A la semana siguiente, se llevó a cabo el segundo partido. Esta vez sería un partido local en el mismísimo y honorable Colegio Lisboa. Decidieron sacar sus más relucientes dotes e invirtieron todo el presupuesto para renovar las canchas y dejar toda el área reluciente, con el objetivo de impresionar a los visitantes con la majestuosidad del colegio.
Una semana antes del evento, todos los estudiantes fueron reunidos "voluntariamente" para limpiar el lugar donde se llevaría a cabo el partido. El director, bajo la apariencia de una convocatoria opcional, en realidad coaccionó a los alumnos a participar, amenazando con sanciones a quienes no se presentaran. Los estudiantes se vieron obligados a dedicar largas horas después de clases y durante el fin de semana a tareas de limpieza.
El presupuesto, que normalmente se destinaba a necesidades básicas, fue redirigido casi en su totalidad a preparar el colegio para el evento. Esto tuvo consecuencias desastrosas para la vida diaria de los estudiantes. Los baños quedaron sin jabón ni papel higiénico, lo que generó un entorno insalubre y malestar generalizado. La falta de agua y, por último, los apagones que eran constantes debido a que se desvió el presupuesto para el mantenimiento eléctrico. Las aulas quedaban a oscuras a mitad de las clases. La situación era especialmente difícil para los estudiantes que necesitaban equipos eléctricos para sus estudios, como las computadoras en las clases de informática, que se volvían inútiles sin energía.
Además, el ambiente de tensión y estrés impactó negativamente en la salud mental de los estudiantes. La presión de mantener el colegio impecable mientras se enfrentaban a la falta de recursos básicos generó ansiedad y frustración. Especialmente entre Sam y Emilio, que bastante enojados, empezaron a causar un revuelo. Además de ser obligados a trabajar sin paga, veían cómo se utilizaban los recursos para favorecer la imagen del colegio.
Sam estaba furioso, ya que, en sus propias palabras, trataban mejor y con más dignidad a una escuela pública. Sin embargo, Carlos se vio obligado a bajarlos de su nube, recordándoles que al final no podían hacer mucho. Si perdían, toda la inversión del colegio sería en vano y seguirían igual por los próximos tres meses. Ahora no solo debían asegurar su lugar en las semifinales, sino que también la calidad de estudio para sus compañeros estaba en sus manos. A pesar de la presión, el equipo estaba más preparado que nunca y, sobre todo, motivado.
El día del partido llegó y nunca antes los habían tratado tan bien en todo el colegio. Todos estaban conscientes de la carga que llevaban encima, así que les brindaron apoyo incondicional. Incluso los profesores menos favoritos de ciertos miembros del equipo mostraron bastante apoyo, ya que junto a la reducción de costos, también les habían reducido parte de sus salarios. Así que, en cierta medida, la comida de varios estaba en sus manos.
Todo el equipo estaba bastante confiado. Sabían que se habían preparado mejor que nunca y tenían a todo un colegio alabándolos como si se tratase de deidades. La moral estaba alta, y la atmósfera era eléctrica con la energía de sus compañeros que coreaban sus nombres. Sin embargo, toda esa emoción se esfumaría en el momento en que vieron a sus contrincantes.
Cuando el equipo adversario entró en la cancha, la diferencia era abrumadora. Estos jugadores eran gigantes, sobrepasando fácilmente al integrante más alto de su equipo. La comparación era casi cómica y terriblemente desalentadora al mismo tiempo. Con cada paso que daban, los adversarios hacían retumbar el piso como si de un terremoto se tratase, aumentando la sensación de intimidación. Los miembros del equipo sintieron cómo la confianza se evaporaba rápidamente, reemplazada por una mezcla de miedo y asombro. Sus ojos se agrandaron, y más de uno tragó saliva con dificultad. El silencio se hizo palpable, y por un momento, todos se quedaron inmóviles, incapaces de creer lo que veían.
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Amor a primer cuarto
RomanceSam siempre ha estado enamorado de su amiga de la infancia, Gaby, pero tras ser rechazado, sus planes de conquistarla se ven amenazados por Axel, un chico nuevo y talentoso jugador en su equipo de baloncesto. A pesar de su creciente rivalidad, con e...