Gaby solo buscaba respuestas; ahora estaba más repleta de dudas que antes, y no le importaba lo mucho que le pudiera doler la realidad, estaba cansada de que le vieran la cara. Pero, ¿cómo podría saber la verdad si la única persona que podía resolver todas sus dudas la estaba evitando? Finalmente, tuvo una pista mientras hablaba con Sam a modo de consuelo; a este le llegó un mensaje, y justamente era de quien estaba buscando. Se asomó a la pantalla de su amigo, en la cual se podía leer un mensaje que decía.
—Oye, ¿hoy quieres ir al parque a practicar?
Sam se percató de que su amiga, al ver ese mensaje, se veía bastante alterada. Así que, tratando de ayudarla, le dijo.
—¿Qué te parece si intento convencer a Axel de que te vea?
Gaby se negó rotundamente a la idea, ya que ser mencionada haría que Axel cancelara todo lo referente a ella. Pero Sam tuvo una idea, llevar a Gaby al parque. No tenía intenciones de intervenir, así que solamente le indicaría el lugar en el que siempre se veían. Para preparar un poco a Axel, le mandó un mensaje breve, pero que podría darle una idea de lo que se venía.
—Bro, hoy no quiero practicar, pero quiero que trates un asunto serio en el parque.
Axel, con ese mensaje, entendió la seriedad del asunto y, sin alargar el tema o hacer más preguntas, solo contestó un "ok". Así Sam acompañó gran parte del camino a Gaby, pero para evitar más intromisiones, le dio las instrucciones para encontrar el lugar donde siempre lo esperaba Axel sentado.
Gaby estaba nerviosa, pero a este punto lo único que importaba era actuar. Su corazón latía con fuerza mientras se acercaba al lugar indicado por Sam. Cuando finalmente vio a Axel, lo encontró justo en la banca que Sam había mencionado. Axel tenía la cara sumergida en su teléfono, y no paraba de morderse las uñas; con solo verlo, se notaba lo nervioso que estaba.
Para calmar las cosas, Gaby se acercó silenciosamente y le tocó el hombro. Al instante, Axel levantó la cabeza, y una expresión de sorpresa y alivio se dibujó en su rostro al esperar encontrarse con Sam. Pero en vez de eso, se encontró con el rostro que tanto había evitado. Al instante, Gaby, sin esperar más, le dijo.
—Perdón por no ser quien esperabas. Pero sabes que no puedes evitar más esta conversación.
Axel, visiblemente frustrado, recogió sus cosas de forma apresurada y se levantó, intentando escapar de la situación una vez más.
—¿Crees que no soy capaz?
Gaby no se quedó de brazos cruzados. Inmediatamente lo tomó de la misma mano que sostenía su mochila, impidiendo que diera un paso más. Con un tono firme y una mirada intensa, le respondió.
—Entonces, ¿qué esperas? ¿Qué sigamos siendo novios para la eternidad sin volver a vernos? ¿Cuál es el punto, Axel? ¿Qué es lo que esperas de lo nuestro? ¿Qué es lo que esperas de mí?
Axel se quedó paralizado, sus ojos reflejaban el miedo y la confusión que lo consumían. Entre tartamudeos, solo pudo responder.
—Yo... Gaby, yo... Sabes que te amo y la verdad es que yo...
Harta de esta situación, Gaby interrumpió su discurso tan soso. Su voz temblaba de rabia contenida.
—Axel, ni siquiera sabes qué decir a una cosa tan simple. Para serte sincera, en este punto ni siquiera sé si puedo estar segura de que te conozco, y cada vez que trato de descubrirlo, simplemente ignoras mi existencia. ¿Cómo sé que realmente te amo a ti o a la máscara que me quieres enseñar?
Axel se quedó sin palabras por un momento. Miró a los ojos de Gaby, dudando si debería responder o aprovechar el momento para soltar su mochila y huir como siempre lo había hecho. Después de pensarlo por un breve momento, soltó su mochila, pero se paró firmemente ante Gaby y le dijo:
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Amor a primer cuarto
RomanceSam siempre ha estado enamorado de su amiga de la infancia, Gaby, pero tras ser rechazado, sus planes de conquistarla se ven amenazados por Axel, un chico nuevo y talentoso jugador en su equipo de baloncesto. A pesar de su creciente rivalidad, con e...