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Un alfa pelinegro de ojos grises miraba a todos los guardias, en su regazo yacía un Omega pelinegro de ojos negros, con un olor suave de lavandas. Todos los ahí presentes estaban en un estado de completo pánico, el chico que descansa en sus piernas es su omega, el mismo que había sido llevado a la fuerza aun cuando ellos estaban "protegiéndolo". El alfa que los hace temblar es Asmodeus, uno de los tantos alfas que poseen riquezas y pertenecen a la fracción de Lucifer, esa que no se involucra en asuntos políticos o sociales en lo absoluto. Pero justo ahora, está metiéndose en posibles problemas al perseguir al violador de su omega Fizz.

Iracundo señaló a los alfas que solo agachan la cabeza.

— ¿¡Van a moverse inútiles!? ¡Tráiganme a ese hijo de puta o los usaré como los probadores de mis productos, inútiles!

Todos asintieron y salieron corriendo como alma que lleva el diablo, estaban pálidos, sus feromonas asustadas habían llenado su oficina y ahora apestaba. Asustando a su amado Fizz. Su ira cesó cuando el omega se frotó contra su pecho desnudo, sintiendo la fría piel del alfa mientras sus brazos lo rodeaban para darle seguridad y calidez.

Fizzaroli es mudo, lo conoció en un callejón en el territorio de los Pharan poco después de que Lucifer lo sacará de ese infierno. Cuando lo encontró en ese lugar estaba herido y con varias señales de haber sido abusado en masa, era una suerte que había un médico cerca del lugar para que lo viera y le diera un té anticonceptivo para evitar un embarazo no deseado. Fue una tortura hacer que Fizz confiara en él, y ese hecho fue posible gracias a Lucifer también. Ya que él estuvo con Fizz las primeras semanas en las que despertaba llorando y gritando por los malos recuerdos que lo atormentaban en sueños.

Suspiró.

— Lo lamento, Fizz. — susurró.

El azabache negó con un rostro inexpresivo, en esos ojos color ónix no había ni un solo brillo. Se veía apagado, tanto que verlo de esa forma hace que el dolor en su pecho se sienta peor, fue tan inutil en ese momento como en este. Su amado sufrió nuevamente y él no hizo nada más que solo esperar por noticias. Hizo una mueca de dolor cuando la imágen de el día de ayer volvió a su mente con una punzada de dolor, su alfa se retorcía y lloraba. La furia, tristeza y decepción lo llenó cuando lo vio entrar con los harapos todos destrozados. Su carita llena de golpes, la sangre reseca en sus labios y el maldito olor de muchos alfas sobre él. Volvió a ser un gran inútil para él.

Una lágrima se deslizó por su mejilla, mirando como el chico en su regazo se sorprendía y se apresuraba a limpiar las lágrimas.

— Lo siento, ranita... — ocultó su rostro en el cuello del lindo omega — Te prometo que van a capturar al maldito que te hizo esto, te lo prometo.

Fizzarolli rodeó sus hombros con sus brazos para darle un abrazo. Queriendo decirle tantas cosas, pero sin poder, sus manos solo acariciaban su espalda mientras que su alfa se soltaba a llorar mientras se aferraba a su cuerpo. Bañando la habitación de sus feromonas, haciendo su oficina su propio espacio seguro para ambos.

Pero el chico Omega tenía una sola cosa en mente.

'No es tu culpa.'

Es una lástima que haya nacido con la incapacidad de hablar, porque lo que más le gustaría decirle ahora a su alfa sería: "— Te amo, As."

🍎 • • • 🍎

Finalmente llegamos a tierra capitalina.

Lucifer bajaba del carruaje con ayuda de Alastor. Y del otro carruaje se bajaba su hija con su Omega, y del tercero Stolas también ayudaba a su hija a bajar. Pareciera que se encontraron en el camino ya que se saludan como si fuese la primera vez que se ven en una semana. Lo cuál es muy conveniente teniendo en cuenta en donde se encuentran.

El novio de mi hija. [RadioApple]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora