05. Juego de poste

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En el momento en el que Axel puso un pie dentro de la casa, cruzó miradas con Sam. Sam estaba horrorizado, por un momento se quedó congelado; parecía que estaba siendo perseguido por una clase de maldición. Ese tipo no era normal. No solo el hecho de haber perturbado su hogar lo había dejado perplejo, lo que realmente hizo que Sam sintiera terror fue la mirada fría y desafiante que le dio en ese momento. No era el Axel que había visto hace unos días, esta vez, emanaba un aura oscura. A pesar de haberle ganado tantas veces, Sam se sintió más intimidado que nunca.

Cada fibra de su ser gritaba que huyera, que se alejara lo más posible de Axel. Así que, en un momento repentino, por la pura adrenalina Sam trató de correr a su cuarto, el intruso de su casa lo hacía sentir más amenazado que nunca, pero su madre vio sus intenciones y lo detuvo en seco con una mirada severa y un gesto firme. Le ordenó saludar a las visitas, dejando en claro que no habría lugar para la huida. Entonces a regaña dientes tuvo que acatar con las ordenes de su madre, ya que no había peor terror que el que no cumplir sus órdenes. Antes de acercarse a recibirlos, su mama se acercó y le susurro.

—Si note comportas como debe de ser, vas a ver la que te espera.

Las palabras de su madre resonaron en la mente de Sam como un eco ominoso, llenándolo de temor y obligándolo a reconsiderar sus acciones. Sabía que desobedecerla no solo traería consecuencias inmediatas, sino que también desencadenaría una ira que preferiría evitar a toda costa. Y ante la obvia amenaza, Sam solo se limitó a tragar saliva y cumplir con su deber. En parte estaba feliz, ya que había pasado bastante tiempo desde la última vez que Gaby visitó su hogar. Verla ahí le traía bastante alegría y, a su vez, algo de nostalgia, ambos estaban demasiado contentos de aquel momento definitivo de reconciliación, pero no todo era miel sobre hojuelas, ya que tendría que enfrentarse al elefante de la habitación.

Cuando fue el turno de saludar a Axel, solo esperaba un sentimiento incomodidad, sin embargo, inesperadamente Axel se mostraba bastante tranquilo, no obstante mientras estrechaba su mano una sonrisa cínica se dibujó en su rostro, esto le dio un escalofrió a Sam, y podía notar que algo no estaba bien, aunque Sam solo trató de ignorarlo ya que no quería que se arruinara el momento.

Gaby interrumpió la escena tan incómoda, aprovecho el momento y tomo a Sam para poder hablar con el como en los viejos tiempos, pero Sam solo buscaba una explicación a toda costa.

—Gaby, estoy muy feliz de que hayas podido venir, realmente no sabes lo mucho que extrañaba esto, pero ¿Por qué lo tuviste que traer a él? —dijo Sam bastanteaste molesto.

Gaby se puso notoriamente nerviosa, comenzó a tartamudear y torpemente trato de buscar más excusas diciendo.

—Es que, Axel me mandó un mensaje de que quería salir, y pues yo ya tenía el compromiso. Pero tu mamá me pregunto que si quería traer a alguien más porque iba a hacer mucha comida e iba a sobrar, y entonces le dije que si podía traer a Axel y pues me dijo que no había problema. Y pues hable con Axel, a él medio que le parecía la idea, y pues quería llevarse mejor contigo. Te iba a mandar mensaje, pero se me acabaron los datos en el camino, pero tu mamá me dijo que sería bonito que tuvieras una sorpresa porque ya sabia que los dos juegan básquet

Fue en ese momento que Sam la interrumpió.

—Espera, yo en ningún momento le hable de Axel a mi mamá, y menos de que ambos estábamos en básquetbol.

Gaby nerviosa trato de justificarse aún más.

—Es que... Es que le conté un poquito para que no deje entrar a su casa a un completo desconocido, y pues sería muy desconsiderado dejarlo solito, aparte que Axel se ha estado portando muy bien.

Amor a primer cuartoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora