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Vale, despertarme con resaca emocional era heavy...

Me fui directa a la ducha, noté como el agua caliente me calmaba. Había pasado una mala noche, al principio pensé que no podía dormir porque estaba asimilando todo el día de ayer, pero, no. No pegué ojo en toda la noche, me había refriado, yuju.

Me puse mi chándal negro de Adidas combinado con mis converse, adoro esas zapatillas. No me apetecía hacer nada, estar tirada en mi cama, cosa que no podía. Oí como la gente estaba desayunando, yo estaba tirada en el sofá echa una bolita y con una manta tapada. Evidentemente, no me vieron.

-Silvia- me destapé, era Noe-. ¿Qué te pasa cariño?

-Estoy un poco resfriada- sorbí la nariz-. Por la tarde estaré bien para grabar

-No te preocupes, vamos viéndolo- me puso su mano en mi frente-. No tienes fiebre, de momento te dejamos la última. Ahora subo y te doy un paracetamol

-Vale, gracias- vi como desaparecía

Los chicos que estaban en la cocina se acercaron al sofá, supongo que solo habían visto a Noe hablando sola. Cuando me vieron se dirigieron hacia mi, pero antes de que se acercaran mucho les pare.

-¿Que te pasa Silvia?- preguntó Juanjo sentándose a cierta distancia

-Me voy a morir- respondí, sonándome los mocos-. Estoy acatarrada

-Pobrecita- dijo Kiki-. Nosotros te cuidamos hoy

-Chicos no os preocupéis, estoy bien- hice un gesto con la mano-. No os quiero contagiar

Se oyó la puerta de la entrada, era Noemí con la medicación. Los chicos la dejaron pasar y la adulta se sentó a mi lado.

-Tomate una ahora y la próxima dentro de 8 horas como mínimo- dictaminó la castaña

-Nosotros la cuidamos- comunicó Juanjo

-Ir a desayunar todos y luego recoger un poco todo

Se fue la directora y todos nos dirigimos a las mesas. Como en la mía había varias sillas desocupadas, me senté en una de ellas. Tenía la cabeza reposando en la mesa cuando oí como dejaban algo delante de mí.

-Tu café y una tostada a la Paul Thin, que lo disfrute- dijo Paul sentándose delante-. Ayer te dije que te pondrías mala

-No te acerques- le saque la lengua, cogí la taza entre mis manos-. Muchas gracias

-De nada, Silvi la pastilla- me recordó

Me tomé la dichosa pastilla de mala gana. No es que esté en contra de la medicación o de las vacunas, al contrario, me parecen muy necesarias, pero es que en una situación como la nuestra, puede afectar a nuestra voz y eso es lo último que quiero.

-Estas muy guapo con las gafas- comenté mirándole fijamente

-Ya me lo habías dicho, me lo tomaré como un halago- me mostró una sonrisa

-Es un hecho, pero tómatelo como quieras- mordí la tostada

-Me lo tomaré como un halago entonces- nos reímos por su contestación

-Que tonto eres- desvíe la mirada hacia el resto de la mesa

Al terminar me quedé esperando a que todos terminaran, me tocaba recoger. Cuando me fui a levantar, pero la mano de Juanjo me devolvió a la silla, le miré con el ceño fruncido y la nariz roja.

-Quédate quietecita Silvia- fue en dirección del lavavajillas-. Hoy me ocupo yo de todo

-Gracias JJ, te debo una- me recosté en la mesa

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