11. Malas decisiones

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Harry

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Harry

A Benjamín siempre le gustaba ir al mismo lugar, era uno de los lugares más conocidos de Miami, donde era uno de los socios principales.

Y ahí estaba Louis, quién también se había vuelto un cliente asiduo. Tan imponente, tan apuesto.

Lo miraba de una manera que lo hacía sentirse sonrojado sin poder evitarlo.

Sentía su mirada en la espalda, pero no sé detuvo, se dirigió hasta los baños dorados del Babylon.

Luke le dio su espacio, quedándose afuera a esperarlo.

Estaba arreglando su bálsamo labial y la suave cascada en la que caían sus rizos.

Era una de esas noches en las que la soledad le pegaba con fuerza, no hay nada más triste que un niño solo en el mundo.

Sacó la bolsita de coca que siempre llevaba a mano, por si no podía tolerar el asunto.

Tomó una pizca y aspiró un poco, al poco tiempo sintió el polvo hacer efecto apenas tocó sus fosas nasales, la maldita sensación de que todo estaba bien, un paliativo pasajero, que era mejor a nada.

La puerta detrás de él sonó, y dio un respingo asustado, iba a protestar por la interrupción, cuando observó el reflejo en el espejo.

Lo había seguido hasta los baños.

Se quedaron en silencio observándose mutuamente.

—Ven aquí. —Lo llamó.

No sé movió de su sitio, entonces el alfa se acercó hasta él.

Louis extendió la mano para poder acariciar la mejilla de Harry con la mano libre.

—¿Has pensado en mi propuesta?

Negó levemente mordiendo sus labios con suavidad.

Dejó que sus nudillos acariciaran la mejilla ajena, presionando suavemente contra el lugar donde sabía que aparecería el querido hoyuelo. Entonces el omega respiró entrecortadamente, y su aroma se volvió más dulce a medida que llenaba de feromonas el aire que los rodeaba.

Bueno, tal vez le gustaba Louis. Podía ser, ¿no? No solo su omega sentía deseos de estar cerca de él, por algo Harry se imaginaba todos esos escenarios ficticios en los que compartían más que el espacio, dónde Louis lo besaba hasta perder el aliento.

Le gustaba.

Oh, mierda. Sí, le gustaba.

Bueno, igual eso no era tan difícil, que le atrajera Louis, porque, bueno, era un alfa atractivo y muy guapo, era un buen prospecto; para seguir aún más, su porte intimidante, tan de militar y de chico malo, sentía que podría dominarlo en cualquier momento; y para terminar, su dinero. Todo su maldito dinero y los lujos que podía brindarle.

The World Is Yours L.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora