más bajo enredada entre las del contrario, que mantiene su brazo rodeando su cintura. Mentirían si dijesen que con el pasar de las noches que comparten juntos no despiertan en ocasiones cada uno en una punta de la cama. Especialmente aquellas que son más calurosas o en las que simplemente necesitan su espacio. Pero esta vez, sus cuerpos forman un bello lienzo que ha permanecido intacto durante todas sus horas de descanso.

– ¿No te acuerdas de qué día es hoy? – los ojos del bohemio repasan su cara, en busca de alguna expresión o respuesta a su pregunta. El mayor decide picarlo, al ver la inocencia dibujada en su rostro.

– No, ¿qué día es hoy? – si le preguntasen qué se le da peor, si la ingeniería naval o mentirle a su chico, probablemente diría que lo segundo. A veces le titilaba el ojo derecho, otras veces la sonrisa era simplemente incontenible. Esta vez la acción de morderse los labios fue lo que lo delató.

– Eres un bobo – el vasco aparta el brazo que rodea su torso y se da la vuelta, fingiendo un enfado para nada real. Adoraba cuando se picaban en broma, aunque en repetidas ocasiones había acabado en piques reales debido a que sus personalidades no colaboraban.

Rápidamente el aragonés vuelve a acercarse a él, atrayéndolo por la cintura y pegándolo a su cuerpo. La mano localizada en su vientre deja caricias que erizan su piel, generando fuegos artificiales en la zona.

vinilos - juantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora