11. Daniel

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Me levanto como un zombie con la cabeza punzándome, temo por un momento que sea migraña pero al final parece solo ser un dolor ocasional una pastilla lo arreglara.

-Lorenna- grito desde la puerta pero sé que no estás y que de hecho llevas rato fuera porque tu lado de la cama esta frio, camino a la cocina y me preparo un café, lentamente selecciono algo que ver aunque realmente no pienso en eso solo necesito escuchar algo que no sean mis pensamientos recordando el sonido de la sangre saliendo del cuerpo.

Estoy pensando en faltar a trabajar aunque no sea lo que me hayas dicho por lo que me visto rápidamente cuando escucho mi celular sonar *Indeseable No. 1* suspiro ante la llamada, hablar con Daniel es lo que menos deseo hacer en estos momentos.

Salgo de la casa y me subo al coche al momento recibo un mensaje por Instagram la única aplicación donde no está bloqueado Daniel *Le es urgente que hablemos* pongo el celular lejos y conduzco, al llegar al trabajo he recibido otros tres mensajes *Puedes dejar de ignorarme* *Sera rápido* *Le háblame por favor en serio es urgente ya se lo de...* -Leonardo- levanto la vista y veo a Rafa sonriéndome en la entrada.

-Perdón, estaba distraído- Rafa niega suavemente y me hace una seña para que entremos, una vez en la oficina guio la conversación a lo que realmente me importa -¿Por qué te ves así?- niego y me tapo la cara al momento que siento las lágrimas correr por mis mejillas –Esta desaparecida, no sé dónde está, nadie lo sabe por lo visto- mis compañeros se levantan y me abrazan susurran palabras de consuelo que no alcanzo a entender pero Rafa me ve fijamente no susurra nada y sus brazos no me rodean al con  trario se sienta en su silla desde donde me da una sonrisa forzada y un suave tranquilo, desparece el resto del día detrás de su computadora.

Al salir espero que Rafa diga algo pero me da un seco adiós con unas palmadas en la espalda y otra sonrisa forzada y se va, al instante me pongo tenso, si Rafa sospecha algo seria en base a lo que siempre dice del alma y la policía no le haría caso así que me obligo a desechar mis preocupaciones. Ceno algo rápido en un puesto y pienso en que más se supone que haga para seguir adelante con esto, cuando llego a casa todo está apagado pero las luces de los vecinos alumbran lo suficiente para que vea que parado en la entrada me espera Daniel.

-Le, ¿Estas bien?- su cara de preocupado me descoloca por un momento -¿Por qué preguntas?- estoy a la defensiva intento relajarme aunque no es algo de lo que él pueda sospechar honestamente –Estas muy pálido parece que te vas a desmayar- le hago una seña restándole importancia a lo que ha dicho y abro la casa, él se queda parado en la entrada hasta que le hago una seña para que entre.

-Mira, sé que debes estar muy aterrado pero estoy segura de que está bien- me volteo y lo veo parado en la mitad de la sala él también parece a punto de desmayarse –Ni puta idea Daniel la verdad si solo viniste a dar tu apoyo de mierda entonces vete ya no te necesito- mis palabras no lo sorprenden pero aun así se acerca y me extiende los brazos –Yo me preocupo realmente por ti siempre lo he hecho sé que no parece pero estoy aquí por ti- me rio interrumpiéndolo -¿Qué esperas? ¿Qué me recueste contra ti y llore? ¿Después de toda la mierda que me has hecho?-

Él me mira fijamente sin decir nada pero se acerca más y finalmente envuelve sus brazos en mí, lo dejo pero me tenso enseguida –Nunca fuiste muy afecto a esto pero a veces ayuda no necesitas decir nada yo tampoco antes nos entendíamos así- susurra y por su voz sé que está llorando, recuesta su cabeza en mi hombro y siento sus lágrimas mojar mi cuello, me remuevo en sus brazos hasta que puedo tocarle la cabeza al mismo tiempo que me permito regresarle el abrazo –Tranquilo, pensé que tú me habías venido a consolar no que sería al revés- su risa se escucha baja pero al final se separa de mi ambos nos sonreímos como en los viejos tiempos y me promete en un susurro salir de esto juntos, solo nosotros dos como solíamos hacerlo dice al salir por la puerta y desaparecer.

Estoy parado en la mita de la sala de repente consciente de lo que ha pasado una risa histérica sale de mis labios –Hola Leonardo- volteo a verte traes una camisa roja y unos pantalones holgados me sonríes con un aspecto enfermizo -¿Estabas en casa?- asientes con una sonrisa leve –No quería salir y mucho menos porque Daniel llevaba rato tocando como desesperado supuse que no sería bueno que me encontraras sola en la casa con él- caminas y te pones a mi lado y veo que estas pálida -¿Te sientes mal?- te toco la frente -¿Qué tal Daniel?- te miro fijamente buscando cualquier indico de una burla pero al final no hay nada de eso –Bien creo fue raro, hace mucho que no lo sentía tan pequeño en mi presencia, no desde...- Me miras y haces una mueca.

-Jamás quise dañarlos pero todo se me salió de las manos, quise hacer las cosas más fáciles para los tres y solo lo complique-

Te veo mientras caminas y prendes el televisor me siento extrañado por lo que dices –Bueno, puede que sea un nuevo comienzo- tú te ríes de nuevo pero esta vez logro reconocer el cinismo en tu cara -¿Le dirás que eres un puto asesino y que me arrastraste a esto? Te odiara y lo sabes, estaré ahí para ver cómo te destroza la cara a golpes por lo que me obligaste a hacer y luego quien sabe tal vez aun me tome con él y me lleve lejos- te tomo del cabello y te obligo a verme –Te matare si intentas decir algo a él o alguien más- me sonríes de nuevo alguien en la televisión llora con una música triste de fondo

–Encubrí un asesinato por ti Leonardo, matarme solo sería un último paso para acabarme-

Lineas paralelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora