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Blitzo no había ido con Stolas en su viaje al sur, aún tenía cosas con las que lidiar en el territorio Goetia. Y eso es a la alfa de su antiguo compañero Moxxi, su alfa Milli ha tenido un cambio drástico en su comportamiento normalmente felíz y sonriente, ahora se ve enojada, frustrada y muy resentida contra alguien que no conoce y le arrebató su todo, a su hijo que nunca nacerá y a su omega. El último mes, desde que el trágico evento sucedió, ella no ha vuelto a su territorio. Se ha mantenido despierta varias noches mientras relee los informes de cada asesinato ocurrido en el territorio, leyendo en un intento de descubrir un patrón en cada uno y lo hizo, encontró una pista. Y aunque las esperanzas llegaron a un punto de no retorno, siempre pudo volver al camino de la esperanza y el esmero, buscando un pequeño rastro que le hiciera pensar lo contrario. Cómo siempre hacia su amado Moxxi.

Blitzo suspiró cansado, escuchando el informe que ella hizo para informar sus nuevos hallazgos. Y sigue en el mismo lugar desde esta mañana, la misma en que se supone debía marchar al sur para seguir a su señor, pero, como un buen amigo se quedó a escuchar a la alfa hablar sobre lo que ella había logrado.

Bostezó de nuevo.

— En conclusión, la pista indica que está involucrado con un especialista.

Blitzo alzó una ceja, mirando a la chica como si el tiempo en el que estuvo sentado fue una perdida total. Se frotó las sienes con frustración.

Ella lo miraba, esperando algo.

— Milli, escucha. Sé mejor que nadie que todo esto es muy difícil para tí, créeme, para mí también. Él fue mi amigo, y aunque no fue el mejor de mis caballeros fue al que más aprecio le tuve y ...

Milli interrumpido. — Sí va a decirme que me rinda con mi búsqueda señor, por favor absténgase de gastar palabras. Yo no abandonaré la búsqueda de ese maldito hijo de puta que se atrevió a tocar a mi omega y a mi cachorro, jamás en mi puta vida se lo voy a perdonar. No me va a importar nada si llego a matarlo, ni tampoco mi honor de caballero, ni el estupido juramento que hice de no usar mi espada para mis sentimientos personales y ...

Blitzo le tapó la boca.

— Cállate por favor. — dijo mirando el suelo — No dije que no podías hacer lo que quieras con él, si quieres cogertelo por el asterisco no me negare, pero ten en cuenta algo Milli, a Moxxi no le hubiera gustado verte en este estado. Sabes que siempre te regañaba por no cuidarte en los entrenamientos, ¿Qué creés que hubiera dicho si te viera ahora?

Un nudo se formó en la garganta de la alfa pelirroja.

"Milli, debes cuidarte y mantenerte saludable. Si te pasa algo ¿Quién cuidará de mí y de nuestro hijo? Ten en consideración a tu familia, nosotros dependemos de tí." — se limpió las lágrimas que caían por sus mejillas, su alfa se retorcía en su interior, después de todo, el recuerdo de su amado siempre logra ponerla debil como ahora, sintiéndose tan vulnerable. Cuando lo único que quiere es a su Omega, querer acariciar su pancita de siete meses, oler su aroma lactante... — Voy a matar a ese hijo de puta y lo enviaré al infierno.

Blitzo sonrió un poco.

— Y yo te ayudaré, pero primero. ¿No te parece un baño? Apestas.

Ella sonrió amargamente mientras asentía.

Blitzo la miró marchar, suspirando, leyendo la carta que su jefe le había enviado no hace mucho. Ya han sido dos largas semanas en las que han estado lejos, volvió a soltar un suspiro.

¿De verdad puedo llevarla? — se preguntó — No, debo llevarla. Se lo debo, no pude cuidar a Moxxi aún cuando él estaba bajo mi cuidado en mi escuadrón.

El novio de mi hija. [RadioApple]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora