18.

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Dormir menos de 4 horas no puede ser bueno...

Ayer no pegue ojo, me he levantado como una muerta, más muerta de lo normal y doy gracias a que los viernes nos dejaban dormir más. Al menos ya no tenía la regla, algo bueno supongo, me puse una falda con vuelo, las converse y un top de manga larga de rejilla verde oscuro, no era rejilla pero si parecía como desgastado. Salí para maquillarme un poco y saludé a las chicas.

-Me encanta el top- dijo Rus pasando por mi lado

-¿Cómo te puede gustar eso?- preguntó Violeta desde el espejo contiguo al mío

-A mi me gusta- contesté sin más

-Pagamos por ropa usada, a donde ha llegado la juventud- dijo con un tono de humor la granadina

-Ni que tuvieras 30 años Violeta- dijo esta vez Denna riendo

Las dejé ahí con sus movidas de maquillaje, yo casi nunca me maquillo por dos cosas, primero y lo más importante me da pereza, y segundo porque me tocó mucho la cara, por mucho que me eche fijador de eso se me va y la verdad, no me gusta mucho ir por la calle con el rímel corrido.

-Bueno días amor ¿qué tal has dormido?- me senté con Álvaro en la otra mesa

-No me habléis- dije de mal humor y la mesa se rio-. No he dormido nada

-¿Pero qué pasó?- preguntó una confundida Naiara

-Estábamos Silvia y yo en el piano, vimos unos flashes y nos acojonamos, fuimos a por los chicos- explicó Bea-. Y de repente, vemos una sombra pasar, que era Martín, y Silvia con una cara se quedó la pobre

-Fue horrible, una pesadilla- susurré apoyando la cabeza en la mesa

-Yo saliendo todo alarmado porque oía gritos- explicó Juanjo con un tono de voz misteriosa-. Pensaba que se había incendiado algo y era la niña esta

-Pobre Silvia, lo siento- dijo Martin a mi lado-. No quería asustaros

-No sé porque estabas levantado a esa hora, en las duchas- dijo Álvaro confundido

-Me dejé el teléfono...- sospechoso

-Yo me callo- dijo Bea y nos echo una mirada, una miradita que decía todo

Juanjo y yo recogimos el desayuno, en silencio, pero Martin estaba ahí en la mesa esperándonos. Le mire al de Magallón, pero este solo me dedicó una miradita acompañado de una sonrisa tonta, no dijo nada pero lo dijo todo. Yo me quedé en silencio, puse el electrodoméstico y vi como esos dos se alejaban hacia el sofá, yo nunca me enteraba del chisme, el chisme venía a mí.

Me dirigí a la sala del piano, allí estaban Lucas y Alex, cantando y haciendo el ganso. No sé debieron de dar cuenta, estaba en la puerta y cuando Lucas me veía pego un grito haciendo que Alex también pegase un grito.

-¡Qué susto boluda! Casi me cago la pata-exclamó con la mano en el pecho

-Que exagerado Luquitas- le abracé-. ¿Como lo llevas?

-Creo que bien, tranquilo

-Me alegro, espero que no te vayas- sobé su espalda

-El favorito de Silvia- dijo Alex por detrás

-Lucas no es mi favorito- le abracé-. Todos lo sois

-Sos una mentirosa- dijo el uruguayo mirando a Alex y este le sonrió

-Sin comentarios, me voy- fui hacia la puerta

-Quédate, hija- me agarró del brazo Alex-. Vas a ver como Lucas se desmelena

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