19. Fantasma

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Una semana después:

-Tienes que comer Le por favor- Dani sostiene una cuchara frente a mí pero la panza se me revuelve solo con la vista de la comida –Tal vez después del juicio Dani- él me ofrece una sonrisa tensa y me hace prometerlo pero la verdad es que desde hace una semana he estado sobreviviendo a base de pequeñas raciones insignificantes de comida y sobre todo agua.

Me siento mal por lo que estoy a punto de hacer sentarme a ver como condenan a un hombre por el crimen que cometí intento tranquilizarme pensando en que no es un hombre inocente, me aferro a eso más que a otra cosa -¿Quieres quedarte Le? Yo podría ir y decirte después la sentencia- veo a Dani temblando y pálido no puede con esto solo –Estoy bien Dani en cuanto llegue Ángela nos iremos-

En la última semana los dos se han pasado su mayor parte del tiempo libre en la casa, cuidándome y observando mi comportamiento, solo basto una corta llamada de Andrés a Dani explicándole lo que había pasado y lo que había visto para que él estuviera aquí aun cuando fuera de noche, tú sales la mayor parte del tiempo dices que has visto a un médico y te creo porque te ves mejor, radiante y sonriente, me haces prometer cada noche que saldré de esto y en un susurro te recuerdo que la palabra correcta es saldremos después nos abrazamos hasta que nos vence el sueño.

Ángela entra como siempre, como un torbellino de esperanza me sonríe y me da un abrazo junto con un beso en la mejilla y lo mismo para Dani, me hace recordar que estaremos los tres juntos te he incitado a venir pero creo que es mucho para ti, me has dicho que estarías en la biblioteca hasta que todo pasara.

Los tres subimos al auto de Ángela y ella y Dani entablan una conversación acerca de un país que ni siquiera logro registrar su nombre, él se escucha emocionado, desde que nos separaron no sale del país y aun no le he dicho que espero poder sacarnos a los tres cuando esto termine o más bien cuatro me recuerdo mientras veo a ambos reír y cantar una canción del celular de Dani.

Cuando por fin llegamos todo está más tranquilo de lo que pensé, Andrés nos observa desde la puerta y se acerca a mí para envolverme en sus brazos, me susurra pablaras que no logro retener en mi mente, también lo llevaría conmigo pero su trabajo lo ata aquí. Saluda brevemente a los demás pero su atención está centrada en mí, como me siento, si he comido, me toma del brazo y me pregunta en voz baja si me han dicho algo me obligo a recordar que lo sacaron del caso después de que Samuel dijera lo que había pasado en mi declaración, muy involucrado fueran las palabras de su jefe al parecer.

Cuando por fin nos sentamos volteo a ver todo, muy reluciente con luces muy brillantes y sonidos estridentes –Leo ¿estás aquí conmigo?- Andrés me observa y mueve sus brazos a mis hombros, me obligo a regalarle una sonrisa y él me aprieta contra sí.

Entonces todo comienza y veo por primera vez a Alan, se ve tan mal es lo que hace la abstinencia hace en una persona, me dirige una mirada breve y sonríe guiñándome un ojo, Andrés hace que recargue mi cabeza en su hombro y siento la mano de Dani tomar la mía, me distraen, lo alejan de mí.

Intento mantener mi cabeza ocupada mientras escucho que leen los cargos en su contra, Alan nos da la espalda pero realmente no creo que reaccione en lo más mínimo. Los sonios me azotan, un carro toca su claxon en la calle y otro le responde, un bebé llora fuera de la sala y de repente soy consciente de todo lo que me rodea, recorren mi cuerpo temblores y la respiración se me empieza a cortar.

Me intento enfocar en tu cara, tus facciones, tu risa, tus manos y tus palabras de aliento en las noches pero todo se siente muy real inclusive la presión de Dani y Andrés en mi cuerpo me duele, creo que voy a vomitar.

-Y por último los cargos de secuestro y asesinato de la mujer identificada como Lorenna Vera- todo se estrella conmigo, miro incrédulo a los demás pero nadie reacciona como si fuera lo correcto pero debe ser una mentira porque tú no eres quien está muerta es mi madre, la persona que apuñale no eres tú, tú eres quien...

Tú...

Tú...

T...

Tú eres quien sangraba en el piso, quien me veía dando sus últimos suspiros, es tuya la sangre que corre por mis manos y es a ti quien perdí

–Leo respira por favor- voces me llegan alguien grita por una ambulación y otra voz grita que es un ataque de pánico que no puedo respirar, pero yo estoy bien –Leo quédate conmigo vamos respira conmigo Leo por favor- pero no quiero respirar en un mundo donde yo soy el causante de tu muerte –Leo no me hagas esto por favor-

En los últimos pedazos de mi consciencia te veo parada en la puerta observándome con una sonrisa triste, no estas sangrando estas llorando mientras tus labios forman tu ultima palabra en este momento y en aquella cena *Leo*.

Lineas paralelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora