Parte 6

39 6 0
                                    

Aclaración: apartir de aquí todos tiene dos años más que en el primer capítulo. Hago mucho time lapse en mis historias, pero creo que esté va a ser el último que hago (espero, si todo sale bien asi será). Con los time lapse se puede llegar a enredar por eso la aclaracion.

Desde que logré sacar a Hannie por primera vez del palacio y lo llevé a mi casa para que Min-ho y él se vieran, habían pasado como dos meses desde eso y no había tenido paz en mi casa.

Me estaban comiendo los nervios porque Jisung pasaba más noches en mi casa que en su castillo. Entendía que querían estar juntos, pero ¿no era más fácil que Min-ho consiguiera un trabajo en el castillo y listo? Se habían podido ver más seguido por los ensayos y presentaciones del ballet y aún así no les bastaba. Creo que Hannie se había hecho cargo de algo de la academia o algo así. Salí de mi cuarto con un bolso en mano, tenía un par de días libres por lo que iba a regresar a mi casa. Llevaba meses sin poder ver a mis padres. Al salir me encontré a Min-ho besando a Jisung en la puerta de la casa.

"Ejem..." Ya me estaban empezando a hartar.

"Hyun, estabas aquí, no nos dimos cuenta".

"Sí, estaba aquí". Ni siquiera me preocupé en disimular mi cara de desagrado ante la escena que acababa de presenciar. "Min-ho, Jisung, ¿pueden ir tan solo un momento a mi cuarto?".

"¿Por qué?".

"Solo háganlo, sí". Estaba tratando de sonreír aunque fuera un poco. Subí por las escaleras y me metí al cuarto de Min-ho que estaba justo arriba de mi cuarto y empecé a patear el piso del cuarto, ya no soportaba guardar este secreto mío, no podía seguir viviendo así. Salí de su cuarto y empecé a bajar las escaleras y para mi impresión encontré a Han al inicio de la cocina.

"Hyunjin, perdónanos. Nosotros no... no sabíamos que nos podías escuchar", me dijo Han al llegar a la cocina, mientras me agarraba de las muñecas.

"Sí, Hyun, perdón. Ya no lo volveremos a hacer mientras tú estés".

"Jaja, Minho qué gracioso." Cambié el semblante de mi cara a uno más serio. "Es lo mínimo que esperaría después de demostrarles lo que ustedes dos, par de conejos, hacen como mínimo dos veces a la semana. Gracias a eso ya hasta tengo amigos en el bar de por aquí y me están empezando a salir ojeras en la cara." Vi las orejas de Jisung rojas, lo más probable de la vergüenza. "Así que, Jisung por favor no vengas tan seguido aquí, en cualquier momento me van a salir canas por encubrirte para estar con Minho, es cuestión de tiempo para que nos descubran si sigues viniendo tan seguido."

"Hyun, pero..."

"Minho, nada de peros, Jisung es un príncipe y se debe comportar como tal, y nosotros súbditos y también debemos actuar como tal te guste o no."

"Es que Hyunjin, no lo entiendes..." Han agarró del brazo a Minho.

"Hyung, basta. Hyunjin tiene razón. Debería venir menos aquí, como unas tres o dos veces al mes".

"Voy saliendo, hablen sobre el asunto y, Jisung, te recomiendo que te vayas temprano hoy y no vengas por un rato. Min-ho, llego hasta el lunes por la mañana". Era un viernes en la tarde. Abrí la puerta y salí de la casa escuchándolos decirme adiós. Y empecé a caminar hasta la casa de mis padres, que quedaba como a tres horas del centro a pie.

No me molestaba su relación, y el hecho de que ambos fueran hombres tampoco. Me parecía raro, pero no malo, ya que hasta que conocí a Min-ho no sabía de la existencia de ese tipo de relaciones. Por el hecho de que solo me había criado con mis padres. Tampoco entendía lo que ellos sentían porque nunca en mi vida me había gustado alguien, por más que ya tuviera veintiún años. Tenía regalos para mis padres y eso me hacía muy feliz. A mi madre le llevaba un poncho tejido a mano y a mi padre un poco de ayuda para el sustento de los próximos cinco meses. Eso había sido el trato: yo trabajaba ahí y les ayudaba económicamente para que ellos no se sobreesforzaran. Era lo mínimo que podía hacer por ellos.

Ya había empezado a oscurecer, por lo que pensaba que eran como las seis de la tarde. Muy al fondo lograba ver una luz de lámpara. ¡Era mi casa al fin! Corrí con todas mis fuerzas hasta la cabaña y entré por la puerta. Vi a mis padres sentados en el comedor, que era iluminado por un farol que estaba en el techo. Hacía meses que no veía sus rostros.

"Hyunjin, volviste".

"Sí, estoy en casa". Llegaron a mi encuentro para abrazarme y a mi madre le salieron un par de lágrimas. Les tuvo que haber sido difícil, al ser yo hijo único. "Mamá, te traje algo. Sé que el invierno puede ser duro aquí". Deslicé por mi hombro el bolso que llevaba para sacar el poncho y dárselo a mi madre.

"Pero Hyunjin, este poncho es hermoso, no tenías que hacerlo." Ella se alejó de nosotros en dirección a una lámpara para poder verlo mejor, dejándonos a mi padre y a mí solos.

"Papá, esto es para ustedes." Le entregué un sobre de papel en la mano. Me miró con cara de desagrado y me lo quiso devolver. "Hablo en serio, es por todo lo que han hecho por mí, ya que de no ser por ti no lograría tener el empleo que tengo ahora. Gracias." Le pasé el brazo por los hombros, ya que ahora era más alto que él. "Lo próximo que te trataré de comprar es un caballo, así pueden venir a visitarme."

"Gracias, campeón. Te quiero, tu madre también.

La última vez que les di dinero les sirvió para terminar de construir la chimenea de adentro de la casa y comprar un hacha nueva. Al día siguiente, no lo pensé y agarré mi cuaderno y fui al bosque. Extrañaba poder tener esa tranquilidad del bosque y mi soledad. Caminé lentamente por el bosque hasta que divisé la pradera. Un lugar abierto sin árboles, lleno de flores y animales pequeños como conejos, palomas y de vez en cuando venados. No tenía ganas de cazar, no después de tener que hacerlo cada semana para la familia real. Fui allí y me senté en el césped, enredé mis dedos en el zacate y me acosté poniendo mi antebrazo de apoyo.

Mi cabello había crecido bastante por vivir con la ausencia de mi madre, ella solía cortarme el cabello. Estaba por llegarme a los hombros y me había empezado a molestar un poco por el calor a veces. Me lo solía atar con un pedazo de tela de lino o una cinta.

Escuchaba las hierbas, el césped y los pajaritos sonar a mis lados, y el sol impregnarse en mi cara; era tan relajante. Sentí algo curioso en mis dedos y me sorprendí al ver un conejito blanco olfateando mi mano. "Hola, pequeñín". Se asustó un poco con mi repentino movimiento, pero se mantuvo a mi lado hecho un puño. "Te pareces a mi mejor amigo, pero al menos tú no me jodes la vida tanto como él". No me gustaba a veces matar animales para el consumo humano porque sentía que no tenían la culpa, pero todos debíamos comer. "Debería comprarle una gallina a mi mamá".
Descubrí que me gustaba el pollo mientras vivía en la ciudad.

Descubrí que me gustaba el pollo mientras vivía en la ciudad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me avisan si tengo faltas de ortografía, porfis. Se que talvez estuvo un poco aburrido, pero prometo que ya en el capítulo 8 inicio de veras.

Perdón por no publicar por unos días pero es q estaba enferma.

Gracias por las 100 vistas.

Swan Lake {Hyunlix}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora