19. The Blue Adventure

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Se dio la vuelta para contemplar a su esposo dormido

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Se dio la vuelta para contemplar a su esposo dormido. El alfa ya lo observaba incorporado en su codo derecho. Si Louis no estuviera sonriendo, a Harry le habría parecido un maníaco observandolo.

Se sonrojo ante la evidente desnudez que ambos conservaban de la noche anterior. Sus piernas rozaban peligrosamente la cintura del alfa.

—¿Cuanto tiempo llevas ahí? —No pudo evitar verlo extrañado . Sus mejillas del color de los duraznos, mientras se apartaba levemente.

—Toda la mañana. —Louis contesta sin inmutarse.

—Rayos —No puede evitar soltar. —Estabas contemplando mi boca babeando... o tal vez la maraña de rizos que se me forma al despertar?

—Oh vamos, omega. Eres hermoso siempre. —Y ahí estaba otra vez. Louis solo decía cosas como esas, sin cuidar lo que le hacía a su pobre corazón.

—¿Eso crees? —Preguntó con una sonrisa avergonzada. Se sentía como un maldito adolescente tímido y enamorado. Louis asintió.

—Eso creo.

—Igual es raro. —Hizo un mohín donde arrugaba de manera tiern6la nariz. El mayor dejo un toquesito con sus nudillos.

—Sabias que hay ancianos japoneses que pagan obscenas cantidades de dinero por solo observar a los jóvenes omegas dormir. Ni siquiera los tocan, solo observan. Es como su droga personal. Harry recordó haber leído algo así alguna vez.

—¿Estás comparandote con un viejo? —Dijo con una ceja enarcada.

El alfa sonrió negando, unas pequeñas arruguitas adornando sus ojos.

—Podría ser.

—Pues no me pagas lo suficiente. —Lo corto rápidamente. Iba a levantarse con la sabana enredada en su torso, a pesar de que su marido lo había visto hasta el recóndito más escondido de su piel la noche anterior. Louis lo detuvo cerniendose sobre él.

—No lo hago. —Estuvo de acuerdo. —Pero puedo hacerlo, adorar tu cuerpo hasta la eternidad. Gracias —Dejo un beso esquimal en su boca. Harry suspiró entrecortadamente. El alfa beso su mandíbula, volviendolo ansioso por él, hasta llegar a su cuello desnudo, para luego hacerlo enloquecer cuando llegó a su pecho.

El omega le abrió las piernas gustoso, dejando que se acomodara entre ellas. Dispuesto a encontrar todo el paraíso qué le prometía su señor esposo.

Después de recibir un nudo en la cama y otro en la ducha. Louis lo dejo en paz para desayunar como era debido. Se relajaron agotados y sacados, bajo la luz radiante del sol del Pacífico. El mayor gozaba de un dorado espectacular, pero a Harry definitivamente se le complicaba broncear su suave piel nívea y pálida, la que cual solo se sonrojaba furiosamente

bajo los rayos solares. Aún así se sentía bonito debido a las miradas cargadas de deseo que su esposo le regalaba sin pudor alguno.

El agua resplandeciente a su alrededor era maravilloso. El gran yate blanco, The Blue Adventure, se dirigía a altamar, dispuesto a navegar por la próxima semana las costas de California y el Pacífico.

The World Is Yours L.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora