08

371 29 9
                                    

Es jueves, ayer fue cuando Agus me llamó para contarme lo sucedido y no pude agradecerle a Esteban por lo que hizo, pues Blas se quedó a mi casa a dormir y estuve con el toda la noche haciendo tonterías.

Ahora son las cinco de la tarde y decido mandarle un mensaje a Kukuriczka.

Me enteré de lo que hiciste, muchas gracias.

Mientras espero su respuesta decido ver que han subido mis amigos a Instagram pero no me da tiempo, él me contesta antes de que pueda entrar en aquella aplicación.

¿Qué tal si me agradeces de otra manera y nos vemos está noche?

Muerdo mi labio inferior, viendo el mensaje por arriba en cuanto esté desaparece me voy a nuestro chat. Estoy por escribir pero su llamada me salta en la pantalla, sonrío mientrás lo cojo.

—¿Con qué querés que te agradezca, profesor? —cuestiono.

—Con una cena. —responde al segundo.

Me quedo en silencio, sorprendida por lo que acabo de escuchar. No me lo esperaba para nada. ¿Una cena?

—¿Una cena? —repito la pregunta de mi mente, totalmente confundida.

—¿No me merezco una cita?

Una cita. Una cita con mi profesor de treinta y dos años.

Respiro profundo, mi mente pensando cien cosas por segundo.

Una cosa era haber tenido sexo y... una llamada caliente con él, otra muy diferente era tener una cita... ¿romántica? Y claro, las citas deben ser románticas.

—¿Bella? —escucho su voz, aprieto mi mandíbula.

—Sigo aquí, sólo... Una cita, ¿en qué plan? —hablo casi en un murmuro, sin querer sonar grosera.

—Me gustas, Bella. Mucho. Y quiero tener una cita contigo para conocerte mejor. —niego con la cabeza aunque no me pueda ver.

—No, no. —niego— Estás equivocado. —afirmo— No te puedo gustar. Es... No sé. Creí... Creí que sólo podríamos tener algo casual, sin nada de sentimientos. —digo, pasándome una mano por el cabello.

—Bueno, ya ves que no. —responde, su voz suena tranquila mientras mi corazón va a tres mil— Y aunque ahora me niegues que no sientes nada por mí, sé que no es así.

—No sabes ni lo que decís. —lo interrumpo, mis cejas hundiéndose, escucho su risa a través del teléfono y debo respirar profundo.

—Tu misma sabes que nadie te va a hacer sentir como yo.

—¿Pero qué decís? —cuestiono— Hablas como si sintiera algo por tí y lo único que me haces sentir es... lujuria, nada más, Esteban.

—¿Estás segura?

—Y tanto... ¿Sabés qué? Lo mejor será que hagamos como esto nunca pasó. Vos sos mi profesor y nada más, yo tu alumna y listo.

—Como vos querás, Bella. —responde, suspiro.

—Te agradezco de todo corazón lo que has hecho, Esteban. —digo, finalizando.

—Sabés que es un placer ayudarte.

—Nos vemos el lunes, Kukuriczka.

Epppaaaaa

Esteban por qué metiste en esto los sentimientos cabron 😓😓😓

Qué piensan? Je je

Love, M 🧡

Eyes don't lie  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora