18. Luna De Miel

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Despertó con la luz del medio día, el sol se colaba furiosamente en su alcoba. Miró a su lado.

Louis seguía durmiendo. Prefirió dejarlo así, el castaño necesitaba recuperar energía después de su efusiva celebración de boda.

Se aseo con calma, y se acicalo con esmero, hasta exfoliar su piel, aplicarse las cremas que le gustaban, y relajarse eligiendo su ropa para ese día.

[...]

Louis se apareció ante él, cuando ya se encontraba en la mesa listo para recibir el almuerzo.

—Veo que has empezado sin mí. —Señaló la mesa frente a su esposo rizado. A pesar de la evidente resaca que debía tener, sonaba risueño.

—No quería perturbar tu sueño, esposo mío. —Contesto. Esposo. Eso sonaba tan perturbador y a la vez increíble que no pudo, no sonreír complacido, mientras terminaba de beber su batido de fresas.

Louis dejo un beso en su sien antes de pasar a sentarse en frente suyo. Rápidamente ordenó lo que deseaba en su "desayuno" y se dispuso a comer hambriento.

Su esposo solo podía contemplarlo perdido en su figura despampanante. Los anteojos de sol le daban un aspecto de dandy encantador, en conjunto con el cabello castaño y alborotado por la ducha, que hacían al pobre Harry salivar por la vista.

Pero el omega no se quedaba atrás, era simplemente hermoso, con su delicada bata de color salmón y ribeteada de flores rosadas y lilas. Los rizos brillaban furiosos al sol, los ojos verdes vivos y grandes rivalizando con la belleza del lugar a orillas del vasto mar.

—¿Te gustaría salir a pasear por el muelle en la tarde? —Louis habló interrumpiendo el hilo de sus pensamientos.

—Claro. —Contestó ligeramente afligido por la situación.

Fue una tarde maravillosa, ajenos al ajetreo de la ciudad, los problemas y los negocios de Louis, habían hablado de todo y nada a la vez. Cada vez más avidos en querer saber todo del otro, sus miedos, sus sueños, sus gustos y más. Simplemente sentían que el tiempo no les alcanzaba para todo lo que querían hablar y hacer.

Cenaron en la playa en una mesa preparada por los empleados de confianza del alfa. Y regresaron caminando sobre la arena, lanzandose miradas de enamorados, tal vez lo estaban pero no querían aceptarlo. Todo se sentía tan pronto para ambos.

La brisa era cálida y el ambiente de algún modo romántico.

🍒

Harry termino de prepararse para dormir, habían decidido postergar su viaje en yate para el día siguiente.

Una vez solos en su habitación, los demás tenían cuartos alejados al suyo. Siempre manteniéndose vigilantes por supuesto, debían proteger a su jefe.

Harry miraba la luna llena en el balcón, iluminando el océano como un espejo. Simplemente hermoso. Dándole ánimos al joven casado.

Louis se acercó y tomo su rostro en una caricia suave, transmitiendole confianza y valor.

El omega alzó su boca esperando un beso, y el mayor se lo concedió. Lo beso con cautela y ahinco, queriendo plasmar todo lo que sentía en ese momento.

Deseo, amor y la ternura que de algún modo lograba infundarle su bello chico aún en esa situación.

Harry llevo las manos a su cuello, mientras el alfa tomaba sus caderas estrechandolo contra su cuerpo.

Se dirigieron de vuelta al lecho y Louis lo recostó en la cama lentamente. Lo miró con sus ojos azules vividos, esperando su permiso.

Harry se sentó en la cama para el mismo sacar su túnica, lanzó la prenda a un lado en un arrebato de descaro. Louis solo sonrió e hizo lo mismo con su camiseta blanca. Mostrando todos esos músculos que podían enloquecer a cualquier pobre alma testaruda.

The World Is Yours L.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora