16. Buscando respuestas

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Posterior a la pelea que tuvieron, Axel se quedó callado por un momento y luego se mantuvo distante el resto de la noche. Ella hizo todo lo que pudo para tratar de seguir con la mayor normalidad lo que restaba de su cita, pero en ese momento parecía estar sola. No importaba si sacaba mil temas, Axel simplemente no parecía querer estar ahí. Eso comenzó a matar a Gaby por dentro. ¿Acaso había sido muy dura con él? Pero, ¿debía sacrificar el bienestar de la relación? Lo cual significaría que ambos tendrían que asumir riesgos y poner de su parte o simplemente callarse un rato para no causarle problemas a su novio.

Aun así, dio todo de sí para al final darse cuenta de la realidad que estaba evadiendo. A decir verdad, ya no recordaba cuándo fue la última vez que se sintió realmente en una relación de noviazgo. No es que se llevaran precisamente mal, también tenían salidas constantes, pero en todo ese tiempo no sentía por parte de Axel estar emocionalmente conectados. Siempre se trataron como genuinos amigos. A ella en verdad le gustaba, pero ¿y si él no sentía lo mismo?

Sabía que sentir lo mismo por ambas partes era imposible, pero en gran parte de su relación nunca se sintió realmente deseada. Sobre todo, en ese momento, le partía más el corazón al tenerlo enfrente y darse cuenta de todo lo que evitó ahí mismo. La persona a quien tanto decía amar ni siquiera hacía un esfuerzo por demostrarle algún interés.

Gaby ya no podía estar ahí, así que, con dolor y al ver a los ojos a Axel y solo recibir una mirada vacía, tratando de no llorar, sacó del bolso el dinero de su cartera, se lo dejó a Axel y al borde de las lágrimas le dijo.

—Tengo que irme, perdón por dejarte así.

Ella se marchó lo más rápido que pudo, Axel solo quedó en shock. Se entristeció bastante ya que era consciente del daño que había causado. Realmente no quería lastimarla, ya que la quería como a nadie por estar siempre en las buenas y en las malas. Pero ahora, más que nunca, se dio cuenta de que no podía darle lo que ella quería, y no sabía qué hacer para dejar de lastimarla sin terminar con todo.

Al día siguiente, Gaby se levantó sin mucho ánimo; no había dormido bien de tanto llorar la noche anterior y se sintió más herida cuando ni siquiera recibió un mensaje de Axel para preguntar si se encontraba bien, ya que estaba consciente de que la noche anterior, al irse, estaba visiblemente a punto de llorar. Con esto se dio cuenta de que Axel estaba consciente de lo que hizo, pero no podía soportar la idea de que la persona a la que más amaba y apreciaba ahora la tratara con esa indiferencia. Ese día no sabía si levantarse y hacer un esfuerzo para ir a la escuela o evadir la realidad quedándose en casa, ya que tenía miedo a cualquier forma de reacción de Axel. Verlo significaría un profundo dolor, pero no hacerlo significaría que realmente no quería estar con ella.

Tenía miedo de descubrir la verdad, pero tarde o temprano lo iba a hacer, así que prefirió dejar de prolongar su dolor y finalmente tratar de afrontar su realidad. Al llegar, tal y como lo predijo, él no le dirigió la palabra en todo el día y, de una u otra forma, se las ingenió para desaparecer dentro de sus posibilidades. Juntos compartían varias clases, pero él encontró varias excusas para salir a apoyar en actividades extracurriculares o esconderse entre clases.

Esto estaba agotando emocionalmente a Gaby más de lo normal. Una de las pocas veces que se encontró con Axel, él estaba junto a Sam platicando bastante normal y, contrario a lo que Gaby esperaba ver, terminó descubriendo algo totalmente desgarrador, Axel se veía bastante contento y tranquilo con Sam, como si no hubiera pasado nada la noche anterior. La realidad la golpeó aún más fuerte porque se dio cuenta de que a él no le afectaba en lo más mínimo los problemas que tenían. Por el contrario, se veía más feliz cuando no estaba con ella.

Amor a primer cuartoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora