Parte 19

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Al abrir los ojos, vi a un cisne blanco a mi lado. Acurrucado como solo ellos podían; su cabeza sobre el resto de su cuerpo. No quería despertarlo, pero no sabía muy bien qué hora era y necesitaba la luz de la mañana para poder dibujar a gusto. Gentilmente, pasé el dorso de mi mano sobre su cabeza y vi el par de ojos azules aparecer. Dicen que los ojos son la ventana del alma, y creo que es verdad porque podría reconocerlo en cualquier forma o lugar en que estuviera. "Buenos días, Lix".

"Ah..." Fue un grito sin fuerzas. "Es raro, ¿no? Me da un poco de vergüenza". Levantó su cabeza para mirarme. Realmente nunca había visto un cisne tan de cerca. Era realmente hermoso. "Vamos al laguito". Me levanté y agarré mis cosas. "No te rías".

"¿Qué? No lo haré. Eres tú siendo tú. ¿Por qué me causaría risa?" Era tan diferente, eso sí, pero seguía siendo mi amigo. Y solo era un encanto diferente al que normalmente tenía.

"No lo sé", dijo con un tono apagado.

"¿Quieres ayuda?" Me percaté al llegar a las hojas del árbol que era verdad lo de su restricción de movimiento. Sus piernas se habían vuelto muy cortas, y apenas había recorrido una pequeña distancia.

"Agradezco tu ayuda, pero creo que se te olvida una cosa. En este cuerpo puedo volar, lo que me hace mucho más rápido que tú, o al menos en lo que respecta al aire. Si quieres, adelántate".

"¿Es un reto?"

"Tómalo como quieras, Hyun."

"Está bien, mira bien. Que te voy a ganar."

"En tus sueños." Me despedí de él y empecé a correr en dirección a su aldea porque desde este lugar me era imposible ubicarme. Y cuando ya había llegado a su aldea y empezaba a acortar la distancia escuché un sonido en el cielo y solo vi caer una pluma blanca. En ese momento me di cuenta de que era inútil seguir corriendo porque prácticamente me había ganado ya. Aún con mi respiración entrecortada por el reciente maratón que había hecho, vi a Félix nadando tranquilamente en el agua. "Te tardaste mucho en llegar."

"Mentiroso, si te acabo de escuchar." Limpié una gota de sudor que intentaba deslizarse por mi barbilla.

"Solo bromeo. Volar es lo único que me gusta de mi forma animal. Es lo único que los humanos no pueden hacer por sí solos".

"Dame un segundo". Dejé mi bolsa en alguna parte del vasto césped que tenía a mis pies. Si quería dibujar, debía estar en calma y, claramente, sudar como lo hacía ahora no ayudaba. Menos mal que Min-ho me había cortado el cabello recientemente, porque estaría realmente sofocado en este instante. Me tiré en el suelo tratando de tranquilizar mi respiración entrecortada.

"Voy a ir por algo de comida. No te ofrezco porque no creo que quieras comer insectos".

"Ve, ve. Yo estaré aquí esperando." Levanté levemente mi cabeza logrando ver el final de su colita desvanecerse en la curva del árbol y la volví a reclinar. Tenía mis brazos y piernas extendidos, los cuales absorbían el frío de la tierra debajo de mí. Empecé a imaginarme qué quería dibujar: si a Félix de espaldas, de medio lado o en qué posición. Llegué a la conclusión de que lo mejor es que él nadara como quisiera, así me enfocaría más en sus características físicas que en el ambiente.

Me senté y saqué mi lápiz de carboncillo y mi libreta. Hace poco había logrado comprarme un par de pinturas, pero aún estaba aprendiendo y no quería echar a perder este dibujo tan preciado para mí con mi falta de práctica. Con una navaja que tenía, afilé un poco el lápiz y vi que Félix estaba de regreso.

"Cuando Chan venga, le diré que te traiga un pedazo de su caza. Así puedes comer algo mientras me dibujas. Umm, y bueno, ¿cómo debería posar o no sé?"

"Sé tú mismo. Quiero que sea lo más natural posible, así que solo muévete de un lado a otro como normalmente lo harías."

"Bueno." Se alejó del borde y nadó hasta el centro. Aunque fuera un animal ahora podía ver lo rígido que se sentía. Cuando empecé a dibujar solía dibujar a Min-ho cuando se quedaba dormido en el sillón para aprender sobre rasgos o dimensiones; esos dibujos actualmente los tiene Han porque me los pidió.

Posicioné el lápiz sobre el papel y di un trazo firme y corto para detallar el árbol del fondo. Quería iniciar de atrás para adelante para lograr algo de perspectiva.

Luego de varios minutos de silencio sofocante, decidí romper esa burbuja de silencio abrumador. "Félix me preguntaba si... ¿Quisieras venir a ver una presentación de ballet? Conmigo, los dos". No recibí su respuesta, me empezaba a poner ansioso.

"Está bien. Creo que sería bonito".

"Siento que te gustaría, ya que tiene que ver con una escena similar a la que estamos viviendo. Un cisne en un lago".

"Sí, así lo dices. Confío en ti".

Pasaron una, dos, tres horas hasta que logré dibujar su dibujo. Tardé más de lo que esperaba por nuestras seguidas conversaciones que no me dejaban concentrarme. Chan llegó en su forma humana con un filete bien cocinado con pequeñas y ligeras hojas de romero. Félix llegó a sentarse con nosotros a charlar sobre el dibujo y así permanecemos toda la tarde, hasta que llegó el momento de decir adiós.

"Félix, quédate con el dibujo como recuerdo. Conmigo solo se llenaría de polvo." Lo más probable es que no, más bien, estaría en mi repisa con mis mejores dibujos. "Es tuyo." Extendió ambas manos y me abrazó.

"Gracias, es la primera pintura que recibo, bueno, dibujo, pero es hecho por ti, mi amigo. Gracias, gracias en serio, Hyun." Sentía que mi corazón iba a salirse de mi pecho en cualquier momento; escuchar su voz resonar en mi oído con mucha más claridad causaba que una corriente eléctrica recorriera cada rincón de mi cuerpo. Pasé mis brazos por su cintura y terminaron en su espalda. Lo acerqué ligeramente más a mí; solo quería tenerlo un poco más cerca, solo un poco más. Temía un poco que lograra escuchar los latidos de mi corazón por lo fuertes que los sentía yo. Aunque estaba pasando por un ciclón de emociones, por muy extraño que pareciera, me sentía en paz. Lixxie, en el último mes, había sido como la luz de mi penumbra, el sol que iluminaba la poca esperanza que tenía en que mi vida mejorase. Con él cerca, podía olvidarme de mi vida y simplemente vivir sin preocuparme de nada más. Félix era un rayito de sol en mi día a día. Era imposible no quererlo más y más hasta el punto de volverme adicto a su presencia, si cuando lo único que me pasaban junto a él eran cosas buenas y felices, que ya hacía bastante tiempo había dejado de experimentar.

Sí, esto era lo que Min-ho decía sobre estar enamorado de alguien, entonces sí, yo estaba enamorado de Felix. Y no me arrepentía de eso.

No sabía que fuera tan doloroso amar a alguien hasta que lo vi junto a alguien más, viviendo un momento que jamás podría darle. Cuando lo vi sujetando su mano, mientras bailaban un vals al ritmo de la música que resonaba en cada rincón del salón del castillo real. Lo bien que combinaban sus atuendos; Felix completamente de blanco y Changbin con un negro satinado que lograba combinar con su cabello. Lo bien que se veía rodeado de todo ese lujo, que por más que quisiera, yo no estaría ahí para acompañarlo.

 Lo bien que se veía rodeado de todo ese lujo, que por más que quisiera, yo no estaría ahí para acompañarlo

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Swan Lake {Hyunlix}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora