5. Vueltas

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Dos semanas después:

Hoy es mi penúltimo examen y estoy más que nerviosa, no puedo evitar sentir que pude haber estudiado mejor pero después de la pelea en la cafetería mi mente estuvo desubicada y me costaba concentrarme en las cosas.

-No necesitas estar así, eres muy inteligente- una voz dice en mi oído, me rio suavemente para darme la vuelta y ver a Iván, él por su parte me abraza, me carga y me da vueltas -Basta Iván, Juan se molestará- los dos reímos ya que su novio me adora inclusive más que a él, aunque le cueste admitirlo.

Nos sentamos juntos esperando nuestro turno de pasar cuando llaman a Iván estudio un poco más aunque sé que es inútil, todo me da vueltas, casi veinte minutos después sale y se limita a decir que es fácil, me da un último beso antes de ir a la cafetería. Me despido a lo lejos de él y escucho mi nombre, entro sin mirar atrás.

Veinte minutos después salgo con una sonrisa en el rostro más tranquila, tomo mi pastilla que inmediatamente aplaca todo lo demás y camino para encontrarme con mis amigos en la cafetería, saludo ocasionalmente a alguien hasta que veo a Rebeca parada en la puerta esperándome volteando hacia todos lados con desesperación.

-¿Cómo te ha ido?- le pregunto con una sonrisa al mismo tiempo que muevo mi mano pero ella me toma del brazo y me dice en voz baja -Daniel está aquí- tan pronto como dice eso volteo hacia dentro y lo veo sentado observando a Iván el cual parece estar platicando con él amablemente y sugestivamente sonriendo -Me tengo que ir Rebeca- hago el ademán de voltearme pero Rebeca me sostiene del brazo -¿Y que se supone que le diga?- me le quedó viendo y contesto secamente -Que me he sentido mal o...- 

-O que simplemente me estás evitando- volteo la mirada hacia la puerta para verlo sonriéndome con cinismo acto seguido voltea a ver a Rebeca y le agradece con un seco gracias y me toma del brazo arrastrándome por toda la universidad hasta las bancas de la entrada.

-¿Quieres dejar de hacerte esto?- lo veo sin comprender a qué se refiere así que solo alzó mis hombros y espero a que se explique -Mentirte Lore, quiero que me veas a la cara y me digas que sientes que todo estará bien- aprieto los labios volteando a otra parte, un ruido de motor se escucha a lo lejos.

-Te dije la verdad en la cafetería yo lo amo- veo su decepción como si lo que esperara hubiera sido diferente y la voz se me quiebra -¿Y él?- desvió la mirada mientras asiento sin ganas, él me abraza así que lo dejo ser sin intentar quitarlo.

-¿Sabes que es lo que más me gusta de ti?- niego con la cabeza tristemente - Tu forma de hacer las cosas con pasión, tu cabello, tus ojos, tus hoyuelos, sobre todo tu sonrisa y la forma en que brillas cuando estás con Le- lo volteo a ver, luce desanimado, como cuando intentas dar todo de ti aunque no sea suficiente -Y si esta es su felicidad estoy bien...-

Me arrojo a sus brazos y él me contesta de la misma forma levantándose conmigo y dando una vuelta cuando me baja de nuevo ambos sonreímos, Daniel me toma de la cara para darme un beso en la frente -Espero que seas muy feliz- asiento con una sonrisa -Y tu sweetheart- me ve fijamente -Mereces algo mejor, ¿Lo sabes no?- mueve la cabeza como si lo pensara y finalmente se encoge de hombros, se merece algo mejor empezando por mi amistad, finalmente se va con un simple adios.

Me siento tranquila como si este encuentro me hubiera quitado tanto de encima me permito sonreír pensando una última vez en él. Entonces te veo por el rabillo del ojo, caminas hacia mí con tu madre a lado ambos con caras serias, me levanto rápidamente lo cual solo hace dar a conocer mi nerviosismo ¿Cuánto tiempo hace que estás aquí? ¿Qué es lo que has visto?

-Hola amor- tu saludo es tan normal pero tu cara es tan seria que no sé qué es lo que pasa por tu cabeza -Hola cariño me ha ido bien en el examen- no sé lo que pasa por la mía -Como siempre, mi madre ha venido a pedir perdón quiere recuperarnos ¿No es así madre?-

Tu madre y tú intercambian miradas pero niegas con la cabeza suavemente, tu madre se acerca, me abraza y en voz baja me pide perdón por todo acepto solo por ti ya que no siento que sea sincero y una vez más el temor de que hayas visto algo me azota.

Sin embargo de camino a casa todo pinta bien, compramos cosas para hacer enchiladas y me platicas acerca de tu trabajo lo que hace que por un momento el hueco de mi estómago desparezca. Me recuesto en tu hombro cuando ponemos nuestra serie favorita pensando en que el asunto con Daniel y tu madre han quedado cerrados, pero no puedo evitar pensar en nuestro futuro y la nube de nerviosísimo me azota una vez más, las pastillas tal vez no sean suficiente.

Lineas paralelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora