12 Acercándonos

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La coleccionista

   No había sabido cuánto había extrañado la sensación de seguridad, la calidez de unos brazos y el hogar que me podría brindar una persona, hasta hoy. Nirvana tiene un aroma dulce, es como el olor a la navidad, no tengo otra manera de explicarlo mejor, ni poder ser más explícita, es que su aroma es particular y me encanta. Decido que por hoy, el mundo puede parar un poco, yo necesito parar también. Desde que Amanda falleció el único escape de mi mente y los recuerdos de ella, de nosotras, fue el trabajo, hasta que la conocí a ella y con Nirvana todo cambió.

   —Buenos días —dice con la voz ronca y voltea a abrazarme— un ratito más por favor.

   Siempre me ruega, y siempre le digo que no, pero no hoy, hoy lo único que quiero es quedarme con ella aquí, detener el tiempo y quedarnos encerradas acostadas, la una cerca de la otra.

   —Cinco minutos más y nos levantamos

   —Hecho.

   Se acomoda mejor, cerca de mí, siento su respiración en mi cuello, acaricio su brazo, la abrazo y ella me envuelve también en sus brazos. Vuelve a dormirse y yo también lo hago, así de las 8 a.m. pasamos a las 10 a.m. Palpo la cama y ella no está, me doy vuelta y me levanto asustada.

   —Estabas cansada —sale de bañarse envuelta en una toalla. Dios como me gusta el color de su cabello que combinan con sus ojos de cada color— ¿Te sientes más repuesta? —veo como se sube las bragas y se las coloca entre la toalla. Me va a dar algo, me está dando algo, pulsaciones en partes donde no debería— bajemos a desayunar —Coloco una mano entre mis piernas, para calmar mi urgencia. Se coloca un remerón con un pantalón corto debajo.

   —Sí, tengo hambre. Hoy entrenaras conmigo a Electra. Pero te recuerdo que aunque es un perro, es para que te cuide, no para jugar como un perrito de casa.

   —Bien ¿Vamos? —me ofrece su mano y solo puedo sonreír.

   Desde que decidí abrirme con Nirvana, contarle la verdad sobre prácticamente todo, desde Amanda, hasta como nos conocimos e incluso sobre mis padres, las cosas han ido mejor. Jamás quise que ella formara parte de este mundo, jamás quise involucrarla, iba a hacer que su hermana "ganara" una beca, y había arreglado todo para que ella sacara un sencillo, quería que ella triunfara. Pero mi incapacidad de alejarme de ella y el enamorarme poco a poco de la persona maravillosa que es, me impidió tomar distancia, aunque siempre la cuide desde las sombras.

   Ahora la veo, siempre la observo, pero ahora a mi lado, y en las cosas simples de la vida en las que he tenido la oportunidad de compartir con ella, veo que ella se merece cosas buenas, triunfar y vivir libre, de mí y este mundo, porque la amo genuinamente voy a darle la libertad en cuanto sea seguro que ella se marche, quiero que sea feliz aunque no sea conmigo. Primero voy a averiguar hasta dónde y que tanto sabe sobre Nirvana, Sally, de igual manera voy a darle una identidad falsa y luego de asegurarme que ella está segura, saldré de su vida.

   —¿En qué piensas? —me pregunta tocando mi mano, sacándome de mis conclusiones.

   —En que aún no tenemos una cita aquí ¿Te gustaría que fueramos a cenar algo hoy?

   —¿Es seguro?

   —Estamos lejos de la capital que se llena de turistas y hay demasiada gente, así que es un lugar seguro. De todas maneras te dí mí palabra y no dejaré que nadie te haga daño, ni a ti ni a Savannah —tomo su mano y ella no la quita.

   —Entonces sí, vamos.

   —Bien, ponte algo cómodo y vamos que tienes que entrenar conmigo a Electra, en cuánto el patio este totalmente cerrado ella estará afuera, luego pasará la mayor parte del día contigo.

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