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—Al final me muero y todo. —suelto, siguiéndole el paso a Esteban.

Escucho su risa y seguido se detiene, se gira hacía mi y entrelaza su mano con la mía, y me hace seguir caminando a su lado.

No se queja en todo el recorrido cuando le pido quinientas veces de detenernos para que pueda descansar.

—Tenés que hacer gimnasio, nena, mirá como estás. —me dice, cuando retomo la caminata.

—Es que me quedo sin oxígeno. —le digo, se detiene de golpe, mirándome con el ceño fruncido. De golpe, me siento regañada— Pero sólo me pasa cuando camino una cuesta, eh. —hablo, bajo su mirada.

—¿Te quedás sin oxígeno con una cuesta y me decís que quieres ir a una montaña? ¿Vos estás loca, Bella? —me empieza a regañar, le doy una pequeña sonrisa.

—Y bueno, va a haber una lluvia de estrellas. —me encojo de hombros— Te juro que siempre que bebo agua es como si me volviera toda la respiración.

No sé cómo pero logro hacer que Esteban quiera seguir subiendo la pequeña montaña, está vez no me suelta de la mano y me va dando pequeñas ojeadas a cada momento.

Cuando llegamos le doy una sonrisa, agarro mi teléfono y miro la hora:— ¡Falta un minuto! —hablo, emocionada, ya empezando a mirar el cielo.

—¿Sabés que de dónde sale la lluvia de estrellas? —me dice, viéndome sumergida en mirar hacía arriba, asiento con la cabeza, queriendo saber todo sobre las estrellas— Son minúsculas particulas de polvo, que vienen de algún cometa, entran en la atmósfera a mucha velocidad y se van desintegrando por fricción.

Dejo observar el cielo para mirar su rostro, nuestras manos siguen juntas, asi que, hago que se acerque su cuerpo más a él mio y junto nuestros labios en un beso rápido.

—Amo cuando me decís datos sobre todo. —le hago saber, él me da una sonrisa y me señala el cielo, mis ojos se mueven hacía el y mi sonrisa crece al ver la lluvia de estrellas— Es un montón. —murmuro.

Paso unos momentos hipnotizada por aquellas estrellas, o partículas de polvo, completamente maravillada por la vista ante mi. Esteban me acerca a él, abrazándome por la cintura, dejo mi cabeza en su pecho y noto el beso que deja en mi cabello.

—Es hermoso. —suelto, sin apartar la mirada.

—Vos sos más hermosa que todo esto y ni siquiera lo intentas. —murmura, haciéndome sonreír.

—Sos un romántico, eh. —me río, feliz.

Me giro para poder observarlo, su rostro a centímetros del mío.

—Vos me hacés ser así, tarada. —contesta.



Holaaa, después subiré otro cap más

Nos vemos más tarde,

Love, M 🧡

Eyes don't lie  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora