The World Is Yours L.s.

12. Todo lo que fue

El me llamaba DN,
porque estaba lleno de veneno,
pero bendecido de belleza y coraje.

Jim me dijo eso.

Ultraviolence

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Benjamín no le había dirigido la palabra en todo el viaje de regreso a casa. El beta había salido furioso del Babylon, sin siquiera dirigirle la palabra Harry, quien solo lo había seguido como un corderito perdido.

Estaba con los nervios a tope, pero había tenido cuidado de no soltar sus feromonas, y mostrar su actitud, temblorosa como estaba.

Tan concentrado estaba en no dejar salir su evidente intranquilidad posterior a su primer encuentro con el alfa ojiazul, esa noche.

Había estado perfecto, solo con su mente y culpa comiendo su cabeza. Sin embargo, a Louis, tan intransigente como siempre, no le había importado nada, no siquiera él, para mandarlo todo al diablo.

Harry esperaba que el alfa tuviera toda su artillería encima, y que de verdad se cuidara de sus enemigos, que se llenara de guardaespaldas hasta los dientes y que durmiera con un arma bajo su almohada.

Porque Louis no conocía a Benjamín Watts, como Harry lo hacía.

El beta estaba molesto con Louis, porque este último no solo había irrespetado su autoridad sino que le había hecho frente como un igual y lo había hecho ver como un estúpido. Además, se había enterado de que Louis había entrado de lleno en el negocio, y se había quedado con uno de sus proveedores más importantes, un tal Hugo Sosa. Harry podría parecer un chico tonto, como decía su marido, Pero todo era una máscara de protección.

Y Louis no solo había conseguido un enemigo ahora, sino que había encendido la chispa del fuego, dándole la excusa perfecta para una pelea al hombre mayor. La manera en la que había retado sin importarle nada a Benjamín, nunca nadie se le había puesto en frente como el alfa joven, eso sería algo que Harry, ni siquiera en sus sueños más locos haría.

Y Harry no podía permitir que hubiera otro acercamiento ni siquiera a cincuenta metros de distancia entre ellos, lo que había pasado en el baño no podía volver a repetirse jamás, o Benjamín le haría pagar las consecuencias con creces.

Tenía miedo de que el magnate estuviera decidido a ir por Louis, en los próximos días, o esa misma noche. Lo había mandado a su habitación como un niño pequeño, siendo escoltado por Andrea, uno de sus otros alfas de confianza. Luke se había tenido que ir con Benjamín, y él lo necesitaba ahora, maldita sea.

Su marido había mandado a reunirse en su despacho, a sus muchachos de confianza.

Algo andaba mal. Su omega estaba ansioso.

En un repentino ataque de frustración e ira, por su parte humana, sintiéndose asfixiado, tiró todo lo que estaba encima de su mesita, boto todo su maquillaje, perfumes y productos de limpieza.

Se sentía encerrado, no podía hacer nada, ni enterarse de nada, en el club se había sentido como un horrible objeto, un trofeo sin voz, ni voto, por el cual Louis y su marido pudieran pelear.

Y estaba harto de eso.

Estaba decantándose entre bajar o no, cuando la puerta de su recámara, se abrió de imprevisto.

Harry ni siquiera se había alcanzado a cambiarse la ropa para dormir, como acostumbraba a hacer en casa.

Benjamín estaba ahí, parado y luciendo impasible. Trató de actuar normal, y empezó a recoger las cosas regadas.