06. Nuevas reglas

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Una vez terminado ese trágico fin de semana, las clases volvieron a su curso natural y con esto, Sam se vería obligado a tener que volverles a ver la cara a esos dos. En primer lugar, estaba Axel, el cual se ganó su odio en tiempo record y, en segundo, Gaby, su mejor amiga la cual lo traiciono no solo por el hecho de no haberle dicho desde antes sus intenciones con Axel, si no por haber traído a su peor enemigo a humillarlo en su propia casa. El golpe en su ego y la traición de su confianza fueron cosas las cuales hacían que Sam, ni siquiera pudiera ver a los ojos a Gaby.

De todos modos, él quería expresar lo que sentía y no solamente guardarse todo el coraje a sí mismo. Esta vez que había quedado herido, realmente necesitaba hablar con Gaby, ya que sentía que lo que hizo fue algo desconsiderado. A él no le importaba si Gaby tenia a otro, es más, hasta la había superado dos horas después de que se dio cuenta que en su vida iba a tener una oportunidad con ella, lo que hizo que quedara tan mal fue que anunciara de forma tan humillante, frente a su familia, la cual tenía constancia de los sentimientos que llego a guardar. Y, sobre todo, él sabía que Axel lo hizo con toda la intención de vengarse, hasta cierto punto llego a la conclusión, de que Axel solo estaba usando a Gaby para sacarlo más de quicio.

Sam después de pensarlo, se dirigió hacia donde estaba Gaby, decidido a confrontarla, sin importar lo que pase. Pero en el momento en que la vio, ahí estaba esa sucia garrapata pegado en su brazo, succionándole el alma, esta vez Sam no se dejaría doblegar. Se acercó a Gaby y firmemente le dijo.

—Gaby, tenemos que hablar —Tomo una pausa cuando vio que Axel lo estaba viendo con tintes de superioridad—. A solas...

No dejo que pasar ni un segundo más, así que sostuvo a Gaby por su muñeca y la saco del aula al pasillo.

—Sam, sabes que no puedes controlar mi vida, si me vas a pedir que termine con él, te voy adelantando mi respuesta. Obviamente no lo voy a hacer solo por un capricho tuyo, no te pertenezco por ser tu mejor amiga o por haberte gustado, si no es que aún lo sigo haciendo.

Sam simplemente no pudo dejar que Gaby siguiera tratando de excusarse y hacerse la victima ante esto. Tratando de mantener la calma, dijo bastante decepcionado.

—No me importa si tienes novio o no. No se trata de que me pertenezcas y que puedes o no hacer con tu vida, lo que me molesto es que, aun sabiendo que tú me llegaste a gustar, decidiste venir justo después de rechazarme llegar con el tipo con el que peor me llevo, a mi casa para anunciar enfrente de toda mi familia que estaban juntos ¿cómo quieres que me sienta yo?

Gaby, se quedó en silencio. No podía negar lo que paso, pero, aun así, trato de librarse un poco de su culpa.

—Pero... es que yo quería que se llevaran bien y creía que, con esto, finalmente ambos podrían dejar de lado, su odio.

A pesar de las pobres explicaciones de Gaby, Sam ya no podía más con todo esto y para que no empeoraran las cosas sugirió una cosa.

—Mira, realmente esto me afecto bastante ¿sabes? Te mentiría si te digo que todo está bien. La verdad es que me siento bastante molesto y herido contigo. No me siento cómodo estando a tu lado, así que te pido que me des mi espacio. Quiero estar solo, realmente necesito pensar lo que paso.

Gaby solo se limitó a agachar la cabeza, y con algo de resignación acepto y regresó a sus clases.

El día siguió, con su ritmo normal, a excepción de Sam, ya que con la única persona que hablaba era con Gaby esto hizo que después de su pequeña discusión, Sam se quedara todo el día solo. Esto solo despertó la curiosidad de uno de sus compañeros, el cual también era parte de la clase de basquetbol. Este compañero, llamado Emilio, observó a Sam durante todo el día, notando cómo permanecía solo después de la discusión con Gaby.

Amor a primer cuartoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora