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—Estoy nerviosa. —confieso.

Esteban termina de aparcar el auto y me mira con una sonrisa cerrada, paso mis manos por mi vestido, nerviosa.

—Va a estar todo bien, amor. —habla, dejando un beso en mi frente— Les he hablado mucho sobre ti, saben lo que tienen que saber y están deseando conocerte.

—¿Y si no soy como ellos esperan? —pregunto, quitándome el cinturón, él imita mi acción.

—Y bueno, eso no va a afectar a lo nuestro. —asiento con la cabeza.

Salimos del coche y Kuku toca unas cuantas veces la puerta, su mano entrelazada con la mía me hace estar más relajada. Es su mamá quien abre la puerta, recibiendonos con una sonrisa materna. Saludo a Esteban con un abrazo y un beso en la mejilla, cuando termina con él hace lo mismo conmigo.

—Dale, pasar, pasar. —dice, apartándose de en medio, le sonrío a Esteban antes de entrar en su casa.

Vamos hacía el salón, donde se encuentra su hermano y su hermana más chicos que él.

—¡Por fin! —grita su hermano, Matteo, al vernos entrar.

—Compórtate. —le avisa su mamá, haciéndome sonreír.

—¿No puedo ahora saludar a mi cuñada o qué? —contesta él, acercándose a mí y rodeándome en un abrazo— Te aviso que soy el hermano copado, ya lo irás viendo. —me dice, cuando nos separamos del abrazo.

—Y sí, se puede ver. —bromeo, mirando de reojo a Kuku.

—Pero él más salame también. —añade su hermana, Aroa, la cual me da otro abrazo— Soy Aroa, espero que mi hermano te haya dicho que soy su favorita.

—Todos sabemos que no es verdad eso, nena. —le contesta Matteo.

Empezamos a hablar, y momentos después estamos los cuatro hablando en el sofá, hasta que yo decido ir a la cocina junto a su mamá, Valentina. Ella está preparando la comida, asi que, empiezo a ayudarla mientras hablamos de cualquier cosa aleatoria.

Acabamos media hora después, cuando casi son las dos de la tarde, ella me pasa un paño para que me seque las manos cuando termino de lavarme estas.

—Bella, —me llama ella suavemente, unos segundos después de estar en silencio, la miro en espera a que vuelva a hablar— sé que debe ser difícil para vos estar con un tipo mayor, estoy segura que tu propia mente te llenará de inseguridades que jugarán en contra, —asiento con la cabeza, porque tiene razón— pero si eres feliz con esto, con mi hijo, olvídate de los demás. Sé fuerte y da la cara a todos de tu alrededor.

—La verdad es que sólo me preocupa mi mamá, —le cuento, ella me mira con cariño, comprensible, y eso me hace abrirme— me da miedo que no acepte lo nuestro.

—Es entendible, no debe ser fácil para tu mamá, —acepta— pero lo aceptará al fin y al cabo, porque te verá feliz y eso también será su felicidad.

Terminamos de hablar cuando Matteo entra en la cocina, quejándose de que tiene mucha hambre, así que su mamá lo envía a poner la mesa.

Pasamos un buen rato en su casa, por lo menos hasta las seis de la tarde y, para ser sincera, no me molestaba quedarme más rato con ellos, eran todos un amor, tal y como mi Esteban.

Cuando subimos al coche le hago a saber a Kuku lo bien que me lo he pasado, emocionada por que ha salido todo bien, él me besa nada más termino de hablar. Un beso lleno de amor y cariño, nos separamos y deja un último beso en mi mejilla para empezar a conducir.

—¿Vos querés conocer a mi mamá? —le pregunto, bajando un poco el volumen de la radio, él me da una mirada rápida.

—Sabés que sí, Bella. —afirma, su mano en mi muslo.

—He decidido hablar ya con ella. —lo veo asentir con la cabeza.

—Sé que no es fácil para vos, amor, —me hace saber— pero yo voy a estar ahí para todo.


Hoola, cómo están? Espero que bien.

Como podréis ver no me sé los nombres de los hermanos de Kuku, y estuve investigando como se llaman pero no logré encontrar nada por ello me los he inventado, si alguien los sabe que me lo diga para yo poder cambiar estos.

Nos vemos esta noche en el siguiente capítulo,

Love, M 🧡

Eyes don't lie  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora