- Te digo que está distinto - el humo anteriormente inspirado sale lentamente por los labios entreabiertos del maño - Joder, que sé que lo de su madre le afectó en sobremanera, pero, yo que sé. Han pasado dos años, Almu.
Le tiende el cigarro a su amiga, el cual acepta sin rechistar, e inhala cerrando los ojos. El frío de la noche los embriaga a ambos, las palabras quedan a medio pronunciar en sus bocas. Sin embargo, la conversación sigue, tras unos necesarios minutos de silencio.
- Juanjo, yo que sé.... A mí me parece raro, porque hacía meses estaba bien, ¿no?
- Sí, eso es lo que me ralla. No me explica nada, cada vez que le pregunto se hace el loco o se cierra en banda - la mirada triste del más alto entristece a la rubia, que le acaricia el degradado, recién cortado.
- Cariño, tienes que poner límites con Martin. No puedes estar esperando toda la vida a que vuelva a ser el de antes. Quien sabe si alguna vez volverá a serlo - sus palabras le duelen más de lo esperado, siente como las lágrimas empiezan a formarse en las cuencas de sus ojos. No quiere preocupar a su amiga, por lo que simplemente apaga el cigarro y entra al piso.
- Tengo frío, debo irme. Además, Martin estará al llegar, si no se retrasa otra vez con el rodaje - agarra la chaqueta, poniendo más atención de la necesaria en la acción de colocarla. Siente que si se la pusiera del revés o no encontrara la manga, se echaría a llorar ahí mismo, no hace falta más que un pequeño estímulo para darle rienda suelta a su inminente llanto.
Denna puede ser la persona que más, y mejor, le conoce en ese momento de su vida. Y es por ello que se de cuenta de lo afectado que está, y de que no es buena idea seguir ahondando en la conversación. Por lo que cambia de tema con admirable rapidez.
- Hablando del rodaje, ¿cómo le va siendo una superestrella? - una pequeña risa fingida sale de los labios de Juanjo, que finalmente consigue ponerse el abrigo.
- Ya sabes, mucho tiempo fuera de casa, pero viviendo su sueño. Incluso lo paran por la calle a veces, ¿te lo puedes creer? A veces le envidio, sanamente - una sonrisa se forma en su cara al hablar de su chico, lo cual la rubia no pasa por alto. Siempre ha creído que estaban predestinados, que todo ese rollo de hasta que la muerte nos separe era algo verídico en ellos dos. - Almu, me marcho, ¿vale? Nos vemos mañana si quieres en el estudio, a ver si terminamos de una vez la canción.
- Claro bobo, ahora ven y dame un abrazo, anda.
El trayecto en coche le tranquiliza, mantiene la ventanilla abierta para respirar con más facilidad. Mira la hora, las once y media. En teoría, su chico debería haber llegado a las diez, pero no ve ningún mensaje en la pantalla del móvil. Aprovecha un semáforo en rojo para llamarle, poniéndolo en manos libres.
Cinco pitidos de duración, hasta que suena el contestador que ya se sabe de memoria.
- Hola, soy Martin, seguramente esté dormido o trabajando, ¡agur!
Suspira, pero no se sorprende. Tampoco esperaba que le respondiera.
Aparca con cuidado, al menos tiene suerte de encontrar un aparcamiento frente a su portal. Mientras sube las escaleras, un olor a pasta recién cocinada llena sus fosas nasales, y algo de esperanza le calienta por dentro. Pero al llegar frente a su puerta, se da cuenta de que el aroma viene de la puerta de enfrente, donde una mujer maravillosa vive junto a su marido. Ha tenido la oportunidad de conocerla y cocinar junto a ella varias veces, y se adoran. Pero no puede evitar desanimarse al girar la llave y ver las luces apagadas.
- ¿Amor? - Nada, un silencio sepulcral llena la estancia. Enciende la lámpara del salón, situada junto a una de las numerosas plantas colocadas por su novio, y luz cálida ilumina el lugar. Se sirve una copa de vino mientras rebusca entre las opciones de Netflix, y no puede evitar pensar en lo deprimentemente cliché que es la situación. Tras media hora de búsqueda, no se conforma con ninguna película y apaga la televisión, dejando a su vez la copa ya vacía sobre la mesa.
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vinilos - juantin
Fanfictiondonde martin trabaja en una tienda de vinilos y juanjo va todos los días para verlo. o donde juanjo se enamora del vendedor y martin de su cliente.