18. Declaración

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-¿Dónde estaba usted cuando recibió la llamada?- atrás del policía que se ha presentado como Samuel veo a Andrés parado observándome mientras me asiente con la cabeza –Desde que desapareció salgo a pasear en la noche porque me cuesta dormir estaba cerca del kilómetro 50 cuando entro la llamada-

-Necesito que me diga todo lo que paso en la llamada- suspiro mientras recuerdo tu cara dándome instrucciones –Era un número desconocido conteste porque me dijeron que estuviera atento a cualquier llamada, en cuanto dije bueno una voz robótica me hablo desde el otro lado y dijo *Alan la mato en la cabaña cerca de Primorie y después deshizo el cadáver estaba muy drogado cerca de la sobredosis pero fue él* recuerde que le dije quién eres pero ya habían colgado intente regresar la llamada pero el teléfono ya aparecía como apagado o fuera del área-

-¿Y entonces llamaste al oficial Andrés? ¿Por qué no a la comisaria?- detrás de él Andrés niega suavemente supongo que él mencionar su apego al caso no lo dejara muy bien parado –Entre en pánico, le llame llorando y creo que vomite en la llamada yo solo marque el primer número que se me ocurrió no sabía que hacer- el policía me ve fijamente, no me cree lo sé -¿Pero tú ya ibas hacia la cabaña cuando llamaste al oficial?-

-No, yo estaba manejando por la carretera solo para no tener que pensar donde estaba ella o que le estaba pasando; no sabía dónde quedaba la cabaña el oficial fue quien me guio- Samuel entrecierra los ojos –Entonces pretende que le crea que estaba mágicamente en la carretera que lo llevaría al camino cerca de Primorie y que realmente usted no tiene que ver nada con el asesinato de ella- no es una pregunta es una acusación.

-Yo no le hice nada sería incapaz de dañar a alguien sobre todo a ella- quiero que me deje de ver –Seria muy fácil realmente, clavar un cuchillo, sacarlo y desangrar a una persona ¿Qué hizo con el cuerpo joven?- quiero que deje de hablar –Yo no hice nada yo la amaba- quiero que salga –Personas cercanas a ambos dicen que mantenían una relación tensa por cuestiones familiares y personales ¿Eso lo orillo a matarla?- quiero matarlo –¡No le hice nada yo la amaba entienda por favor!-

-Leo cálmate- la voz de Andrés suena muy cerca pero no me detengo -¡Yo jamás le haría algo! ¡Daria mi vida porque siguiera aquí conmigo!- noto vagamente que los brazos de alguien me sostienen por la cintura -¿Sabe lo que se siente que te quiten a alguien que amabas, después enterarte lo que le hicieron y que la persona que la mato no tenga ni un puto registro de lo que le paso en sus manos?- alguien tira de mi hacia atrás –¡No sabe ni una mierda de mi pero tampoco sabe lo que le paso a ella, si no fuera por esa llamada no tendrían nada porque no sirven para nada!- no puedo respirar, alguien me jala y de pronto un rostro aparece en mi campo de visión pero todo es borroso ¿Quién es?

-Necesito que respires Leo- me falta el aire y comienzo a ver negro siento mis piernas débiles –No hagas esto Leo vamos respira conmigo- una mano se coloca en mi pecho e intento seguir las respiraciones de la persona que me habla. Poco a poco recupero el aliento y por fin logro distinguir a Andrés que me sostiene y me observa preocupado –Lo siento, no sé qué me paso- Andrés me sienta en la silla y se hinca a mi lado, acariciando superficialmente mí brazo.

-No mencionaste que tuvieras ataques de pánico- sigo respirando hasta que los puntos negros desaparecen –Se han intensificado desde su desaparición pero no tenía uno así desde los 18 años -

-Te dije que no lo presionaras, lo investigamos y está limpio, tu culpable esta allá afuera; si algo le hubiera pasado no tienes idea de lo que te hubiera hecho- Samuel nos observa a ambos y hace una mueca de arrepentimiento –Lo siento Andrés realmente no sabía que las cosas escalarían a esa manera no quería dañar al joven- estoy a punto de contestar pero Andrés lo hace por mí –Aléjate de mí vista en un buen rato ya hiciste suficiente, ve a interrogar a tu verdadero asesino- él asiente nuevamente y se retira no sin susurrar un lo siento yo le contesto con una sonrisa cansada.

-No tenías que ser tan duro, solo hace su trabajo- Andrés ríe en voz baja y su mano escala hasta sentirla en mi cuello, revisa mis latidos –No tienes idea de que tan duro puedo ser cuando me enojo al contrario de ti realmente eres más bueno de lo que esperaba, vamos te llevare a tu casa- me guía por la sala y posteriormente por la comisaria, el trayecto a casa es silencioso y cuando llegamos deniego su petición de llevarme adentro –Tienes mucho trabajo anda vete estaré bien y si no te llamare- me observa con molestia y preocupación pero al final termina aceptando diciéndome cientos de veces que lo llame.

-Lorenna regrese- entro y te veo sentada en la cocina, tal vez debería obligarte a ver un médico cada vez que te veo estas peor cada vez más pálida -¿Cómo sabias que Andrés conocía la cabaña?- me volteas a ver tienes los ojos rojos e hinchados has estado llorando.

-Estuvo al frente de las protestas a sus 16 años respecto a que demolieran la cabaña pero fue ignorado junto a las demás personas que lo pidieron- me siento a tu lado -¿Cómo se puso?- estas tan delgada que me duele verte –Mal ha estado actuando sobreprotectoramente conmigo, puede que inclusive haya amenazado a un compañero suyo por hacerme tener un ataque de pánico-

-Supuse que es como reaccionaria no esperes quitártelo de encima en el futuro, lo bueno es que todo salió bien ¿No es así?- tomo tu mano y noto que estas temblando –Si, todo terminara en unos días, podemos empezar de nuevo- me volteas a ver –Puedes irte con Daniel a Japón no tienes que preocuparte por mí- colocó una mano en tu mejilla y tú te acercas a mi toque, es como si en mis manos sanaras –No sabría que hacer sin ti, lamento como he estado estos días pero una vez que acabe te llevare a ver los arboles de cerezo y comeremos tantos dulces que te estallara la panza-

Te veo reír genuinamente desde hace semanas –Tal vez lo hagamos- me cierno sobre ti y te beso muy despacio como si esperara tu rechazo pero tú me regresas el beso –Lo haremos amor cree en mí, nos sacare del país apenas lo declaren culpable- me observas con una ambición ardiente como si quisieras memorizarme –En otra vida estoy segura de que lo haríamos- te miro de la misma manera –En otra vida lo prometo- hare de todo para que sea en esta solo tienes que confiar en mí una última vez.

Lineas paralelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora