Cuando el reloj suena a las 8 en punto estoy en la baño curando las heridas de mi mano que hice por la ansiedad, salgo y espero sentada en el sillón intentando controlarme después de todo mereces un tiempo para explicarme que está pasando.
Escucho llegar la moto y comienzo a ponerme nerviosa no sé qué decir a parte de preguntarte por tu salida de casi nueve horas de la casa aunque el tema ronda mi cabeza no puedo evitar preguntarme ¿Tengo ese poder? ¿Después de todo lo que he hecho? Intento convencerme de que lo hago.
-Estoy en casa- entras y ambos conectamos nuestros ojos, veo una pizca de felicidad al verme esperándote pero mayormente tu actitud fría me regresa la mirada hace mucho que deje de ver ese lado tuyo.
Sin poder evitarlo o planearlo mejor la pregunta sale de mis labios en tono de reproche -¿Dónde estabas?- dejas tus cosas en el sillón y me miras entre consternado y perplejo al final sueltas un ruido de incomodidad y caminas a la cocina dándome la espalda -No en la cama de Daniel eso tenlo por seguro- aprieto mis labios para retener el enojo y las ganas de darte una cachetada.
-Mira Leo, sé que la he cagado con lo de Daniel pero jamás lo he vuelto a ver...- me interrumpes pegando en la mesa con fuerza -Ayer te iba a besar y tú te veías de lo más cómoda aun cuando yo estaba ahí Lorenna ¡Dios mío! estaba enfrente suyo- siento la furia de nuevo regresar y esta vez no la contengo -¡No sabes lo que yo estaba pensando así que cállate por una puta vez déjame hablar o me volveré loca!-
Me miras confundido pero no te acercas -¿Has tomado tus pastillas?- asiento y las ganas de golpearte aparecen de nuevo –Eso no tiene nada que ver- ríes y te pasas una mano por el pelo pero aun así me haces una señal para que continúe -¿Recuerdas mi beca por promedio?- asientes mientras te acercas -Nos vamos de vacaciones, en estas semanas tengo mis últimos exámenes y después de eso mi periodo de descanso y para ti empiezan tus vacaciones, así que pensé que sería buena idea ir un tiempo a Bacalar ¿Recuerdas nuestro primer viaje?- sonríes creo sin pensarlo y te acercas unos pasos más.
-¿Quieres gastar tu beca en mí?- te brillan los ojos aunque intentes mantener tu actitud igual -En nosotros, en recuperar esto- lo único que haces es abrir tus brazos invitándome a ellos, me veo incapaz de resistirme así que me levanto y me refugio en tu abrazo -Gracias Lorenna tal vez eso es lo que necesitábamos- por primera vez desde ayer me siento un poco feliz, nos alejaremos y podremos volver a ser los mismos.
-Mañana quiero que vayamos a un lugar- levanto mi mirada pero ahora solo me ves con ternura -Era mi turno para sorprenderte- rio suavemente y nos besamos, después de un rato abrazados nos sentamos a cenar, esta vez aceptas dormir en el dormitorio conmigo y en toda la noche no me permito soltarte.
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Por suerte el examen de hoy fue de opción múltiple así que cuando salgo del salón no creo poder haberlo hecho mejor. Tomo asiento en la banca de afuera de mi universidad con mis amigas conversando a cerca de los exámenes aunque realmente no presto mucha atención a nuestra plática.
MI celular vibra y lo tomo entre mis manos ^Ya estoy aquí^ tu mensaje me hace sonreír, me levanto y me despido rápidamente de mis amigas y camino hacia el estacionamiento, al verme sonríes y te acercas para besarme, me preguntas como estoy pero omites preguntarme algo sobre mis exámenes conoces mi cara de superioridad cuando algo ha salido bien.
-Súbete y no, no te diré a donde vamos- pongo los ojos en blanco sintiendo menos tensión entre nosotros -Es una sorpresa- hago una mueca y me subo a la moto -¿Buena o mala?- niegas con tu cabeza y arrancas -Una sorpresa- suspiro pero me abrazo a ti.
Llegamos a un café que a ambos nos encanta y nos bajamos de la moto siento la tensión desparecer, después de estacionarla empiezo a relajarme será una cita así que al final era una sorpresa buena. Nos adentramos al café, contigo tomándome de la mano caminamos entre las mesas hasta que los veo sentados en la mesa, tu madre con Daniel que luce un ojo morado y el labio roto.
Me freno sin pensarlo sintiendo un vació enorme en mi estómago y como mis manos se comienzan a enfriar -¿Qué es esto Leo?- te encoges de hombros y me dices como si fuera algo normal venir a comer con ellos -Arreglaremos esto aquí y ahora- me jalas hacia la mesa y comienzo a ver borroso.
-Hola mama, Daniel- los dos te ven incómodos -¿Por qué no pedimos algo para comer?- nadie dice nada y yo sigo sin ver a los ojos a nadie - Quiero un pastel de chocolate Le- te responde Daniel viéndote fijamente y tú pides cuatro rebanadas. En cuanto nos entregan los platos descubro un mundo al parecer en este porque en la siguiente media hora no despego mi mirada, en la mesa las únicas voces que se escuchan son las de Daniel y tú que se hablan con frases de sí y no.
Finalmente cuando acabas tu pastel te diriges a todos -Bueno realmente por lo que estamos aquí- tu mano aprieta la mía abajo de la mesa, te regreso el apretón intentando darme fuerzas para seguir sentada y no salir corriendo -Es porque para todos en esta mesa es mejor dejar atrás todo lo que ocurrió-
Nadie dice nada y por primera vez levanto la mirada de mi plato solo para conectar mis ojos con los de Daniel él cual me ve como esperando una respuesta, no se la doy así que desvió mi mirada y la enfoco en ti -Lorenna y yo nos vamos a casar muy pronto- me toma por sorpresa tu declaración ya que jamás hemos hablado de matrimonio pero no hago nada para negar lo que has dicho, no es un buen momento -Así que esto se acaba aquí y ahora, si tienen algo que decir díganlo ya-
El primero en hacer algo es Daniel, se ríe y te mira, nos mira con rabia -¿Por qué crees que funcionara Le?- me aprietas la mano y esta vez no me quedo callada -Cierra la boca Daniel, estoy harta de que pienses que tienes poder sobre nuestra relación - sé que cualquier cosa que le diga lo dañara, pero no decir nada te dañara a ti -Yo amo a Leonardo-
-No puede ser- Daniel nos ve con rabia en sus ojos -Vamos, dime que lo amas, dime que piensas que todo estará bien- aprieto los labios queriendo llorar pero no despegó la mirada de él -Amo a Leonardo Daniel- su sonrisa se ha borrado viéndole a los ojos le he dicho la verdad y estos lucen con lágrimas su mirada se me clava en el corazón.
-Mamá ¿Tienes algo que decir?- volteo a ver a tu madre la cual no se ve feliz sino que me ve con asco -Tú sabes lo que pienso de ella y el hecho de que hables de matrimonio me hace pensar en que no te has dado cuenta de que es una zorra-
Tan pronto como dice eso te paras de la mesa casi tirándola, yo me pongo a tu lado agarrando tu brazo, al lado de tu madre se pone Daniel poniendo su cuerpo entre el tuyo y el de ella -Esto se acaba aquí- tu voz sale con rabia y no puedo evitar que las lágrimas que había contenido caigan -Si cualquiera de ustedes se nos acerca los mataré- todos nos quedamos congelados en nuestros lugares inclusive las personas que se encuentran en el café te han escuchado y te ven fijamente -Leo- te llamo en voz baja pero tú me miras con desaprobación -Los mataré y no estoy de juego esto va en serio- me tomas del brazo para sacarme de ahí, tu agarre es fuerte por lo que solo tomo mi bolsa y tu chamarra
-Suéltala Leonardo- Daniel se aproxima a nosotros y me toma de la mano ahora soy yo la que se pone en medio de los dos -Basta Daniel ha sido suficiente- él me mira con confusión, pero regresa la mirada hacia ti vacila un poco pero al final me suelta pero no deja de verte, gritas en voz alta y ahora tengo miedo.
Lo que dices antes de irnos enfrente de Daniel y tu madre hace que un hueco salga en mi estómago que dudo que se vaya algún día, el avistamiento de un final que no esperaba tener. Comprendo en que situación estamos, en que situación estoy y solo me queda abrazarme a ti en el camino, acomodar mi cabeza en tu hombro y desear con todas mis fuerzas que tus palabras sean sinceras, que todo haya acabado ahí.
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Lineas paralelas
Mystery / ThrillerMe haces destrozos la vida, el alma, y cuando me construyes de nuevo eres el primer pensamiento que ronda mi cabeza y de nuevo vuelvo a ti ¿Cómo debería ser sino es así?