Lobos milenarios (libro 7; último)

Capítulo 18. Podríamos ser héroes

SIENNA

- Nina, dime que estás de broma —dije, sentándome en la cabecera de la mesa de conferencias.

Nina negó con la cabeza mientras Thanda se acomodaba a su lado.

Mi Beta tenía un aspecto desaliñado, por decirlo suavemente.

Acababa de llegar de la escuela, después de asegurarse de que todos habían llegado a casa sanos y salvos.

Beatrice, Rhys y Nelson se sentaron frente a Nina y Thanda, y Hahn, el curandero jefe de la manada, en el otro extremo de la mesa, completando mi consejo de emergencia.

- ¿Zombies? ¿Como los muertos vivientes? —Thanda levantó sus cejas perfectamente cuidadas.

- Yo mismo lo cuestionaría si no hubiera cuerpos—dijo Nelson—. Y Amir estaba allí. Tomó un video con su teléfono.

Amir era el hijo de Nelson, de la edad de Rowan.

- ¿Tienes el vídeo? —pregunté.

Nelson asintió y abrió su portátil, pulsando un par de teclas antes de girar la pantalla hacia nosotros.

El primer minuto era demasiado movido para ver algo.

Luego la cámara se estabilizó.

Me llevé las manos a las mejillas, conmocionada, mientras veía a mis hijos luchar contra los muertos vivientes en el gimnasio de la escuela.

- Tiene que ser una broma —murmuró Rhys.

- No es una broma —dijo Nina, tirando de su manga para revelar un largo corte.

Thanda siseó y agarró el brazo para inspeccionarlo.

- Rowan también recibió un mordisco —dijo, haciendo una mueca de dolor.

- ¡Oh, no! —exclamó Thanda—. ¿Las mordeduras de los zombies son tóxicas?

Todos miraron a Hahn.

- No es nada que una inyección de antibióticos no pueda solucionar. En esencia, se trata de cadáveres animados —dijo.

- Dos profesores también resultaron gravemente heridos —dijo Nina.

- ¿Tiene Guyotte algo que decir sobre esto? —pregunté.

Nina se encogió de hombros.

- No fui capaz de localizarlo.

Eso es raro, pensé. ¿El director no estuvo presente en el baile de la escuela?

- Atrapé al que hizo esto —dijo Nina, indicando su brazo—. Está encerrado en una celda abajo.

Todo el mundo miró hacia abajo con nerviosismo, como si el zombie pudiera irrumpir de repente a través de las tablas del suelo.

- ¿Y el resto? —preguntó Nelson.

- Todos destruidos —dijo Nina sacudiendo la cabeza—. Había muchos, pero no eran tan difíciles de matar. No estoy segura de lo que está pasando, pero mi suposición es que tenían un propósito que no es el asesinato en masa.

Fruncí el ceño al oírla.

- ¿Qué quieres decir?

- Los zombies no aparecen de la nada —dijo Nina—. Alguien usó la nigromancia para criarlos... Luego los enviaron al Baile de Navidad.

Asentí con la cabeza.

- ¿Crees que la escuela era el objetivo? —pregunté.

- Por lo que sé, cuando un nigromante cría un zombie, controla lo que hace y a dónde va —respondió Nina.