Parte 13

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Me despedí de mis padres; algo me decía que duraría un rato en volver a verlos. Les dije que no hacía falta que me fueran a visitar, por lo que ellos me devolvieron el caballo. Eso facilitó mi regreso; en la casa que compartía con Min-ho no tenía espacio, por lo que le pedí el favor a Seungmin, sobre si podía dejar el caballo en el establo de su casa y me dijo que siempre podía contar con él.

Ya habían empezado a florecer los capullos de las flores en el pueblo y a lo lejos se veía como los árboles volvían a tener hojas verdes.

Al llegar al pórtico de mi casa, abrí la puerta y no encontré a nadie, por lo que llegué a la conclusión de que hoy había ensayo de ballet en la academia. Sé que me perdí todas las presentaciones del cascanueces de Min-ho y por eso iba a estar enojado conmigo como por dos semanas o más. Y sí, eso era importante para él y me sentía un poco culpable, pero en serio ocupaba tomarme ese descanso y alejarme de todo.

Me eché en el sillón y empecé a leer un libro. Era el favorito de Han, se llamaba Romeo y Julieta. Sabía que tenía un final trágico, pero no tenía ganas de salir o hacer nada en realidad. Me había vuelto un poco vago estando en casa de mis padres. Seungmin me había dicho que lucía mejor que antes, ya que lucía con más vitalidad y fuerza que hace un par de meses atrás. Lo más seguro era por la comida de mi madre, había estado cocinando con ella recientemente para poder hacer esta comida en mi casa por mi cuenta.

A la hora, escuché la puerta abrirse. Era Min-ho. "Hola".

"Maldito, ¿acaso sabes lo preocupado que estaba? Creí que te habían matado y cómo se supone que pague esta renta yo solo."

"Perdón. Estuve en la casa de mis padres, tratando de despejar mi mente."

"Es que ni una carta, Hyunjin. Para qué sabes escribir si ni eso haces. La próxima vez, avisa, ¿sí?"

"Pero les dejé la casa sola... fuiste feliz, no me digas que no."

"Jisung no volvió aquí, estábamos tan ocupados en la academia que no nos sobraba tiempo para venir."

"Qué oportuno."

"Y para tu información, también hacemos otras cosas además de eso. Jugamos juegos. A Jisung le gusta cocinar, por lo que hemos horneado pasteles o galletas. También, cuando me toca llevarle recados a mi padre, caminamos por el castillo. Un día en que logramos escaparnos al bosque, bailamos un poco. Fue mágico y divertido.

"¿Y por qué yo nunca tengo galletas para probar? ¿Acaso no te da miedo que los descubran? No creo que a su madre le caiga muy bien la noticia de que su hijo sale con el hijo del secretario real."

"Sí... es que hacemos poquitas galletas y las terminamos comiendo todas. Además, a Jisungie le gusta donar los postres a la caridad. Debiste vernos en el cascanueces. Fue el debut de Jisung en el ballet, aunque fue solo secundario."

"¿No estás enojado?" Se veía bastante tranquilo.

"Un poco... pero me alegra que estés de vuelta. Me recordó a los viejos tiempos cuando tenía que esperar hasta dos meses para poder hablarte."

"La vida adulta apesta."

"No tanto, si encuentras su significado y una motivación. Al fin no puedo creer que no te haya gustado nadie en tus 22 años."

"Cómo me va a gustar alguien si solo me relaciono contigo, Jisung y Seungmin. O sea, usa la cabeza."

"Yo no te gusté aún siendo tan guapo."

"Que no soy gay, entiende."

"Ya veremos, si sales como yo no sabes cómo me voy a reír. Después de todo no te has fijado en nadie aún."

"Carajo, ya déjame. Voy a hacer la comida, aprendí a cocinar en este último mes." Me levanté del sillón y fui a la cocina.

Espere una semana más para salir al bosque a retomar mi encargo. Me puse el traje que usualmente usaba al cazar, ya saben... todo de negro. Agarré mi arco y el carcaj, no sin antes ponerme la capucha porque si alguien me veía en el pueblo con un arco lo iban a encontrar sospechoso. Llegué al bosque y me dirigí al lago; aún era de día, por lo que debía tener más cuidado.

Estuve allí como 30 minutos y vi a un cisne llegar volando hasta posarse en el lago. Me bajé del árbol donde estaba subido y me agaché entre los arbustos, como la última vez. Saqué la flecha de mi carcaj y aguanté la respiración. Todo estaba en silencio por unos segundos, hasta que escuché un gruñido y pasos detrás de mí. Solté la flecha por error, provocando que se clavara en un árbol detrás del lago. Lo único que pude sentir era un peso sobre mí y los constantes gruñidos del lobo que se encontraba encima de mí. Solo podía gritar por ayuda y empecé a sentir como mis ojos se humedecían por el miedo que estaba sintiendo. "¡Por favor, no me mates! ¡Por favor!" Le rogaba una y otra vez. Cada vez sentía su aliento más cerca de mí y su respiración. Ya me había resignado a morir hasta que escuché una voz.

"Chan, ¡detente!", le gritó. Debía de ser un ángel que había venido a rescatarme. Esa era la única explicación. Sentí cómo el lobo se bajaba de mí y se sentaba a mi lado como si de un perrito se tratara. Mi respiración se encontraba extremadamente agitada e intermitente. Empecé a toser por la falta de aire en mis pulmones. "¿Estás bien? ¿Acaso este animal te lastimó?" Me extendió su mano para ayudarme a sentarme. Mis palabras no salían de mi boca, por lo que no pude agradecerle al instante.

"Yo... cómo es... yo bien, estoy." No podía formar bien las palabras. Al sujetar su mano, me di cuenta de que era muy suave su palma. Tragué saliva y miré al lobo a mi lado. Estaba tranquilo, pero viéndome fijamente.

"Tuve que matarte cuando te vi la primera vez." El lobo... acaba de hablar.

"Calla, Chan, no ves cómo lo asustaste. Ni puede hablar". Era tan bonito, ¿siquiera un hombre podía ser tan lindo? Y su voz no cuadraba para nada con su apariencia tan angelical. Era muy hermoso. Un momento, ¿por qué pensaba que era hermoso? Nunca antes había pensado eso de nadie, ni de mí mismo. Debe ser por el shock y la adrenalina. No podía dejar de verlo, me perdía en sus pecas y sus ojos azules como el cielo. Brillaba mucho más con los rayos de luz pegándole. Era muy irreal.

"Gracias por salvarme".

"Ya puedes hablar. ¿Cómo te llamas, desconocido? Me gusta llamar a las personas por sus nombres si no es molestia. Yo me llamo Felix".

Se hincó frente a mí. Su sonrisa hacía que mi corazón latiera tan rápido que me provocaba una presión en el pecho. "Me llamo Hyunjin".

"Bonito nombre. Mucho gusto, Hyunjin". Mi nombre, al ser dicho por él, se sentía correcto, especial.

 Mi nombre, al ser dicho por él, se sentía correcto, especial

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Swan Lake {Hyunlix}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora