Llamé a Tessa para decirle que me ausentaria por unos días ya que me sentía descompuesta, medio que no se lo creyó, pero terminó cediendo cuándo le aseguré y le dije cien veces que estaba bien.
Colgué el cuadro en la sala de estar, decidí que la única persona que lo va a ver terminado soy yo, que ese cuadro finaliza una etapa y que el amor de mi vida a mi lado viva, inicia otra. Aún no sé que o como haremos en el futuro, porque ella está legalmente muerta para la justicia. Conmigo había sido fácil, porque la única persona que podría haber presentado una denuncia de persona desparecida había sido mi hermana y estaba metida en un colegio llorando mi muerte. Mis amigos que más que nada eran conocidos que no se extrañaron de mi desaparición, ya que era normal en mí y eso hizo todo más fácil, pero Lis estaba muerta, las noticias lo confirmaban y el papel de defunción también.
—¿Devon viene a comer hoy?
—Me canceló ya que tenía que pasar a ver a una "amiga".
—¿Ahora eres celosa con Devon? Ay amor mio.
Ella se levanta me abraza por atrás llenando de besos mi cuello mientras cocino, su repentino ataque de afecto me da risa. Lis siempre había sido afectuosa, pero desde que estamos juntas de nuevo y desde que la dejo acercarse, ella es aún más cariñosa.
—Te dije que era melosa y vienes y me dices amor mío, ahora te aguantas conejita.
—Yo no me he quejado —volteo el rostro y la beso—. Te amo y a la final tenías razón, no se como le hiciste pero me terminé enamorando de ti.
Ella sonríe y sus ojos brillan, me mira y me doy cuenta de como extrañaba ese raro color de ojos suyo y aunque los ví en su prima el día de su funeral, sus ojos son lo más lindos que haya visto ¿Puedo estar más enamorada de ella?
—Se siente demasiado bien saber que me amas y que me lo digas, es hermoso.
Escuchamos un fuerte estruendo detrás de nosotras y ahí está Tessa parada y paralizada mirando con horror a Lis. Olvidé que ella tenía un juego de llaves para entrar en mi etapa depresiva, todos temían que tomara la peor desición y no los culpo, lo pensé.
—Tes —le dice Lis inténtando acercarse, pero ella pega un grito y me mira—. Escucha no grites —le dice con los brazos extendidos hacia adelante— voy a ir hacía a ti ¿Está bien?
Pero da un paso y ella vuelve a gritar horrorizada, Lis se acerca y le tapa la boca, ella lucha contra la pelinegra intentando zafarse, yo me coloco a su lado apartando a Lis e intento calmar a nuestra amiga.
—Tessa escúchame, es real, ella está aquí viva, no estás imaginandolo, no ves un fantasma es ella, pero necesito que te calmes para poder hablar.
Entonces vuelve a mirarla y me mira, y su vista va de la una a la otra procesando todo un momento, hasta que las fichas caen y su expresión cambia a ira, se abalanza contra Lis y la toma a golpes en el brazo.
—Dos años creyendo que estabas muerta, llorando tu muerte ¿Sabés por todo lo que tuvo que pasar Nirvana? ¿¡POR LO QUE PASAMOS TODOS?!
—Lo sé.
—¡No, no lo sabés no tienes ni la más puta idea! —ella estalló por mí—. Siempre alguno se tenía que quedar para vigilar que no fuera a atentar contra su vida, porque estaba tan depresiva que hizo de la cama su nido ¡¿Dónde carajo has estado todo este tiempo Liesel!?
—¿Me dejas explicarte? —le pregunta aún cubriéndose, mientras se soba dónde fue impactada
—Hazlo Liesel y más te vale, si quierés seguir respirando que seas convincente.
La sentamos y Lis me pide explicarle ella todo, Tessa discute con ella, le grita un par de veces, finalmente termina de decirle todo de una vez y se queda calmada mientras termino de servir la comida, aunque la mira enojada.
—¿Por qué estás tan calmada, Nirvana? —me pregunta.
—Porque estoy feliz de que esté viva, no necesito más.
Ella asiente mirando su plato, y luego voltea la vista al cuadro terminado, se para y se acerca a verlo, vuelve la mirada a Lis, vuelve y se para a su lado.
—Levantate.
—¿Vas a volver a golpearme? Porque no tengo ganas de que me sigas pegando.—¡Que te pares!
Lis se para y finalmente Tessa la abraza y llora, Lis también lo hace y la abraza fuerte, había extrañado a su amiga. El abrazo dura un momento, se separan y vuelven a sentarse para terminar de almorzar.
—Así que Helen —le dice Lis un poco más relajada—. Finalmente sentaste cabeza y tienes dos hijos, bueno ella tiene.
—Tenemos —ella sonríe— ya me dicen mami. A todo esto que van a hacer desde ahora, porque legalmente estás muerta.
—Aún no sabemos, pero lo que si sé, es que no pienso separarme de Vana una vez más —toma mi mano y la besa.
Terminamos de almorzar, le prohibimos a Tessa decir una sola palabra y claro que lo entiende. Las amigas se abrazan una vez más y ella se marcha. Lis se pone a lavar los trastes, y me sonríe besándome cuando me coloco a su lado. Sé que está aquí, sé que es ella, pero aún la miro maravillada, está viva, está a mi lado en la cocina lavando los trastes, se acuesta a dormir conmigo cada noche, aunque aún no tenemos ese tipo de intimidad aún. Pero ¿Por qué tengo miedo de que se evapore?
—Prometeme que no vas a volver a irte, que no vas a dejarme, mi amor —le digo y ella queda congelada mirándome—. Estás aquí pero aún tengo miedo de que te evapores, a veces me despierto asustada creyendo que fue un sueño, hasta que siento tus brazos alrededor de mi cuerpo.
—Te juro que no volveré a irme, a desaparecer y a morir, al menos no moriré hasta que hayamos vívido una vida juntas y seamos viejitas ¿Eso te basta? —asiento con la cabeza—. Puedes estar tranquila que ya no volveré a desaparecer —me abraza fuerte y nos besamos.
—Aún queda gente que tiene que saber que estás viva, no queremos que reaccionen como Tessa, Dex se va a caer de culo y tengo que presentarte a mi hermana, formalmente como mi novia.
—Aún no me has pedido ser tu novia para andar afirmando eso, conejita.
—Creo que suena mejor prometida ¿No crees? —tomo la caja que Electra me trae en la boca y ella se nos queda viendo—. No necesito dejar pasar más tiempo para saber que quiero hacerte mi esposa, yo solo sé que tenías razón, iba a terminar pidiéndote que te casaras conmigo —me arrodillo en frente a ella—. Quizás no es la propuesta más romántica o la más elaborada, pero ya no aguanto más y no quiero volver a pasar un minuto más sin hacerte mi esposa, así que Liesel Eloise Marchant Williams, por favor se mi esposa.
Sus ojos grises se llenan de lágrimas, asiente con euforia en un gesto de su cabeza, me levanto le coloco el anillo y nos besamos. Ella nota que que el metal tiene unos dibujos y es que lo mandé a personalizar, con detalles en plata que forman el helecho plateado, como me contó una vez, simbolizan el camino a casa y al fin ella, ha vuelto a casa, a mis brazos.
Me levanta colocándome encima de ella y a besos entramos a la habitación, vuelve a mirar mi tatuaje y lo acaricia.
—Es para que jamás olvides el camino a casa.
Le digo y ella me besa con ternura, caemos en la cama y como desde hace mucho tiempo, volvemos a hacer el amor.
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La coleccionista
RomanceSe había obsesionado conmigo y me secuestró para hacerme parte de su colección de arte. La vida de Nirvana cambia radicalmente. El día que es secuestrada por una mujer a la que llaman "la coleccionista", ella la aparta de su hermana y la dan por mue...