09. Sanción

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Gaby corrió rápidamente para poder atenderlo. Axel apenas se podía mover por el dolor. Ella lo tomó y lo puso sobre su hombro para que pudiera caminar y llegar a la enfermería, él solo trataba de ocultar su rostro por la pena, y ella, bastante preocupada, le reclamó.

—¿Quiénes fueron los que te hicieron esto? Van a tener que pagar. Son unos cobardes. ¿Cómo es que tantos pudieron aprovecharse de ti? Si tan solo hubiera visto sus caras, yo misma los perseguiría y les daría una lección.

—No hace falta eso. Ellos solamente no pueden aceptar como es que sucedieron las cosas —dijo Axel bastante apenado.

Después de ese comentario, algo empezó a tener sentido en la cabeza de Gaby, así que bastante furiosa le respondió.

—¡Enserio, esos tres! Debí imaginarme que eran las novias de Sam, nunca me dieron buena espina.

Luego de pensar un momento que hacer ante tal situación Gaby, decidió hacer una sugerencia.

—Le tenemos que decir al capitán, ¿cuál era su nombre? ¿Carlos? Él siempre es muy diplomático. Él sabrá perfectamente qué hacer.

Ante esto, Axel se negó rotundamente. No quería que nadie se enterara de lo que había pasado, más que nada porque no soportaría la vergüenza de que todo el equipo se enterara. Además, que él solamente aceptaría una venganza si fuera por mano propia. Así que ahora solo se dedicaría a descalificar al equipo de los Lions de la forma más brutal posible.

Finalmente, lograron llegar a la enfermería, la cual lucia vacía a primera vista. Gaby decidió intentar llamar a alguien en busca de ayuda, pero fue ahí cuando salió entre el almacén de la enfermería Vixi, la cual estaba buscando un medidor de presión ya que había extraviado el suyo, ya constantemente debía de checar su ritmo cardiaco.

Cuando Vixi salió de las oscuridades para poder ver quien estaba ahí, la primera imagen que vio fue a un Axel totalmente ensangrentado y a su lado Gaby, la cual apenas podía sostenerlo. Quedo horrorizada ante tal escena y al no saber qué hacer solo dejo salir un grito alterada.

—No puede ser, Axel. Axel se está muriendo, se le van a salir las tripas, parece que lo atropellaron —fue ahí donde comenzó a gritar en busca de ayuda—. ¡CARLOOOS! ¡AXEL SE VA A MORIIIR!

Axel y Gaby, con sus últimas fuerzas, trataron de callarla sin mucho éxito, pero inmediatamente llego Carlos azotando la puerta. Este no podía creer lo que estaba viendo, parecía producto de sus peores pesadillas. Uno de sus muchachos estaba gravemente herido y su mejor amiga estaba incontrolablemente al borde del colapso, y probablemente con una taquicardia. Ante la presión, lo mejor que se le ocurrió hacer fue mandar a Gaby y a Vixi por la enfermera, ya que una se veía bastante responsable con lo que hacía y la otra si se quedaba un segundo más ahí, iba a colapsar.

Cuando se quedó a solas con Axel, no pensaba quedarse de brazos cruzados. Así que, un poco más calmado, le pregunto que había pasado. Axel simplemente trato de ocultar lo que era obvio poniendo una excusa mediocre diciendo que se cayo de un lugar muy alto, todo esto en un intento de no revelar la verdad, y mucho menos que Carlos de entera. Pero Carlós al ver su falta de cooperación lo interrumpió diciéndole.

—Axel... por favor no me mientas y mucho menos con esto. Esto es bastante serio. No importa quién haya sido. Lo que importa es buscar justicia y priorizar tu bienestar.

Axel agachó la cabeza. Sentía una mezcla de dolor y frustración. Había guardado bajo llave sus sentimientos más profundos, manteniendo una fachada de fortaleza. Pero en ese momento, a pesar de la comprensión y el apoyo incondicional de Carlos, no podía permitirse desmoronarse. La frustración lo embargaba, bloqueando cualquier intento de abrirse.

Amor a primer cuartoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora