Episodio 37

44 4 0
                                    

F I N A L

Madeleine Davis

—porque no lo piensan y mañana regreso— se puso de pie el abogado terminando su taza con café.

—gracias por venir, Mark— lo acompañó a la puerta.

Me quedé ahí sentada, sin saber que pensar, yo amo a Aidan y decidí siempre quedarme a su lado, pero lo que sucedió en Madrid...

—¿estás bien?— me sacó de mis pensamientos.

—s-si— bebí del jugo de naranja qué había en el vaso.

—esta bien si... decides firmar... no te detendré— ¿me dejaría ir así de fácil?

—¿y ya?— no entendía porqué así tan sencillo.

—¿a que te refieres?— frunció su ceño.

—no importo demasiado como para que me dejes ir así de fácil...— solté un suspiro largo riéndome sin gracia.

—Madeleine... después de Madrid, no se cuál seria tu decisión, solo me estoy preparando por si aceptas firmar— se excusaba.

No dije más, me puse de pie y me dirigí a la salida del departamento, necesitaba aclarar mi mente.

Subí a la azotea del edificio, necesitaba aire fresco para pensar.

Aidan Gallagher

Me quede ahí en el comedor pensando en lo idiota que había sido.

—señor Gallagher— llegó Aaron.

—Aaron, el plazo terminó— confesé.

—¿del matrimonio?— se sentó en una silla, solo asentí— ¿y planea firmar los papeles del divorcio?—.

—n-no, yo la amo...— volvi a confesar.

—¿y por qué no le dijo eso al abogado?— alce las cejas.

—porque no se si Madeleine si los quiera firmar— cerré mis ojos un momento.

—¿ocurrió algo en Madrid?— asentí.

—salió a recorrer Madrid con un colega de la oficina y... le tomó esta foto— le enseñé la foto.

La observaba con cuidado— solo veo a Maddy— frunci mi ceño— ella es... amable, simpática, con solo verla sonreír, te alegra el día, Maddy es tan sencilla y tan preciosa a la vez, si pensó que le coqueteaba a ese bartender, entonces conmigo lo hace— se encogió de hombros— Maddy es así con todos, simplemente es amable—.

Más idiota me sentía— maldita sea— me deje caer hacia atrás en el respaldo de la silla.

—Esta vez si la cagaste— me reí por sus palabras pero tenía razón.

—es que... tuve miedo por un momento, esos traumas donde Charlotte me engañó... llegaron a mi mente... no supe que hacer —me restregué las manos en la cara.

—y lo entiendo pero... debe hacer algo para que Maddy lo perdone— se levantó y se fue de ahí dejándome solo.

(...)

Hoy no iría a la oficina, ya que tenia que resolver el problema con Madeleine. Aunque no dejaban de llamarme.

Estaba en el living cuando escuché que abrieron la puerta principal, por inercia, y para ver si era Madeleine, voltee.

Y si, era ella— hola— me puse de pie cuando la salude, guarde mi teléfono.

Ella no me miró— hola— dijo algo forzada.

Matrimonio por convenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora