Epilogo. Fuego

9 1 0
                                    

Un año después.

Andrés Sanz.

-Trabajar es una mierda con este calor- veo a Mateo moverse incómodamente en el asiento mientras tira de su camisa –Es un mierda tener que verte quejándote- recibo un golpe en el brazo y sale de la patrulla riendo.

Pienso en seguirlo pero mi celular vibra y lo desbloqueo, es una foto de Leo junto a unos chilaquiles *Te veo en la cena, ¿Podemos quedarnos en casa?* observo la foto detenidamente, comenzamos a salir hace seis meses y hace dos estamos viviendo juntos, estar con él hace que sienta que puedo recuperar años perdidos en el sufrimiento.

-¿No vas a salir? Deja de estar observando una foto de tu novio es enfermo- salgo de la patrulla y me toca golpear a Mateo esta vez, juntos caminamos hacia la casa.

-Es una mujer de aproximadamente 50 años, sin identificación. Fue un disparo, se ve que la estaba pasando mal no me extraña que se haya suicidado- escucho a Mateo preguntar otras cosas respecto al caso, realmente no es de interés, se recogerá el cuerpo y se archivara sin problema pero algo tira de mi desde dentro de la casa y camino hacia ella.

Reconozco desde el inicio el lugar de alguien con depresión, y en la cocina encuentro a las personas que están recogiendo el cuerpo, toman fotos de la escena solo para anexarlas a un expediente, los paso y entro a las habitaciones.

Miles de hojas están tiradas en el piso con rayones indescriptibles, los muevo con el pie pero no hay nada de interés hasta la segunda habitación donde veo una hoja con una caligrafía entendible y no dudo en levantarla, conforme comienzo a leerla me percato que es un relato de una cena que acabo en un asesinato, puñaladas, sangre corriendo y después unos planes junto con la localización del cuerpo escondido en un bosque; sopeso la situación pero al final creo que es más que suficiente para abrir una investigación.

Bajo las escaleras y busco a mi jefe, lo ubico por una ventana en el patio platicando con mis compañeros, camino hacia ellos cuando veo que el cuerpo se encuentra finalmente en una camilla es solo un instante pero logro ver la cara de la mujer y me congelo, la mujer tiene los mismos rasgos y ojos que me esperan en la casa.

Me es imposible no reconocerlos porque los he memorizado cuando ríen, cuando miran la televisión, cuando me dicen te amo o cuando están sumidos en sus pensamientos, no sé qué hacer –Andrés ¿Te encuentras bien?- me alejo del toque de Mateo y camino de regreso a la escaleras voy a la tercer habitación y rebusco en los cajones hasta que al final encuentro algo que lo confirma. Es una foto de dos niños abrazados reconozco al pecoso como Daniel y al niño que lo toma en brazos y le sonríe en lugar de a la cámara como Leo.

Me siento en el piso, destrozado, si la carta es verdad significa que él mato a Lorenna. Inclusive a estas alturas el nombre está casi prohibido en la casa, Leo no hablo de eso más allá de sus pesadillas que ya no son recurrentes y los demás hacemos de cuenta que no pasó nada.

/Pero lo has notado/ susurra una voz en mi cabeza, desde el inicio yo siempre creí que había sido él a pesar de que mi preocupación crecía así como mi interés siempre supuse que era él, me preparaba para eso día con día recordándome que en algún punto tendría que arrestarlo. Pero luego todo cuadro tan bien que deseche la idea a pesar de que en el aeropuerto lo vi observando a alguien que no estaba, que en sus pesadillas tenía que convencerlo de que no tenía un cuchillo entre sus manos y tenía que escucharlo llorar y vomitar mientras le decía a alguien que no estaba con nosotros que no había querido hacerlo.

No sé qué hacer, me entierro las uñas en mi mano, no sé qué hacer –Andrés ¿Qué pasa?- Mateo habla a mis espaldas y yo oculto las fotos y la hoja en mi bolsa del pantalón -Nada, lo siento ya sabes que estos casos no me sientan bien- me da una apretón leve en el hombro y ambos salimos, no sospecha nada, el asesinato de mi madre sigue siendo una excusa perfecta.

Conduzco a casa despacio observando la foto en el asiento del copiloto, no sé qué hacer, pero es mentira se perfectamente que hacer, informar a mi jefe y buscar le cuerpo y luego... -Perder a Leo- me recuerdo en voz alta cuando veo la entrada de casa.

Abro lentamente y veo a Leo sentado en el sillón observando una película, en cuanto escucha mis pisadas se levanta y corre –Hola amor- lo recibo con los brazos abiertos y lo cargo -¿Fue un día pesado?- veo su cara de preocupación -¿Por qué la pregunta?- ambos caminamos hacia la cocina –Tienes cara de muerto- me es inevitable no crear una imagen de Lorenna sangrando aunque apenas la conozca por las pocas fotos de Dani que guarda en su celular.

Me sirvo un vaso de agua cuando finalmente lo enfrento –Leo tú...- la voz se me corta lo imagino siendo esposado, si tiene un ataque de pánico ¿Quién lo ayudara? –Leo si yo hubiera dañado a alguien, si lo hubiera matado...- su cara cambia y se acerca más pone una mano en mi mejilla –Diría que esa persona tiene totalmente la culpa, tú no eres alguien malo-

Se pone de puntitas y me da un beso suave me permito tomarlo de la cintura mientras lo acerco más -¿Me amas Leo?- no permite que nos alejemos mucho y me susurra sobre los labios –Te amo con toda mi vida, haría cualquier cosa por ti- lo beso de nuevo y nos perdemos en eso unos minutos.

-Saldré a fumar rápido- niega mientras camina hacia el sillón de nuevo –Dijiste que lo ibas a dejar cuando viniera a vivir contigo- solo puedo observar su espalda mientras estoy parado en la puerta –Es la despedida, lo siento mucho-

Fuera la noche me enfría el corazón mientras tomo mi celular, me puedo permitir esto soy fuerte, posiblemente mi relación con Dani y Ángela terminara y yo volveré a ser el mismo, tendré que acostumbrarme a su ausencia pero lo puedo hacer soy fuerte. Tanteo mi bolsa en busca de mis cigarros y los tomo junto con mi encendedor, tomo mi decisión y después de unos minutos entro de nuevo a la casa.

Me acerco al sillón y tomo a Leo de la cintura, lo junto a mi cuerpo –Hueles a quemado- sonríe y cuando mis labios se posan sobre los suyos él no duda en responder con la misma intensidad, lo cargo a la habitación y me recuerdo que me pudo permitir ser egoísta.

Leo no es una asesino si no hay pruebas que lo confirmen, no necesitamos separarnos si yo puedo cuidar de los dos. Lo abrazo en una bruma de obsesión que él contesta con un sonido bajo, por él encubriría mil asesinatos con más fuego que el de un encendedor. 



*****************************************************************************************

Con este capitulo Líneas paralelas ha llegado a su fin, la verdad es que en el transcurso de la realización la historia se transformo en algo totalmente diferente a lo que quería en un principio  pero estoy satisfecha con el resultado.

Dedico esta historia a mi alma gemela que me inspiro a escribir y externar mis pensamientos en este lugar, admiro lo fuerte que eres. Hoy y siempre te amo A.

Lineas paralelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora