Louis Tomlinson es un ex militar norteamericano, con ascendencia italiana, que llega sin un centavo a un Miami de los 80's para convertirse en uno de los más poderosos narcotraficantes de la época.
Con una ambición descarada, el chico hará todo con...
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Se encontraban cenando en un lujoso restaurante Florida a donde acostumbraban a ir el lugar favorito de Louis.
Cenaban en silencio, ajenos entre ellos. Liam los acompañaba esta vez, últimamente el alfa no se pasaba por la casa con tanta frecuencia como antes, desde la pelea que tuvieron a causa del arresto de Louis. Su marido secretamente culpaba a este último por eso.
Liam le agradaba, con sus enormes ojos de cachorro, sinceros como él solo sabía ser, y sobretodo por su carisma y amabilidad para con él. El alfa siempre lo hacía reír y lo acompañaba cuando Louis se lo pedía en sus viajes de trabajo.
—Así que —El ojimarrón interrumpió el silencio cortante. —¿Cuál es el gran misterio de la situación boliviana? ¿Vas a decirme qué pasó con Sosa, Louis?
—Puras pendejadas. —Contestó arisco. —Eso paso.
—No puede ser. —Sonrió su amigo.
—Política. —Bufó. Se acomodó en su asiento. —Mira, quiero que te quedes aquí por un tiempo. —Se dirigió a Liam como si se tratará de un encargo importante. —Que cuides las cosas por mí. Tengo que ir a Nueva York la próxima semana.
Harry se removió inquieto esta vez, Louis se iría en un viaje tan pronto, de nuevo. Dónde lo dejaba eso, cuando hablarían de su estado y de su matrimonio. Trató de guardar la compostura, antes de que su marido se percatara de su silenciosa tribulación.
—¿Está bien? —Louis cuestionó a su amigo.
Liam lo miró preocupado. Al parecer estaban arreglando las cosas, pero Harry seguía viendo ese distanciamiento, Liam no estaba enterado de su viaje a Puerto Rico y de muchas otras cosas que habían pasado en los últimos días.
Harry estaba seguro de que el alfa no hubiera permitido que Louis lo tratara de esa forma el día de su arresto, pues a pesar de todo se había ganado también su cariño y respeto.
—Mira hermano, no me gusta. —Dijo. —No me gusta nada esto. —Respondió dando a conocer su preocupación.
Louis bufó rápidamente.
—¿No te gusta? Chico, en primer lugar, tú fuiste el que me metió en este maldito problema.
—¿Yo? —Liam jadeó incrédulo.
—Sí tú. —Acusó Louis. —Con tu maldito Silverman. Acuérdate.
—¿Qué tienen que ver Silverman con Sosa? —Liam increpó aireado —¿Cómo se conectan los dos Louis, eh?
El ojiazul sonrió negando, en cambio regreso su atención a Harry. Lo miró fijamente sin prestarle más atención a su amigo. El omega trató de evitar su mirada como había estado haciendo el resto de la noche.
—¿No quieres la comida? —Cuestionó de repente. Se había dado cuenta de que apenas había tocado la comida.
