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── Pink Fury
Jahaerys caminaba apresurado en dirección a los aposentos de su hermana. La noticia de que Rhaenyra Targaryen había dado a luz a otro niño llegó rápidamente al heredero. Aunque se alegraba por su hermana y el amor genuino que sentía por sus hijos, los rumores de que los dos menores eran bastardos persistían. Ambos tenían el pelo castaño y ojos marrones, muy diferente a la estirpe Targaryen, mientras que los hijos de Jahaerys exhibían los típicos ojos claros y pelo albino de su familia, creando una comparación en el reino.
── ¿Dónde se encuentra la princesa? ──interrogó molesto a la doncella que estaba en la habitación. La joven se encogió en su lugar, temerosa ante la mirada del heredero.
── La reina solicitó su presencia en sus aposentos ── respondió la muchacha, tratando de calmar los ánimos.
Jahaerys intentó controlarse, pero fue en bano, lanzó un vaso al suelo antes de salir en busca de su hermana.
Mientras tanto, Ezra, quien se encontraba en cinta, sabía lo doloroso que eran los partos, pero caminar luego de ello era aún peor. Lo comprobó cuando Alicent expresó su deseo de ver a una Aemma recién nacida. Ezra, con la furia de un dragón y la fuerza de un lobo, subió las escaleras hacia los aposentos de la reina, rechazando la ayuda de Jahaerys. Cuando la Hightower decidió que no quería ver más a la bebé, bajaron las escaleras, pero al llegar a su habitación, Ezra tuvo que ser atendida por el maestre, ya que había comenzado a sangrar por tanto esfuerzo.
── Príncipe ── saludó Sir Criston al ver al albino frente a la puerta de los reyes.
Las puertas se abrieron, y de ellas salió una Rhaenyra cansada y pálida, Laenor sostenía un bebé en brazos, visiblemente incómodo, también estaba presente. Al ver a su hermano, Rhaenyra sonrió y le entregó al bebé.
── Jahaerys ── lo llamó, acercándole al recién nacido.
── Hermana, acabas de dar a luz. ¿Qué haces aquí? ── observó a Laenor con enojo ── Podría ser peligroso.
