episodio 6: felices 20

2.8K 208 285
                                    

hay una leyenda urbana de mi pueblo que dice que si comentáis las actualizaciones se toman un red bull y van más rápidas 

...

El horario de clases había concluido, y como cada lunes, Martin y Lina habían almorzado juntos.

– ¿Qué se supone que estamos haciendo? – susurra Lina en su oído, ganándose un chistido por parte de su amigo.

La escena era algo cómica: el vasco arrodillado tras unos matorrales, dejando ver únicamente sus ojos, y la chica agachada a su lado intentando localizar su objetivo. Cuál fue su sorpresa al entrever a un chico alto riendo junto a una chica rubia.

– Vale, puede que estemos espiando a Juanjo – se rinde Martin a su lado, dejando de mirarlos como un obseso y girándose hacia ella, que aguanta una carcajada.

– ¿Ese es Juanjo? – vuelve a asomarse, esta vez reparando más en él – Pues es guapo.

– Ya lo sé – responde empujándola suave hacia abajo, con miedo de que los pillaran con las manos en la masa – No lo mires tanto, a ver si te va a ver.

– Vale, vale... ¿Y quién es ella? – no puede dejar escapar la forma en la que el menor se tensa ante la pregunta – Anda.

– Una chica muy guapa cuyo nombre desconozco – responde tirándose en el suelo en forma de estrella.

– Primero, levanta de ahí Marts, qué asco. Y segundo, ¿no se supone que no sois nada serio?

– No, no, no lo somos – dice rápidamente, ignorando su sugerencia – ¿Por qué preguntas eso?

– Porque te veo celoso – como respuesta, el chico la empuja con delicadeza, pero lo suficientemente fuerte como para que caiga sobre él. La castaña le empieza a hacer cosquillas y el más pequeño se retuerce debajo suya, riendo.

Ni siquiera se percatan de la presencia de alguien más de pie frente a ellos, hasta que escuchan una tos fingida y ambos giran la cabeza.

Juanjo los mira con una ceja alzada y con una sonrisa reprimida, cruzado de brazos. Lina solo ríe, levantándose para dejar de aplastar a Martin, mientras que el rostro del nombrado comienza a tener similitudes con un tomate.

– Hola – es lo único que sale por su boca, aún tirado en el suelo. El contrario ríe en respuesta, tendiéndole la mano para ayudarle a levantarse.

– Hola loco – la vergüenza sale del cuerpo del menor, y una sonrisa se planta en su cara. Definitivamente lo que sentía por Juanjo iba "in crescendo". El mencionado despega su mirada de Martin para dirigirla a su amiga – Hola.

– Esta es Lina – dice el vasco una vez está de pie – Lina, este es Juanjo – Ella aguanta una risa, bajo la fulminante mirada del chico que no pasa desapercibida por el maño.

– Encantada Juanjo – le regala una sonrisa sincera – Pero yo ya me iba, que tengo clases particulares con una niña monísima en nada.

Tras una dramática despedida entre los más cercanos y una cordial despedida entre los recién conocidos, Martin y Juanjo se quedan a solas. Es ahora cuando el vasco vuelve a sentir la vergüenza apoderarse de su sistema, y por primera vez, es él quien evita mirarle a los ojos.

– Ven un momento – el vasco asiente, siguiéndolo hasta uno de los baños de la Universidad. Al entrar siente las manos del mayor en su cara, haciendo que lo mire – ¿Qué te pasa?

Martin niega, no quiere pasar por esta innecesaria conversación, sobre todo porque no sabe mentirle a Juanjo. Literalmente, las pocas veces que lo había intentado, había fracasado en el intento.

vinilos - juantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora