CAPITULO 4
Alaia siguió conversando con Ares como si yo no estuviera presente, o quizás no podía verme porque Alaia me protegía con sus alas.
-¿Qué es eso? -preguntó él, mirando detrás de Alaia con evidente desagrado hacia mí en su voz.
- No es objeto Ares, es la chica quien me salvó - respondió mientras me cogía de la mano y me colocaba a su lado.
-Saludos, me llamo Kaia -observé su altura, su cabello blanco y sus alas doradas resaltaban sus ojos azules tan penetrantes, lo cual honestamente me asusta.
Me miró brevemente y luego se volvió hacia Alaia nuevamente.
- Eros la detestará, sabes que detesta que te relaciones con estos idiotas humanos - le lancé una mirada enojada, pero antes de que pudiera decirle sus verdades, Alaia lo hizo por mí.
-Ares, quiero recordarte que Eros no es mi esposo ni mi padre para prohibirme nada. Es un estúpido, al igual que tú, al juzgar a los humanos. Detesto a Eros y prefiero morir antes que estar con él, un imbécil sin cerebro. No se atrevan a tocar a Kaia o se enfrentarán a mí. Sabes que no juego, Ares-.
Me sorprende ver a un hermoso ángel con un carácter tan fuerte, desafiando a alguien que podría quitarme la vida con solo desearlo.
No sabía cómo actuar o qué decir, simplemente me quedé quieta en medio de todos los ángeles mientras Alaia hablaba a solas con Ares. Se acercó a mí un chico que parecía ser el más joven de todos ellos.
-¡Hola! ¿Qué has hecho para ganarte el cariño de la princesa? -me sorprendió su tono de voz, su rostro mostraba asombro y admiración al mismo tiempo. ¿Este chico me estaba admirando? ¿Por qué la llamaba princesa a Alaia?
-Perdón por mis modales, soy Apolo, el más joven de todos. Aunque soy un querubín, pronto me convertiré en ángel. Esta es una de mis primeras misiones y estoy muy emocionado. ¿Cómo lograste caerle bien a la princesa?- Me resulta gracioso este querubín bajito con alas pequeñas, cabeza grande y forma de hablar parecida a la de un perico.
-Encantado Apolo, ¿por qué llamas princesa a Alaia?-
Respondí con una ceja alzada, estaba muy intrigada y aún no comprendía la razón por la que le llamaba de esa manera.
- El motivo de que sea la princesa del cielo es porque sus padres son los reyes, así que debemos devolverla con ellos y su prometido, quien no es muy agradable. Es posible que la destierren o la obliguen a ir al Inframundo- lo que me dijo me puso nerviosa, ya que eso del inframundo se supone que es como el infierno o no.
¿Su propio padre la obligaría a hacer eso? Quería seguir hablando con él, pero Alaia y Ares llegaron a la puerta.
- Es momento de irme, Kaia. Recuerda que estaré pendiente de ti estés donde estés. Lleva siempre lo que te di para que pueda saber cómo estás. Espero poder comunicarme pronto contigo. Me abrazó con ternura y calidez, aunque también sentí miedo de que se fuera y no regresara. Finalmente, Ares me miró antes de irse.
Apolo se despidió de mí, ares también lo hizo -adiós piojo- lo mire con un gesto de desagrado luego salieron juntos por la puerta.
Cuando vi a Alaia irse, sentí como si mi corazón se desvaneciera, ese ángel se llevaba una parte de mí, algo que no podía comprender, pero me aferré con todo a su pluma.
Me quedé dormida por el cansancio en el suelo junto al sofá sosteniendo la pluma, desperté con los gritos de Estrella, no sabía si era un sueño o realidad. Todo estaba en su sitio y al revisar mis manos noté que la pluma ya no estaba, en su lugar encontré un collar con un anillo. El anillo, un diamante blanco como las alas de Alaia, confirmó que no fue un sueño, todo fue real.
No entiendo cómo lo hice, pero me puse el collar rápidamente; Estrella hizo café y nos sentamos en la misma mesita donde estuve anoche con Alaia. Ella es muy observadora, así que enseguida notó mi cuello cuando me senté.
-y quién te lo entregó, saliste con alguien y no me lo dijiste-. Me observó con sus enormes ojos intentando entenderme. -Cuéntame qué sucedió-. Era consciente de que no se quedaría tranquila sin saber lo que había ocurrido.
- No puedo creerlo, pero anoche me encontré con una hermosa ángel que me regaló esto -dije señalando el collar-. Me miró con una expresión de confusión y finalmente se echó a reír.
- Pienso que exageraste con la cantidad de bebida que tomaste la noche pasada, pero me alegra que estés bien y feliz, hacía mucho tiempo que no veía esa chispa en tus ojos, tienes que contarme qué sucedió exactamente- mencionó mientras entraba a ducharse.
Permanecí allí reflexionando, deseosa de saber si estaba bien y qué había ocurrido, pero al sostener el collar, sentía su presencia tranquilizadora junto a mí.
Tenía que bañarme mientras Estrella se arreglaba para salir a desayunar, de compras y regresar a casa. En el baño encontré la ropa de Alaia que le había prestado, con su fresco olor a flor de luna, era un aroma delicioso y sofisticado.
Finalmente salimos después de tomarnos un tiempo arreglándonos, visitamos un mercadillo para comer algo casero y luego fuimos de compras. Como ya era de noche, decidimos regresar a casa.
Durante todo el trayecto, le conté lo que pasó la noche anterior con Alaia, pensé que pensaría que estaba loca, pero Estrella me creyó fácilmente.
Después de un tiempo, me dejó en casa y nos despedimos, acordando salir más tarde para continuar con los planes de mi restaurante.

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MOON FLOWER
FantasyUna chica se enamora de una ángel, hasta que su vida torna un raro giro y tienen que pasar Miles de adversidades para poder estar juntas, la ángel se convierte en hechicera ...