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𝑩𝒂𝒆𝒍𝒐𝒏 𝑻𝒂𝒓𝒈𝒂𝒓𝒚𝒆𝒏 ━━━━━━
Cuando Ezra despertó, lo primero que vio fue a Jahaerys acunando a Baelon. El príncipe lucía cansado, con ojeras marcadas, el cabello revuelto y una expresión de sueño en el rostro. Baelon movía sus manitas de un lado a otro, curioso, alternando entre mirar alrededor y contemplar la escultura de dragón que adornaba la mesa.
── Necesitas descansar ── la voz adormilada de Ezra llamó la atención de Jahaerys, la mujer se encontraba con los pelos revueltos, notablemente cansada.
── Estoy bien. Tú duerme un poco más si lo deseas. Has trabajado mucho ── Ezra intentó mantener los ojos abiertos, pero pronto sucumbió al sueño una vez más.
Las puertas se abrieron y entraron Alyssa, acompañada de Rhaenyra y Aegon, quien no se separaba de su dragona, Jahaerys giro los ojos y guardo silencio, era imposible separar a eso niños.
Los ojos curiosos de Alyssa se posaron con ternura en su pequeño hermano, Baelon, quien había llegado al mundo con algunas complicaciones. Su cabello blanco, al igual que el de su padre y hermana, contrastaba con sus ojos azules oscuros, herencia de su madre. A su lado, Lady había dado a luz a cuatro lobos hermosos, siguiendo la tradición de los Stark, asignando un lobo a cada niño Targaryen.
── ¡Bebé! ── exclamó Alyssa mientras se subía a una silla para acariciar a su hermano, la niña miraba con cariño al bebé, era curioso para ella el pequeño cuerpo que poseía su hermanito, temia que se quedará de ese tamaño.
── Es precioso ── Rhaenyra observó encantada al pequeño, por dónde lo vieras gritaba Targaryen.
Alyssa pronto perdió el interés en Baelon y, junto a Aegon, se embarcaron en una misión para encontrar algo con lo que entretenerse.
── Dracarys ── dijo Alyssa mientras tomaba un dragón que reposaba en un mueble.
── Lobo ── mostró Aegon el lobo de madera a su sobrina.
Jahaerys permitió que Rhaenyra cargara a Baelon para que él pudiera darse un baño, y cuando Ezra despertara, podría descansar un rato.
Pronto, hombres entraron a la habitación, dejando un huevo junto a la cuna del recién nacido, era color marrón con dorado, si lo ponías en el sol el marrón se volvía más claro, era de un buen tamaño, Rhaenyra agradeció cuando los hombres salieron.
