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Una cabellera azabache y un par de ojos negros se veían a la perfección en ese lugar tan iluminado. No había nadie en la habitación a excepción de él, pues, de mala gana había ido solo para cuidar a su pequeño hermano menor. ¡Solo es un baile! No podía ocurrir algo tan grande como un rapto en ese lugar, pues es la finca de su hermano mayor. ¿Quién en su sano juicio haría algo como eso en el territorio de Azrael Magne? Es un alfa expulsado de la familia pero que aún usa el apellido de su familia, pues, para empezar. No tiene otra familia para adoptar su apellido, segundo había estado en lugares remotos donde no habian tantas personas y por ello lo habían considerado muerto.

Una sonrisa apareció en sus labios.

— Ja, se jodieron. Ni la muerte me quiere con ella. — bufó.

El azabache estaba recargado en un balcón, mirando a esos nobles que bailan con sonrisas en las caras, bebiendo lo que sea que hubiera en esas bebidas alcohólicas. ¿Qué no piensan que podrían contener algo? Digo, si tuvieran algún tipo de droga o veneno... Es muy probable que todos los que bebieron de eso podrian morir. Claro, es una simple especulación solo porque nunca le agradó su hermano Gabriel. Miró hacia el cielo un rato.

— ¡El Marqués del Sur, el cisne dorado del imperio está entrando! ¡Bienvenido Lucifer Luzbel Morningstar!

Azrael se dio la vuelta, mirando como su hermanito, por el que asistió a esa molesta y ostentosa fiesta entraba de la mano de alguien. El mismo chico que años antes le había dicho que lo ayudará a alejar a su prometida, la loca Stella.

¿Quién diría que ahora estaría yendo a una fiesta de debut de la mano de su preciosa cachorra? Parece que esa niña es lo único que Stolas sacó de ese matrimonio, porque ella si estaba medio loca. ¡Vayan a tirarla por un barranco y que luego lancen más rocas para que la muerte segura! Ya que así los muertos no vuelven a salir de su tumba.

Sonrió, notando como usaba el sombrero que le había dado la noche de su debut. ¿Acaso Lucifer está recordando esa noche? Porque si es así, debería ir e invitarlo a bailar, y eso, es el simple hecho de que se encuentra di-vi-no esta noche.

¡Bienvenido al Sol del Imperio, Su Majestad el Emperador. Satán Agnus! — frunció el ceño.

¿Qué hacia ahí ese idiota? Para empezar, ni siquiera es tan joven. Segundo, había más omegas en la habitación, y al único que se le acercó para llenar de gérmenes su mano fue a su lindo Lucifer. ¡Alejate de mi hermano sucio degenerado! Es lo que gritaba a sus adentros. El solo desea ir y darle un buen golpe en el rostro, pero no puede. Se trata del gran y estúpido sol del imperio, el emperador, el mismo que puede ejecutar a una familia completa si lo desea solo por un gran y estúpido (como él) capricho.

Azrael apretó los dientes, notando como sujetaba su cintura.

Sigue tocando a mi hermano, pene chiquito e iré a matar esa sonrisa estúpida que tienes.

Inhaló y exhaló, debe tranquilizarse. No debe poner en un gran peligro a Lucifer o quizás su jefa pueda matarlo, o es más, no desea peligrar a su dulce Luzbel. Un espasmo le recorrió el cuerpo, cayendo en cuenta de un hecho grande.

¿¡Ese siervo de mierda lo llamó por su nombre santo!? ¡Por un demonio, lo que faltaba! — miró al emperador — Muy listo de tu parte, pene chiquito.

Apenas inicia la velada y ya empiezan los problemas.

... Azrael deberá tomarse unas vacaciones luego.

🍎 • ❤️ • 📻

Blitzo había estado infiltrado a muchos de su propia gente en la mansión de la familia Magne. Siguiendo las órdenes de uno de los hijos de esa familia, por supuesto, habla de Lucifer. El mismo que hace poco le había entregado una carta del general de norte, Leviatán, conocido como el escudo y la espada de la familia imperial les había dado lo que se supone eran los planos de la mansión Magne. Algo que les pareció imposible de obtener. Pero, ahí están, en la puerta trasera mientras se disfrazan de meseros, cocineros y demás. Hoy, por órdenes del propio Lucifer. Atraparán al asesino de Humildes, puesto que habían recibido un abuso de alguien anónimo que se presentaría para encontrarse con alguien. Un posible cliente, tal vez. Sus ojos estaban sobre su subcapitana, la pelirroja alfa viuda, alfa de una de las víctimas de ese cruel asesino.

El novio de mi hija. [RadioApple]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora