Parte 1

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Mi nombre es Hwang Hyunjin, y mi trabajo -aunque no estoy orgulloso de ello- es ser cazador especialmente para el mercado negro. No soy feliz trabajando para esas personas, pero es lo único que me da suficiente dinero para mantener a mi familia.

Cuando era pequeño, mi padre era leñador. Éramos sumamente pobres y con costos teníamos para comer. Pero un día, en mi cumpleaños número trece, me dio un regalo muy especial.

"Hyunjin, ven aquí." Me llamó para que fuera al tronco donde cortaba leña. Mi padre siempre me había dicho que no quería que siguiera sus pasos como leñador, porque esperaba que yo progresara en esta vida y no estuviera estancado como él, manteniendo a nuestra familia con muchísimo esfuerzo.

"¿Qué paso. papá?" Vi su sonrisa y cómo sus brazos se escondían detrás de su espalda.

"Hijo, lamento que en tus trece años no te haya podido dar ni un solo regalo, pero este año quería que fuera diferente. Aunque sea, quería darle uno a mi único hijo." Extendió sus brazos en mi dirección y vi que tenía en sus manos un arco de madera. En la empuñadura tenía tallado mi nombre. Era café y tenía una cuerda. "Siento que ya tienes edad para ayudarme a cazar, ¿no es así, campeón?". Vi cómo mi madre bajaba por el pórtico de la casa para reunirse con nosotros. Con ella traía un carcaj (donde se ponen las flechas).

"Hyunjin, sé que llevas viéndome semanas coser esto y me preguntabas qué era y para quién. Ahora sabes la respuesta". Mi madre lo había hecho con las pieles que mi padre secaba para vender en la aldea cercana. Ver cómo tuvieron que sacrificar una venta solo para poder darme un regalo me hacía muy, muy feliz.

"No sé qué decir, realmente estoy muy agradecido y feliz. Gracias, papás, muchas gracias". Tanto mi papá como mi mamá me abrazaron y ella me dio un beso en la coronilla.

Los días siguientes consistieron en que mi papá me ayudaba a aprender cómo era esta técnica de la arquería. Había hecho una diana de paja y con ella practicaba. Siempre terminaba raspado por las flechas y la cuerda, pero como decía mi padre, todo diamante debía ser pulido primero para poder mostrar su verdadero brillo. Y así fue, luego de días o meses de entrenamiento me convertí en mejor arquero que él, y por esa hazaña empezamos a salir de cacería juntos. La primera vez que maté un animal me sentí muy mal por este. Era un jabalí salvaje. Después de dispararle, mi padre fue a revisar qué tal lo había hecho y lo vi jalar al animal por su pata trasera. Ahí me explicó que aunque ellos no tuvieran la culpa de morir, era nuestra única forma de subsistir y tener algo de comer. Que a veces debíamos ser un poco egoístas en el mundo para no ser pisoteados por el resto. No lo entendí muy bien hasta años después.

Luego de trabajar unos años con mi padre, noté cómo mi cuerpo había cambiado drásticamente. Mi madre constantemente me decía que ya no era su pequeño niño. Había crecido bastante, hasta le había pasado a mi padre (y eso que él era bastante alto). También había ganado el músculo suficiente para que se notara un poco en zonas como mis brazos o piernas, me imagino yo que por jalar animales pesados. Cuando era pequeño era bastante escuálido porque no teníamos mucho que comer, pero desde que empecé a ayudar a papá todo mejoró aunque sea un poco. Habíamos empezado a tener una vida un poco más estable; los últimos años habían sido simplemente maravillosos y me sentía bien conmigo mismo y mi vida.

 Habíamos empezado a tener una vida un poco más estable; los últimos años habían sido simplemente maravillosos y me sentía bien conmigo mismo y mi vida

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Se que es mucho texto de relleno pero me gusta iniciar explicando la historia primero.

Swan Lake {Hyunlix}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora