Louis Tomlinson es un ex militar norteamericano, con ascendencia italiana, que llega sin un centavo a un Miami de los 80's para convertirse en uno de los más poderosos narcotraficantes de la época.
Con una ambición descarada, el chico hará todo con...
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Cariño, has estado tan loca.
Últimamente nada parece estar yendo bien. ¿Por que has caído tan bajo?
Pero si cantas, si tú cantas...
Sing-Travis
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Se encontraban en la oficina de Silverman, su nuevo banquero, quien había aceptado blanquear su dinero.
Liam tenía razón, el estúpido de Davis, no era el único pez gordo en Florida. Aún así el alfa ojimarron no estaba con ellos, su amigo se había disgustado en serio, por apartarlo a un lado al cerrar el trato con Silverman y por su último intercambio de palabras. Louis llevaba ya, dos horas sentado en las oficinas del banquero y recién estrenado político, contando dinero como cómo putos recepcionistas de banco.
Michael, Matt, e incluso Luke, quién ya tenía ganada su plena confianza estaban con él. La maquina de contar y ordenar billetes hacia su trabajo, pero ellos debían corroborar.
Tomó un fajo de billetes, anotando la cantidad exacta en un cuaderno, a un lado Michael insistía en hablar como loco y contarle a los otros contadores del banquero sus anécdotas inventadas, o no.
Louis no podía estar seguro de corroborar algunas cosas.
Luke contaba diligentemente billetes a su costado, con cara de concentración. Y Louis no estaba seguro de si aquello era mejor o no, que tener que conducir para Harry y cuidarlo las 24 horas.
-Oh Louis, ¿Y recuerdas? -Michael se dirigió al hombre gordo, uno de los amigos de Silverman. -Salí en una película, con Al Pacino, sabes, en esa película dónde es un mafioso italiano. De hecho somos buenos amigos.
Su amigo rubio seguía hablando, era su problema cuando se entusiasmaba de más no podía callararse. Louis tarareó en respuesta sin despegar la vista de sus billetes.
-Yo era su chófer en la película. -Aseguraba Michael.
-¿En serio? -El otro alfa trataba de seguirle la corriente.
-Claro hombre.
-Subtotal, 283,000 107 centavos. -Habló uno de los contadores. Silverman observaba a su lado. -¿
Quieres un cheque de la compañía Louis?
El alfa sostuvo su cigarro, observó el montoncito de billetes que había contado antes.
-Yo conté 284,6 mil dolares. -señaló.
El hombre abrió los ojos torpemente.
-Eso no es posible. -Carraspeó. -La máquina no comete errores. -dijo rápidamente.
Silverman se removió en su asiento.
Louis asintió, él no era ningún imbécil.
-Bien contemos otra vez entonces. -Se dispuso a tomar el dinero y contarlo, aún si les tomará toda la maldita tarde.
